El Gobierno andaluz de PP y Ciudadanos ha lanzado una campaña en redes sociales contra los “bulos” xenófobos que sufren los inmigrantes, muchos de ellos difundidos por su propio socio de legislatura: Vox. La Consejería de Justicia, que dirige el vicepresidente de la Junta, Juan Marín (Cs), ha suscrito un contrato menor (inferior a 15.000 euros) con la empresa de publicidad Vuala Comunicación, que ha diseñado la campaña 'No des bola al bulo', con una serie de vídeos para You Tube, Instagram, Facebook y Twitter. La emisión comenzó el pasado 9 de enero y finaliza el próximo día 17.
En los vídeos, que superan ya las 30.500 visualizaciones en You Tube, se recogen y se desmontan con datos estadísticos algunas “falsedades” de tinte racista que padece la población inmigrante en España, incluido mensajes que Vox ha utilizado en sus mítines, en actos políticos, en redes sociales y en el propio Parlamento andaluz. “Los migrantes son víctimas de las falsedades y rumores que se extienden por las redes sociales y por Whatsapp. Estos bulos dificultan su integración en nuestra sociedad y generan rechazos y odios contra los inmigrantes que no son más que víctimas de esta red de mentiras”, dice uno de los vídeos que ha lanzado la Junta.
La campaña surge a iniciativa de la Red Anti-Rumores contra estereotipos de la inmigración, un proyecto impulsado y coordinado por la Dirección General de Coordinación de Políticas Migratorias de la Consejería de Justicia. La Red Anti-Rumores se creó en 2014 con el objetivo de “diagnosticar, identificar y desmentir opiniones infundadas, prejuicios y estereotipos sobre la población inmigrante en Andalucía”. Es un órgano creado por el anterior Ejecutivo del PSOE, que Ciudadanos ha mantenido activo, y en el que participan miembros de entidades públicas, expertos en migraciones y organizaciones sociales, como Médicos del Mundo o Cáritas.
Fuentes de la Consejería de Justicia explican a este periódico que la campaña se ha lanzado a través de los canales de difusión por internet “que más usan los jóvenes, por ser estos los más susceptibles a dejarse llevar por los bulos” xenófobos que inundan las redes. “No es una campaña diseñada específicamente para desmontar lo que dice Vox sobre los inmigrantes, sino para luchar contra las falsedades que se escuchan a diario en la calle”, advierten estas fuentes. La misión de los vídeos es “llegar al mayor número posible de personas”, mostrándoles información contrastada con la que hacerles tomar conciencia de los problemas xenófobos que puede ocasionar la difusión indiscriminada de un rumor“.
“Los inmigrantes saturan los servicios sanitarios”; “los inmigrantes nos quitan el trabajo”; “los inmigrantes tienen más ayudas que los españoles”; “los chinos no pagan impuestos”... Estos son algunos de los prejuicios que recopila la campaña de la Junta de Andalucía en los vídeos colgados en redes, para luego explicar con datos cuál es la realidad frente al bulo: “sólo el 11% de las consultas realizadas en los centros sanitarios son de personas de origen extranjero frente al 89% de las realizadas por españoles”; “la población extranjera afiliada a la Seguridad Social en Andalucía en junio de 2019 representaba el 7,95% del total”; “no existe ningún tipo de ayuda social dirigida a personas de origen extranjero por el mero hecho de serlo y de las que puedan quedar excluidas las personas de origen español”; “todos los extranjeros que permanezcan más de 183 días en el país están obligados a pagar impuestos”.
El bulo sobre los migrantes que “roban el trabajo a los españoles” o los que “colapsan la sanidad pública” es el más difundido por los dirigentes de Vox, además de las reiteradas denuncias con las que vinculan inmigración y delincuencia. En noviembre, durante una sesión de control al Gobierno, el portavoz del grupo de extrema derecha, Alejandro Hernández, le trasladó a Moreno su preocupación por que haya andaluces en paro que se nieguen a apuntarse a las campañas agrícolas, donde casi la totalidad de los temporeros son inmigrantes, y deslizó que se aumentasen los controles sobre los subsidios agrarios. El presidente le respondió que los andaluces en paro rechazaban hacer un trabajo de estas características y que la Junta no podía “obligar a nadie a trabajar en algo que no le guste o que no quiera”.
Otro ejemplo: la líder de Vox en Madrid, Rocío Monasterio, puso el acento en la sanidad: “Es un abuso que en Madrid, de cualquier parte del mundo tú puedas venir a operarte y esa factura no se le mande a tu país de origen”. Pero esto no es exactamente así. En Madrid, como en Andalucía, los gobiernos autonómicos tienen distintos convenios con otros países que prevé la cobertura sanitaria de sus ciudadanos en España. La Junta traslada a estos países, por los cauces legales establecidos, la factura de las asistencias médicas a los extranjeros.
El partido de extrema derecha, que sostiene al Gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla, ha condenado duramente la campaña de sus socios en las redes. “Atónitos ante la bajada de pantalones al más puro estilo progre de la Junta de Andalucía, adoptando un lenguaje puramente globalista y sirviendo de correa de transmisión al ”diccionario ético“ de Newtral o Maldito Bulo. Desde Vox habrá que estar atento a estos delirios”, ha escrito el secretario de comunicación de Vox Andalucía, Rubén Pulido. Algunos simpatizantes del grupo conservador han respondido con cierta indignación, instando a Vox a retirar su apoyo al Ejecutivo andaluz de PP y Cs.
