Agresiva, salvaje, explosiva. Son solo algunos de los epítetos que se emplean para describir la virulencia con la que el alga Rugulopteryx okamurae ha invadido los fondos marinos del Estrecho de Gibraltar, en lo que Ecologistas en Acción califica como “la mayor amenaza para la pérdida de la biodiversidad en los ecosistemas naturales del Estrecho de Gibraltar”.
Según el biólogo marino José Carlos García, su equipo pudo “comprobar que los fondos del Estrecho estaban literalmente alfombrados por esta especie que había desplazado la biota (organismos vivos) autóctona, tanto de flora como de fauna”. En un estudio de 2017, el investigador de la Universidad de Sevilla califica este alga de origen asiático como una especie invasora, por la agresividad con la que actúa sobre otras especies autóctonas.
Afecta a las dos orillas del Estrecho
La planta marina afecta a los dos orillas del Estrecho de Gibraltar: en el litoral andaluz, desde Sotogrande hasta Trafalgar, y, en la orilla meridional, desde Ceuta hasta Tánger. Las algas no sólo afectan a la vida marina, sino a sectores de la economía local, como la pesca o el turismo.
En palabras de García, “el problema tiene una dimensión tremenda. El sector pesquero me pidió que mediara para buscar una solución: sacan las redes y no se ve, solo ves el alga”. Su estudio señala que se están produciendo “graves impactos” sobre la comunidad de algas del fondo del mar, “la acumulación de miles de toneladas de algas de arribazón y problemas de enganches en redes de pescadores”.
Ecologistas en Acción denuncia que la invasión de algas afecta “a la imagen del turismo que busca playas limpias y se encuentra verdaderos vertederos putrefactos y nauseabundos”.
A finales de año será especie invasora
Según Europa Press, el Gobierno central ha iniciado por la vía de urgencia la inclusión de este alga en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras con el objetivo de que sea efectiva “a final de año como muy tarde”.
Las algas se detectaron por primera vez hace cuatro años. En 2016, se localizaron por primera vez de manera abundante con la llegada de algas muertas (arribazones) en playas tanto de Ceuta como de Tarifa. Hasta ahora, el único problema ambiental que había ocasionado este alga había sido en Francia, fruto de la contaminación de unas ostras procedentes de Asia y que recalaron en una piscifactoría francesa.
La Fundación Cepsa y la Universidad de Sevilla han firmado un convenio para estudiar la la Rugulopteryx okamurae. Cuenta con un presupuesto de 400.000 euros, durante 4 años, en los que fundación de la compañía de hidrocarburos aportará la mitad de la inversión y que liderará el investigador José Carlos García.
“El estudio en el que colaborarán la Fundación Cepsa y la Fundación de Investigación de la US tiene como objetivo analizar fortalezas y debilidades de esta especie asiática que está cubriendo el fondo marino y que provoca la aparición en las playas del litoral del Campo de Gibraltar de toneladas de esta alga”, señalan.
Denuncia de Ecologistas en Acción
Mientras tanto, Ecologistas en Acción presentó a finales de julio una denuncia ante la Fiscalía contra el Puerto de Algeciras y la Junta de Andalucía, “por si pudieran ser responsables y haber hecho dejación de funciones ante la presencia y la extensión del alga asiática”.
Aunque también se baraja la posibilidad de que el alga llegara incrustrada en un barco procedente de Asia, la organización Verdemar-Ecologistas en Acción indica que “la gestión de las aguas de lastre de los buques que han fondeado en la bahía de Algeciras han provocado esta invasión exótica, incumpliendo el Convenio Internacional de gestión de aguas de lastre”.
Según la organización verde, “en el puerto de Algeciras entran casi 30.000 buques al año, incumpliendo el Convenio internacional para el control y la gestión del agua de lastre y los sedimentos de los buques (BWM) reiteradamente durante años”.
El grupo verde insiste que la Junta de Andalucía debe informar sobre esta invasión al Ministerio de Transición Ecológica y que el alga “ha tapizado zonas con alto valor ecológico, como la isla de Tarifa y su entorno, con diversas especies protegidas y hábitats naturales de interés comunitario, cuya conservación requiere la designación de zonas de especial conservación”.
Valor económico de la retirada de algas
La retirada de las mareas de algas, que están llevando a cabo los ayuntamientos y que los ecologistas exigen que también haga el Gobierno de España, puede suponer una actividad económica mediante “un plan de eliminación por valorización”.
La asociación Algas del Estrecho ha lanzado una campaña de recogida de firmas, en la que destaca diferentes formas de sacarle partido económico a estas algas invasoras: cosmética, alimentación de peces y generación de combustible. Cualquier idea parece buena con tal de liquidar esta plaga tan “agresiva”, “salvaje” y “explosiva”.