Granada dice adiós a su último cine de verano
La cara de un niño ilusionado por ir por primera vez al cine, esa pareja que al fondo de la sala ni siquiera sabe cual es la película que se está proyectando o aquella emoción furtiva en el corazón de quien no se atreve a confesar que la historia le ha hecho llorar. “Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia” decía el replicante Roy Batty en Blade Runner. Y en Granada se irán con el recuerdo del último cine de verano que echa el cierre.
Tras 35 veranos de buen cine, dice adiós un lugar que tomó su sobrenombre del popular distrito Los Vergeles en el que se ha levantado hasta ahora. El Cine de Verano Los Vergeles ha pasado a formar parte ya de la memoria colectiva de unos granadinos que no volverán a disfrutar de él. Enclavado en la calle Palencia de la capital, este cine de verano era el último testigo de lo que el séptimo arte y la temporada estival son capaces de hacer cuando se dan la mano.
La burbuja inmobiliaria no pudo con él, los avances tecnológicos sí. La esencia de este cine es que aún guardaba el mismo aroma con el que abrió sus puertas en el verano de 1980. Pocos cambios había vivido salvo la remodelación de sus dos primeras salas. Entonces eran dos de 200 metros cuadrados que acabaron dividiéndose en otras tantas para proyectar más películas y recibir más visitantes. En doble sesión, de diez de la noche y doce de la madrugada en su hora “golfa”.
Los granadinos supieron de la noticia de un modo abrupto. Apenas este mensaje en Facebook: “Hola a todos sentimos comunicaros que el Cine Los Vergeles no abrirá de nuevo sus puertas. Por motivos ajenos a nosotros. Gracias a todos por estos años.” Fue el pasado 8 de junio cuando se supo lo que hoy ya es realidad, que este lugar sería demolido para dar paso a nuevas empresas. En distintos sentidos. El comercial y el que da por hecho que la historia de amor, terror, comedia o fantasía en este cine han escrito su particular 'The end'. Si bien hubo quienes intentaron promover plataformas para evitar el adiós, de nada sirvió. La decisión ya estaba tomada.
El propietario, Julio Álvarez, que ha alquilado su uso a diferentes emrpesas en los últimos años, asume que ya no era rentable seguir abriendo sus peculiares salas. Apenas había habido cambios en su estética y a pesar de ello siempre tuvo granadinos dispuestos a regalarse dos horas de su tiempo ante las historias que veían en la gran pantalla. Y en el descanso de las películas, que siempre había uno a mitad de estas, era necesario, cual peregrinación, acudir a la barra a medio camino entre la de un bar y la de una caseta de feria. Allí se consumía y se sacaban los fondos extra que necesitaba una instalación que solo abría tres meses al año. Pero el alto coste que supone remodelar un cine tan peculiar para adaptarlo a las necesidades de las nuevas proyecciones han acabado por ponerle la puntilla.
De cine a supermercado
Los terrenos sobre los que hasta ahora se ha levantado el Cine de Verano Los Vergeles serán ocupados por una nueva superficie comercial. Una importante marca de supermercados se ha hecho cargo del alquiler de los terrenos y en ellos levantará sus nuevas instalaciones con las que ya cuenta en distintas partes de la capital granadina.
Mientras Granada se queda vacía de cines de verano urbanos, donde se emplazaba el de Los Vergeles será ahora un supermercado que tendrá una fuerte competencia. No en vano sus instalaciones estarán junto a 'Merca 80' que es una gran nave con comercios de barrio. Para saber como convivirán habrá que esperar a la secuela de esta historia. Cuando no quede ni rastro de lo que un día fue un lugar de encuentro para las emociones, los sueños y el disfrute de los granadinos en verano.