La formación de Santiago Abascal mantiene desde su origen una política muy beligerante contra la inmigración irregular, a veces, apoyándose en planteamientos ideológicos no contrastados con datos oficiales. En la primera negociación con el PP andaluz para respaldar la investidura de Moreno, Vox exigió la deportación de 52.000 inmigrantes de Andalucía y suscribir “un convenio con la Policía Nacional para la identificación de los inmigrantes ilegales” cuando usaran los servicios públicos de la Junta, por ejemplo, los centros de salud. Los populares lograron que sus socios aparcaran esa exigencia, pero se mantuvieron otras medidas en esta misma línea: el convenio con el Ministerio de Interior, por ejemplo, o la retirada de ayudas para la integración de las personas migrantes y el aumento del presupuesto para reforzar la seguridad en centros de acogida de menores extranjeros no acompañados en Andalucía.
Los dirigentes de Vox tanto de ámbito nacional como andaluz han lanzado a menudo denuncias falsas sobre los migrantes, luego desmentidas por organismos oficiales: el Gobierno, la Policía, el Consejo General del Poder Judicial, la Junta de Andalucía. Sobre la exigencia de aumentar el gasto de seguridad en centros de acogida de menores migrantes tutelados, la Consejería de Presidencia del Gobierno andaluz advirtió a sus socios de que el índice de delincuencia asociados a este colectivo no superaba el 0,54%. Vox no dio por bueno estos datos oficiales y la Junta terminó aceptando un aumento de 100.000 euros para seguridad en centros de menores, pero no destinó el dinero a los centros de acogida para menores migrantes (que gestiona la Consejería de Igualdad) sino a los centros de reforma para jóvenes infractores (que gestiona Justicia), donde el 80,5% de los internos son españoles. Abascal también ha llegado a decir públicamente que algunos “Mena cobran más que nuestros jubilados y nuestras viudas”. Sin embargo, la Junta no paga ningún tipo de subvención finalista a menores extranjeros no acompañados.
Entre las denuncias de corte xenófobo que Vox ha difundido sobre los menores migrantes tiene un capítulo aparte la polémica en torno al centro de acogida de la Junta en el distrito Macarena. Este espacio, gestionado por Igualdad, fue objeto de manifestaciones y protestas de tinte racista en el barrio, en las que participaron diputados y miembros de Vox. La consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, condenó estos actos y pidió al grupo de extrema derecha que no “criminalizase a los menores”. Ruiz invitó incluso a los diputados de Vox a visitar por dentro el centro de la Macarena para que “conocieran de primera mano el trabajo de formación que hacen allí” y que esto les ayudase a “perder los prejuicios”.
El último incidente sobre este asunto fue el acto electoral que organizó la líder de Vox en Madrid, Rocío Monasterio, a las puertas de este centro, donde convocó a la prensa para denunciar que había “manadas de menas [menores extranjeros no acompañados] que tenían ”atemorizados a los vecinos“. La coordinadora general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, denunció las palabras de Monasterio ante la Fiscalía como un posible delito de odio, y el Ministerio Público lo está investigando en este momento. Abascal también reiteró en campaña electoral -y durante el debate en RTVE- que ”el 69% de los varones imputados en violaciones grupales han sido extranjeros“. Sin embargo, no existe ninguna estadística oficial específica sobre imputados en agresiones sexuales múltiples.
Sí hay estadísticas oficiales sobre el conjunto de agresiones sexuales y todas ellas reflejan lo contrario: que la mayoría de los autores son españoles. Según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), del total de 2.917 adultos condenados en 2018 por delitos contra la libertad e indemnidad sexuales, 2.184 eran españoles y el resto extranjeros (un 25,1 %). En el caso de los menores, el porcentaje era del 23,5 %: Solo 96 extranjeros de un total de 408 condenados. De acuerdo con el Informe sobre delitos contra la libertad e indemnidad sexual en España de 2017 (Ministerio del Interior), un 70,1 % de los detenidos o investigados por estos delitos eran españoles, frente a un 29,9 % de extranjeros.
La cifra del 69% extranjeros que dio Abascal se basa en un estudio del año 2010, centrado en agresiones sexuales múltiples en las que la víctima no conocía a sus victimarios. En él no aparecen la totalidad de las agresiones sexuales múltiples, faltarían, por ejemplo, “las manadas” a quien la víctima sí conocía. Por lo tanto, no hay datos oficiales que permitan conocer el porcentaje de extranjeros o nacionales que cometen agresiones sexuales múltiples, informa Efe.
La campaña antibulos de la Junta de Andalucía termina recomendando cómo evitar “informaciones falsas” y distinguir entre “un montaje” y “algo verdadero”: “No creas todo lo que lees; verifica que la fuente sea fiable; confirma la fecha, lugar y nombre del informante” y “busca dos fuentes fiables”. “Si pasa estos filtros, ¡comparte!, si no, no le des bola al bulo”, concluye.