Se les ha agotado la paciencia. Tras varios años luchando por su libertad, las familias de acogida de Darya Embarek Selma, Nahjiba Mohamed Belkacem y Koria Badbad Hafed han denunciado a Argelia y el Frente Polisario ante Naciones Unidas. Las tres jóvenes saharauis, mayores de edad y residentes en España, se encuentran retenidas contra su voluntad en los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia) por sus propias familias biológicas desde hace hasta seis años.
En un comunicado, las familias de acogida españolas señalan que toman esta medida “tras agotar las vías de negociación y el tiempo de espera para su liberación. Han dado un paso más y se han unido para presentar tres denuncias ante el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU”.
Con sus denuncias quieren poner de manifiesto “el incumplimiento del gobierno de Argelia y del Frente Polisario de su obligación de proteger, salvaguardar y garantizar los Derechos Humanos de las tres mujeres mayores de edad, que llevan entre 3 y 6 años retenidas contra su voluntad por sus familias biológicas en los campamentos saharauis de Tinduf (Argelia), privadas de libertad y obligadas a vivir una vida que ellas no han elegido”.
Las denuncias, que se han gestionado a través del Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias del Alto Comisionado de DD.HH. de la ONU, “responden a la insistente y reiterada argumentación esgrimida por los representantes del Frente Polisario que alude a que ”las chicas no han denunciado a sus familias biológicas“, desoyendo así una y otra vez las declaraciones y peticiones de las tres jóvenes pidiendo ayuda para recuperar su libertad y poder ejercer sus derechos sin coacciones ni presiones”.
“Violación de los Derechos Humanos”
Según el comunicado, las familias han presentado las denuncias personalmente en la sede de la ONU en Ginebra, para que el Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias “intervenga de acuerdo con sus procedimientos e investigue en profundidad la complicidad y connivencia del Frente Polisario y del gobierno argelino en esta violación de Derechos Humanos”.
En cuanto al contenido de las denuncias, las familias Contreras Calvo (Nadjiba), Mañogil Campillo (Koria) y Deniz Hernández (Darya) han subrayado que la situación de retención ilegal vulnera los derechos “recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, especialmente aquellos que se les conculca y que están referidos al reconocimiento de la identidad jurídica, la libertad de movimiento y la capacidad de pensamiento, opinión, expresión y comunicación”.
Insisten los denunciantes en que las tres jóvenes mujeres “no pueden decidir dónde, cómo y con quién quieren vivir, pese a que todas han expresado en reiteradas ocasiones su deseo de regresar a España. Así mismo, las familias están arropadas en su lucha por las de otros 50 casos de mujeres mayores de edad retenidas contra su voluntad en los campamentos, en similares circunstancias, que temen represalias si salen a la luz pública, si bien el hecho de que sean, al menos, medio centenar anula el argumento del Frente Polisario de que «son casos aislados». Y queda demostrado que tampoco se trata de «problemas entre familias», sino un problema de Derechos y Político de primer orden”.
Ángeles Deniz, madre de acogida de Darya, le recalca a eldiario.es Andalucía que “desde el primer momento me puse en contacto con el Frente Polisario, pero su representante en Tenerife nos contestó que eso era un problema entre familias y no se quiso implicar. Me puse en contacto con el cónsul de Argelia y tampoco se quiso implicar”.
Deniz añade que Jira Bulahi, delegada española del Polisario, “me convocó para una reunión en Madrid apenas un día antes, a pesar de que vivo en Tenerife y tengo que tomar un vuelo. Me dijo que yo no puedo visitar los campamentos, porque le he hecho daño a la causa saharaui... ¿Qué daño le he hecho yo a la causa? Daño sí que le están haciendo ellos a la causa secuestrando y reteniendo mujeres. La verdad es que ha sido un agotamiento intentar hablar con ellos”.
Por su parte, Bienvenida Campillo afirma que lleva “seis años sin poder comunicarme con Koria. Ni el Polisario ni Argelia están salvaguardando las libertades que todo ser humano ha de tener. Están machacando con sus derechos. En este tiempo nos han dicho que no pueden actuar, porque no hay ninguna denuncia puesta y las chicas tienen que denunciar a sus familias. Ellas no pueden hacerlo, así que lo he hecho yo”