“Entre cuatro, reunidos una noche, se cepillaron las diputaciones”, ha declarado este jueves el presidente de la Diputación de Jaén y secretario general del PSOE en la provincia, Francisco Reyes, quien ha sido el que más claramente se ha desmarcado de su partido en el pacto de investidura suscrito por su secretario general, Pedro Sánchez, y el presidente de C's, Albert Rivera, y que incluye textualmente la “supresión ” de estas instituciones.
Lo ha enfatizado en una reunión convocada por el presidente de la Diputación de Sevilla y del PSOE en la provincia, Fernando Rodríguez Villalobos, con los responsables de las otras siete instituciones con las que cuenta Andalucía.
El objetivo del encuentro era pactar una resolución para elevarla a los órganos de gobierno de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP), que también preside Fernando Rodríguez Villalobos, en defensa de la continuidad de las diputaciones, cuyo futuro, tras la polémica surgida sobre todo en Andalucía donde tienen un papel muy importante, ha matizado incluso el propio Pedro Sánchez, quien luego ha hecho una interpretación diferente del pacto a la expresada por C’s en este tema.
Ese documento defiende la continuidad de las diputaciones pero reconoce que hay que trabajar en su “modernización”, que básicamente han explicado en clave de clarificar bien sus servicios y financiación y evitar duplicidades, mientras que frente a otras críticas a estas instituciones, como el “enchufismo”, los populares son más críticos, mientras los socialistas han negado que sea más que en otras. Un ejemplo que se ha puesto: C's, que tanto arremete contra esto, tiene 40 escaños en el Congreso de los Diputados y 27 cargos de libre designación. Han insistido en que las diputaciones son claves, especialmete para los municipios de menos de 20.000 habitantes, y si no existieran “habría que inventarse otra cosa”.
No han estado todos los presidentes, porque han faltado los dos que son del PP y en su lugar han venido los vicepresidentes. El de Málaga, Elías Bendodo, porque está en la Feria de Turismo de Berlín, y el de Almería, Gabriel Amat, no se ha explicado por qué, si bien desde el partido han negado que sea para esquivar las preguntas en torno a las investigaciones de los tribunales que pesan sobre él. Tampoco ha estado la presidenta de la Diputación de Cádiz, Irene García, porque tenía “otro asunto”, lo que ha propiciado una fotografía exclusivamente masculina. De todas maneras, lo que ha quedado de manifiesto es la división interna que este tema ha provocado en los dos partidos que más diputaciones controlan en España, porque a las ya expresadas en el seno del PSOE, se unen las del PP.
De hecho, el vicepresidente de la Diputación de Málaga, el popular Francisco Salado, no se ha sentido identificado con el comunicado que minutos antes había enviado el PP-A con declaraciones del vicepresidente de la FAMP y alcalde de Alhaurín de la Torre, Joaquín Villanova, de este mismo partido. En el mismo acusaba a Fernando Rodríguez Villalobos de usar a la organización para “los líos internos del PSOE”. También subrayaba Jaoquín Villanova que los populares han expresado, con su voto particular a la resolución que sí han aprobado, “el evidente intento de utilización” de la FAMP, diciendo que su presidente pretendía hacerse una fotografía para enviarle “un mensaje en clave interna” a Pedro Sánchez dentro del “pulso interno que se trae con Susana Díaz, secretaria general del PSOE-A, por ver quién es el que manda en el PSOE”.
Con no compartir las declaraciones de Jaoquín Villanova, ha justificado Francisco Salado que él y su homólogo de Almería se unieran a la fotografía, tomada este jueves en la Diputación de Sevilla. La otra contradicción interna de los populares la ha exhibido cuando ha criticado la ley de reforma de la administración local aprobada en solitario por el Gobierno del PP y que recientemente ha sido tumbada parcialmente por el Tribunal Constitucional. Ha opinado que no definió bien las competencias de las diputaciones. “Hay que seguir profundizando”, ha dicho sobre esta ley que necesitaba “un mayor consenso” y que cree que “no ha servido” para clarificar estas competencias y evitar las duplicidades, que es uno de los males que los dos partidos han reconocido que todavía aqueja a las administraciones.
Igualmente ha deseado que este mismo consenso entre el PP y el PSOE se dé para otras cuestiones: “Ojalá”, ha aseverado. Tras agradecer a Fernando Rodríguez Villalobos por este encuentro ha continuado: “No hay colores políticos. Todos los presidentes estamos convencidos de que hay que mantener estas instituciones”, igual que ha manifestado que “primero habría que preguntarles a los ciudadanos si quieren quitarlas con la excusa de formar un Gobierno de España”.
Por parte del PSOE ha hablado la voz más claramente crítica con el pacto entre Pedro Sánchez y Albert Rivera, el citado Francisco Reyes, porque se ha preferido que fuera él en lugar de un hombre tan vinculado a Susana Díaz como Fernando Rodríguez Villalobos, en la línea de evitar la imagen de la que la presidenta de Andalucía es la que está poniéndole chinas a la investidura de Pedro Sánchez. Francisco Reyes ha recordado que ya el 17 de septiembre de 2015, la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), a cuya comisión de diputaciones pertenece él, aprobó una resolución de la FEMP en la que “quedó claro qué piensan ”los consistorios de estas administraciones. Por eso, ha insistido en que “ese debate se abordó sin presiones y con serenidad”, y no con “prisas”, como entiende que ha ocurrido para negociar la investidura de Pedro Sánchez, y de ahí su frase de la reunión de “cuatro” que “no han pisado el mundo rural”.
Finalmente, se ha referido a que la militancia del PSOE ya se pronunció sobre el pacto con C's donde mayoritariamente lo respaldó, si bien en Jaén fue donde menos síes cosechó precisamente tras su encendida campaña en contra. “Ya manifesté mi total desacuerdo”, ha recordado. Pero entiende que las bases han pensado en “priorizar lo importante” que en este caso es “un cambio de gobierno para este país” pese a que no puedan estar de acuerdo con las 66 páginas firmadas por C’s, no ya sólo por lo que hay, “sino también por lo que falta”.