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Una treintena de municipios de Huelva y Sevilla revolucionan su economía con la minería

Las dos únicas minas de metales en activo actualmente en Andalucía -Aguas Teñidas (Huelva) y Cobre las Cruces (Sevilla)- han traído consigo una notable reactivación de la economía de sus áreas de influencia, que se plasma sobre todo en un incremento de las afiliaciones a la Seguridad Social del 34,68%, frente a una caída del 8,3% de media en el resto de municipios de las dos provincias. La Junta de Andalucía pretende extender este fenómeno a otros municipios castigados por el paro con la reapertura de otros dos yacimientos en la misma Faja Pirítica Ibérica, la más importante de Europa: el de Riotinto (Huelva), sólo pendiente de la autorización ambiental unificada, y el de Aznalcóllar (Sevilla), recién sacado a concurso público.

El efecto multiplicador de la minería, que siempre levanta controversia por ser potencialmente contaminante y más en una comunidad autónoma que ha sufrido en su piel el segundo mayor desastre ecológico del país (el vertido tóxico de Aznalcóllar en 1998), queda de manifiesto en un estudio del Centro de Investigación Internacional de Inteligencia Territorial. El mismo arroja, además del citado incremento en las altas en la Seguridad Social, un aumento de la población del 3,1% en los municipios incluidos en el área de acción de estas explotaciones mineras, frente al aumento del 1,9% del resto. Y además, la población en edad de trabajar (16-64 años) aumentó un 4,3%, en contraste con el 1% del resto. Hablamos, por tanto, de unos 150.000 habitantes, alrededor de 4.500 más que en 2009. “Todo esto supone un rejuvenecimiento de los municipios mineros”, según destacan los autores del informe.

Este estudio se ha desarrollado en los 32 municipios mineros (11 de Sevilla y el resto de Huelva) por encargo de la Dirección General de Industria, Energía y Minas de la Junta de Andalucía a partir de 2009, que fue cuando se pusieron en marcha las dos explotaciones mineras. De este modo, se constata que entre 2010 y 2012 se crearon más de 1.720 empleos nuevos y se registraron 12.231 afiliaciones más, un dato este último que contrasta claramente con la pérdida de 69.839 afiliaciones en el resto de municipios de las dos provincias.

Las expectativas frustradas

De todas maneras, se da la paradoja de que el desempleo ha crecido en este tiempo un 32% en los mismos (frente al 25% y 23% de las provincias de Huelva y Sevilla, respectivamente). ¿Por qué? Básicamente porque el crecimiento del desempleo, en un contexto de fuerte creación de empleo como el que se observa en las cuencas mineras, depende de un aumento de la población activa que busca trabajo. Este aumento en la búsqueda de trabajo puede deberse, por un lado, al crecimiento de la población en el entorno (que como se ha dicho ha ganado 4.500 habitantes, probablemente llamados por las oportunidades de empleo), y por otro, al hecho de que habitantes habituales que previamente estuviesen en situación de inactividad salgan también al mercado laboral, sobre todo animados por una mejor perspectivas de encontrar un trabajo en un contexto de reactivación económica.

De este modo, el número de contratos ha descendido un 11,4%, efecto de la estabilización y, especialmente, de la reducción de peso en el empleo agrícola. De hecho, la evolución de la afiliación por ramas de actividad provoca que el peso del sector primario pase del 31,8% del empleo total en 2010 al 22% en 2012. En este sentido, la evolución sectorial implica la creación de un empleo más cualificado que el que se está destruyendo.

Hay otros indicadores que ponen de manifiesto qué ha supuesto la minería en estas comarcas. Como el hecho de que la industria haya amortiguado su caída, pues frente a la caída del 10,7% general en Huelva y Sevilla, en este entorno lo hace menos de la mitad (4,9%). También se percibe una revalorización extraordinaria del valor catastral, ascendiendo hasta el 145%, frente al 13% del resto de municipios.

En general, se está hablando de un incremento de lo que son los índices de calidad de vida. En éstos entra, por un lado, la cuota de mercado -capacidad de compra o consumo en un territorio que se calcula a partir de la población, número de teléfonos fijos de uso doméstico, vehículos, oficinas bancarias y actividades comerciales minoristas- ha aumentado un 11,2%, en oposición al 4,7% del resto. Y, por otro, el índice de actividad económica, que se calcula en función de las impuestos generados por ésta. En el caso de los municipios mineros ha crecido en el periodo un 8,26%, mientras que en el resto ha caído un 4,32%.

El proyecto de Cobre las Cruces, productora principalmente cobre, y potencialmente de oro, pata, zinc y plomo), ha supuesto una inversión entre 1994 y 2013 de 850 millones de euros, y a medio plazo prevé otros 150. Por su parte, Aguas Teñidas (productora de cobre, zinc, plomo y potencialmente plata) ha implicado un desembolso entre 2006 y 2013 de 450 millones de euros en activos y hay una inversión prevista de 330,2 en los próximos tres años.