Italia sigue siendo el principal comprador del aceite de oliva español. El 42% del producto exportado en la última campaña -en la que se ha batido el récord de exportaciones con 1.110.88 toneladas exportadas- ha ido a parar a empresas italianas. Datos que están recogidos en el informe de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA)). Las empresas italianas no adquieren el aceite envasado y listo para la comercialización sino a granel, con la idea de que el valor añadido del producto se quede en su territorio, de hecho, según los datos que maneja ASOLIVA, la principal agrupación de exportadores, Italia compra a España la práctica totalidad del aceite -471.500 toneladas en la última cosecha- a granel, es decir que el 42% de las ventas exteriores de España se hará con marcas italianas.
La exportación a granel y de aceite envasado han crecido en paralelo, según ASOLIVA. No obstante, según las fuentes consultadas por eldiario.es/Andalucía 3 de cada 4 kilos de aceite de oliva que sale de España, se vende sin envasar. Un porcentaje muy similar a lo que suponen las ventas en el entorno comunitario que, en la última campaña, han significado el 74,2%, de acuerdo con la valoración efectuada por la Interprofesional del Aceite de Oliva.
En esa evaluación se constata también un crecimiento llamativo del número de mercados en los que está presente el aceite de oliva español. Hace una década, en la campaña 2004-2005 las exportaciones alcanzaban a 127 países. En la última, la producción española ha llegado a 162 mercados. Pero es más significativo aún porque se ha doblado el volumen de exportación. Entonces las ventas en mercado exteriores se situaban en 550.000 toneladas. Una cifra que se ha suplicado (1.110.800 toneladas) en sólo 10 años.
Para el presidente de la Interprofesional, Pedro Barato, con estas ventas el sector ha supera “el mayor reto en toda nuestra historia” para gestionar la venta de 1.641.000 toneladas con una producción récord a nivel nacional de 1.780.000 toneladas. Una cifra que se situaba por encima de los 2 millones de toneladas, con las reservas de la campaña anterior. Barato ha insisto en que se han encontrado “mercados para dar salida a todo ese aceite y en unas condiciones favorables para nuestros productores y empresas. Salimos claramente fortalecidos de esta prueba”.
Una campaña baja
El problema es que ahora el sector se enfrenta a una campaña baja que difícilmente va a sostener esas cifras. Este año, el aforo presentado recientemente por la Junta de Andalucía predice que la producción nacional rondará las 784.000 tonelada de aceite, 643.000 toneladas en Andalucía. De entrada, la producción solo alcanza para cubrir ¾ de de las ven tas exteriores de 2013/2014.
Según el gerente de ASOLIVA, Rafael Pico Lapuente, que haya menos existencias redundará sobre todo en la venta de aceites a granel. Es decir, que los países –fundamentalmente Italia- que tienen en España su cantera de abastecimiento para ventas propias tendrán que comprar en otros mercados del arco mediterráneo. Esa será la principal diferencia frente a la pasada campaña, en la que “todo el que necesitó aceite venía a España porque no había en otro sitio”.
Pico Lapuente sostiene que la experiencia dice que “las exportaciones de envasado no sufren deterioro”, así que la caída de producción marcará una bajada en las ventas a granel. Un aspecto positivo para las marcas españolas pero con sombras en el plano de los precios ya que, por ejemplo, la subida de precios que suele derivarse de una caída en la producción no siempre repercute en los productores. Algunos países de influencia árabe no admiten un alza en los precios de más de 5%, “aunque en origen hay aumentado un 30%”, explica Pico, lo que define “un año difícil” para los productores españoles.
En cualquier caso, el aumento de la producción y las exportaciones ha permitido al aceite español, por primera vez en su historia, liderar mercados como el de Estados Unidos o Japón donde la presencia italiana es tradicionalmente hegemónica.
Ahora bien, una cosecha como la que acaba de empezar apunta a que para atender al consumo interno y satisfacer la demanda exterior a lo mejor hay que “recurrir a producciones de fuera de nuestras fronteras”, como señaló hace unos días el secretario general de UPA-Andalucía, Agustín Rodríguez. Aún contando con medio millón de toneladas de enlace entre campañas, la existencias van a rondar 1,3 millones de toneladas. Si tomamos como referencia que la demanda interna del último año ha sido de 530.000 toneladas, apenas quedará un excedente de 800.000 toneladas para dedicar a la exportación. Parece que el sector tiene un nuevo reto: mantener las expectativas generadas en un año de producción récord.