Platero nació muy cerca, en Moguer (Huelva), hace ahora cien años, de la mano de su creador, Juan Ramón Jiménez. Unos descendientes suyos se afanan ahora en que el entorno del parque natural de Doñana perdure para siempre y no sea víctima de los peligrosos incendios forestales de cada verano. Son los “burros bomberos” de Hinojos, que ejecutan un plan de desbrozado preventivo de pasto en zonas sensibles al fuego. Así, crean valiosos cortafuegos en el monte que facilitan el trabajo a los profesionales de la extinción de fuegos.
Es una de las iniciativas de El Burrito Feliz, que pretende “dignificar al burro en su trabajo”, como comenta Luis Bejarano, presidente de la asociación. Después de “seis años viajando por el mundo” para “conocer al burro en todos sus ámbitos”, se han afincado en esta zona con el objetivo de darles a sus burros toda una variedad de actividades para compartir con sus visitantes y “que todos disfruten”.
La base de operaciones se encuentra en el entorno de Hinojos en una finca propiedad de 'El Burrito Feliz', que también se ha diseñado un logotipo de un burrito vestido de bombero que hace más simpática la iniciativa, sobre todo de cara a los más pequeños. Actualmente cuentan con ocho burros, aunque la pretensión es tener en breve siete más.
“Queremos devolver el burro a su sitio”, comenta Luis, apasionado de su tarea, en la que también colaboran voluntarios que pastorean con los animales y los vigilan. “El tema de desbrozar de pasto lo aprendimos en Francia”, apunta. Los burros, a diferencia de cabras y ovejas, seleccionan el pasto y no muestran interés por especies vegetales más sensibles. Con rotaciones rápidas según la zona, la riqueza forestal no se ve afectada de manera sensible.
Según el Ayuntamiento de la localidad onubense, el Gobierno francés usa desde hace bastantes años a los asnos de forma coordinada de cara a desbrozar de pasto zonas sensibles a los incendios. En España, la comunidad de Baleares planifica el uso de burros para la misma labor, sobre todo en bosques de difícil acceso. Curiosamente, la mayor parte de las miles de visitas a su web provienen de Estados Unidos, señala el presidente de la asociación.
Luis resalta que la propia asociación se autofinancia y que con las actividades también quieren “revitalizar una zona que está un poco deprimida a nivel turístico”. Los burros no sólo hacen de bomberos. La asociación tiene su propia programación sobre el Año Platero (incluido un concurso internacional de dibujo), celebra bautismos naturales con bebés o sesiones de yoga “para disfrutar de la energía del animal”. Y hasta preparan “la primera ópera japonesa protagonizada por burros”. “Sólo queremos dignificarlo en su trabajo, que ellos también disfruten”, concluye Luis.