“Nunca he creído que Jordi Pujol sea un corrupto”, ha subrayado este viernes el expresidente del Gobierno de España Felipe González durante una conferencia en Sevilla, donde ha admitido que le ha “dolido” conocer los hechos que implican al expresidente de Cataluña en un presunto fraude fiscal. En su opinión, detrás del escándalo en el que se ve inmerso el expresidente de Cataluña, tras haberse conocido que desde 1980 posee dinero depositado en el extranjero que no habría sido declarado a la hacienda pública, puede haber “una operación de cobertura de lo que tiene por debajo”, en alusión a la necesidad de proteger a su familia, especialmente a sus hijos.
“Es una enorme frustración que nos afecta a todos (...). Conozco a Jordi Pujol desde hace muchos años (...). Nos hemos entendido bien en nuestra desentendimiento”, ha continuado en referencia a los años en que coincidieron en el poder y convencido de que “en cualquier actividad humana se puede meter la pata y pagar el precio, pero lo que no es tolerable es que se meta la mano”.
Por otro lado, en relación a la tensión territorial, ha enfatizado que “ninguna de las negociaciones del sistema de financiación autonómica que justifica en parte el discurso rupturista se ha hecho sin la aprobación del Gobierno de Cataluña”.
Ha criticado también las “excusas” que hacían inviable el “encuentro” de los máximos responsables de los gobiernos de España y Cataluña y ha dicho que él tuvo “algo que ver” en que “finalmente” se sentarán Mariano Rajoy y Artur Mas el pasado mes de junio. Tras manifestar que conoce “algunos de los contenidos” de dicha reunión que no han trascendido, ha abogado por huir la de la confrontación. Igualmente, está convencido de que Artur Mas no irá un referéndum ilegal. Para insistir a continuación: “Si en política no se llega a un acuedo, siempre tiene que haber un árbitro, y éste debe ser aceptado por todos”. Eso sí, tampoco le gusta que “siempre haya que recurrir al árbitro porque no sepamos resolver los problemas”.
En este contexto, Felipe González, que ha participado en los Desayunos de Europa Press la mañana de este viernes, ha expresado que “llevamos muchos años de judicialización de la política, y ahora nos viene de vuelta la politización de la justicia”. Es decir, “hay muchos jueces que toman decisiones políticas”, y cree que esto es parte de la “crisis institucional”. De hecho, ha recordado que la cuestión de Cataluña “es un problema de la política, pero lo estamos convirtiendo en un problema de picapleitos”.