La Alhambra sigue fascinando al mundo entero por la belleza que atesora y por los misterios que aún esconde. El último, un edificio palatino que ha sido descubierto por un equipo de arqueólogos que lleva trabajando desde octubre en el entorno del jardín de la Alamedilla, muy próximo a los palacios nazaríes que visitan anualmente 3,5 millones de turistas. Allí, en los años 50 del siglo XX se encontró una alberca que fue restaurada y que ha servido como prueba de que podría haberse construido en una casa ya destruida. Con los trabajos realizados, los primeros indicios apuntan a que esa construcción existió.
Las excavaciones, que se iniciaron en octubre, han sacado a la luz los primeros restos de lo que parece ser una vivienda-palacio que habría tenido una extensión de 440 metros cuadrados. Es decir, una estructura más que considerable que estaba levantada en el corazón del monumento granadino. La directora del Patronato de la Alhambra, Rocío Díaz, asegura que se han detectado “cuatro crujías y es posible que dicha vivienda dispusiera de un baño o hammam propio”. Indicios de que podría tratarse de una estructura muy antigua porque los restos corresponderían “a una casa-palacio perteneciente a una etapa cronológica temprana de la dinastía nazarí”.
Los trabajos se iniciaron en este entorno precisamente porque la alberca restaurada hace medio siglo permitía intuir que en esa zona podría haber una edificación. Ahora, tras una inversión de 60.000 euros, a cargo de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, y casi tres meses de trabajo, las sospechas van camino de confirmarse. No obstante, fuentes de la excavación explican a elDiario.es Andalucía que el hallazgo está aún en una fase muy temprana y que hay que ser cautos. “La intervención está sin concluir porque falta toda la parte de revisión de los datos de campo y el estudio de las fuentes escritas”.
Para tener toda la información posible sobre esta estructura palatina, el equipo de arqueólogos que está trabajando sobre el terreno está tomando datos del subsuelo. De hecho, así comenzaron los trabajos para poder saber la importancia de los restos que hubiese enterrados, así como las diferentes cotas de afección arqueológica que son las que sirven para determinar la antigüedad de los restos y si hay más en la zona. “La investigación en curso ofrecerá datos más concretos de esta estructura doméstica con el estudio de los materiales aparecidos en la excavación y la finalización de los tres sondeos planteados”, explica la directora del Patronato, Rocío Díaz.
El entorno en el que se está trabajando es uno de los grandes desconocidos de la Alhambra. Pese a estar entre los palacios nazaríes y la Iglesia de Santa María, poco se sabe de lo que hay bajo el suelo y en las estructuras que aún se mantienen en pie. Gracias a las excavaciones de la década de 1950 lideradas por el arquitecto Francisco Prieto Moreno, se logró encontrar la alberca que podría formar parte de esta casa-palacio que se está descubriendo en el subsuelo. Sin embargo, no se sabe mucho más de lo que hay en los alrededores. Sí hay documentación escrita y pruebas documentales de siglos pasados que hablan de más edificios en la zona en la que están estos jardines, pero no hay pruebas físicas concluyentes que permitan concretar dónde estaban, cuándo fueron construidos y por qué desaparecieron.
No obstante, el equipo de arqueólogos no descarta que se hagan nuevos trabajos y estudios en este entorno por los indicios que hay de haya más edificaciones ocultas bajo el subsuelo. Algunos de ellos podrían llegar a ser restaurados como ocurrió con la citada alberca, con un silo pequeño excavado en la roca y con unas piletas. Además, los muros que delimitan el solar en el que se está buscando la casa-palacio delatan añadidos y transformaciones que podrían explicar qué pasó con esta edificación a lo largo del tiempo.
Bilal Sarr, especialista en arqueología Andalusí de la Universidad de Granada, califica de “hallazgo revolucionario” el trabajo que se está realizando en la Alhambra y que ha sacado a la luz lo que parecen ser los restos de esta casa-palatina. “La Alhambra sigue siendo un lingote para la Historia y Arqueología medievales peninsulares e incluso mundiales. El último periodo de al-Andalus encierra numerosas contradicciones. La debilidad política y militar del Emirato Nazarí (siglos XIII-XV), apenas abarca la Alta Andalucía con las provincias de Granada, Málaga y Almería, contrasta con el esplendor cultural, agrícola y arquitectónico que son el fruto de la maduración del modelo y civilización islámica en occidente”, explica.
Según el experto, este hallazgo demuestra que existe “una planificación exhaustiva del espacio desde que, en la primera mitad del siglo XIII, Muhammad I, fundador y epónimo de la dinastía nasrí, construyese la alcazaba y la Acequia de la Alhambra”. Dado que el monumento nazarí para Bilal Sarr es “la mayor joya de la arquitectura islámica occidental e incluso”, la importancia de esta edificación también parece encontrarse en el hecho de que está estrechamente relacionada “con la Acequia Real que vertebra toda la ocupación de la colina alhambreña”.
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