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La Escuela Andaluza de Salud se moviliza contra los planes de la Junta de cerrarla

Defendiendo un legado de 35 años y una sede en Granada referente en materia de salud, la Escuela Andaluza de Salud Pública de Andalucía (EASP), dependiente de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, se moviliza estas semanas para evitar que se cierre. Al menos, esos son los planes del Partido Popular que preside la Junta de Andalucía y que, a través de su grupo parlamentario, ha llevado a cabo una proposición de ley que solicita “la disolución y extinción” de esta institución para incluirla en el Instituto Andaluz de Salud (IAS) que se quiere crear en Sevilla y que englobaría a la EASP y a otras entidades.

Con poco tiempo para lograr una solución, el 5 de febrero la Mesa del Parlamento de Andalucía calificará la propuesta y el 8 está previsto que se publique en el Boletín Oficial del Parlamento de Andalucía (BOPA), los plazos preocupan. Porque la disolución recogida en la propuesta causa más que nerviosismo entre los trabajadores y dirigentes de la EASP. En sus tres décadas y media de historia han ido desarrollando una labor que no solo tiene cabida en el ámbito de la formación, sino que también en la investigación, con cientos de proyectos desarrollados, en el de consultoría, cooperación internacional o a través de diferentes instituciones con las que colabora. Por ejemplo, es un centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus sinergias son tan fuertes con la Universidad de Granada (UGR) desde 1998 que su sede está instalada precisamente en el Campus de Cartuja, uno de los más importantes.

En la EASP cada año se realizan formaciones en diferentes ámbitos de la Salud Pública, a través de módulos, cursos o diplomas, que suelen superar los 25.000 participantes. Al mismo tiempo, es una institución pionera en proyectos como la Escuela de Pacientes de Andalucía o que participa activamente en el Registro de Cáncer de Granada, el Observatorio de la Infancia de Andalucía o el Observatorio de Salud y Medio Ambiente, entre otros. Una labor que es posible gracias a su personal que ronda los 200 profesionales entre investigadores, docentes y equipos técnicos. Almudena Millán es una de las personas que integra el equipo humano de la EASP. Presidenta del comité de empresa y profesora de la escuela desde hace 20 años, defiende a la institución desde el respeto a la negociación con la Junta que desean tener: “Necesitamos una interlocución más directa”.

Denuncia que “lo que conocemos es por la prensa” y aunque ha leído declaraciones del portavoz del PP en el Parlamento de Andalucía, José Antonio Nieto, que abre la puerta a que la sede física siga abierta aunque con menos funciones, lo considera “un avance, pero nosotros queremos que se mantenga nuestra actividad”. Para Millán, “la propuesta no garantiza que podamos mantener nuestras alianzas”. Según explica, “la fórmula escuela es una fórmula distinta a la meramente académica, tenemos un círculo completo de utilidad a la sociedad”. En la EASP quieren trasmitir esa cuestión al Gobierno andaluz para que se comprenda.

“Si desaparecemos, no habría nadie que ofreciese nuestro servicio público a nivel universitario y administrativo”, explica. La presidenta del comité de empresa de la EASP deja claro que “somos especialistas en salud pública y gestión sanitaria, pero el instituto que se propone se basa sobre todo en la biomedicina, así que nosotros lo complementamos”. De ahí que se muestren en contra de la disolución del centro para incluirlo en el IAS. “Queremos mantener la personalidad jurídica y adscribirnos al nuevo instituto, pero no diluirnos, como sucede con otras instituciones”, advierte Millán que avanza no querer “tirar por la borda 35 años de trabajo”.

Problemas presupuestarios

A los planes actuales de la Junta de Andalucía con la EASP hay que sumarles los de índole económica que padecen casi todas las instituciones dedicadas a la formación e investigación en nuestro país. Millán asegura que “venimos sufriendo recortes presupuestarios desde 2010 y vamos sobreviviendo a través de fondos específicos”. La representante del personal de la EASP argumenta que desde entonces tienen los sueldos congelados y que se está incumpliendo convenios, “así que estamos en unas condiciones laborables muy precarias”. 

El presupuesto anual de la escuela ronda los 12 millones de euros, de los cuales alrededor de 8 se dedican al pago de las nóminas y una parte importante se dedican a la adquisición de servicios en empresas y locales de Granada, “generamos economía para la ciudad”. Desglosando dicho presupuesto, encontramos que “el 80% de nuestro presupuesto nos llega a través de la Junta de Andalucía, porque somos una entidad propia del Gobierno andaluz” y que “el 20% lo obtenemos a través de nuestra labor con otras instituciones, por lo que ahora corre peligro”. Por eso, “estamos intentando recabar nuevos apoyos para que se garantice el futuro de los trabajadores”.

Mientras esos apoyos llegan, desde la EASP ponen el foco en los planes presupuestarios de la Junta con el futuro IAS. Según denuncian: “La propuesta recoge que el nuevo instituto tendrá de presupuesto como máximo la masa salarial de las instituciones que se quieren fusionar. Nos tememos que eso supondrá que el crecimiento será a costa unos de otros o que se hará mercantilizando algunos servicios, perdiendo parte pública para ganar privada”.

“Centros mejor coordinados”

El asunto del posible cierre y traslado al IAS de Sevilla ha encendido los ánimos entre la oposición política al PP en el Parlamento de Andalucía. El PSOE, que se ha mostrado especialmente en contra de la propuesta, ya ha recibido respuesta del delegado de Salud en Granada, Indalecio Sánchez Montesinos. “Cualquier actitud que tengamos de cambio siempre provoca inquietud entre la oposición, me sorprende que no se haya tenido la misma con los ERE”, dice el representante de Salud. Añade que “todo se basa en un principio: queremos poner orden y transparencia”.

Según Sánchez Montesinos, “queremos ofrecer la mejor eficacia en el trabajo con los instrumentos que tenemos”. Por ello, quieren “crear un órgano que aglutine a todos los órganos de los entes instrumentales que tiene la Consejería, pero eso no significa que la EASP se vaya a eliminar”. El delegado de Salud en Granada incide también en que “no se va a cerrar ni se va a trasladar a Sevilla”. “Solo queremos mejorar la eficiencia de los centros y queremos agrupar la EASP en torno a un instituto para que no tome decisiones cada uno por su cuenta y que estén coordinados”, concluye.

Por su parte, el portavoz del PP-A en el Parlamento, José Antonio Nieto, argumentó hace unos días que tratarán de garantizar “que todo lo que funciona bien en la EASP se va a potenciar, y que otros espacios que tienen que mejorar, no solo de la Escuela sino de otros grandes organismos, se mejoren para que se consiga ser un referente en Europa de la investigación médica. La EASP juega un papel fundamental en esa tarea. Y lo que queremos es sacarle el mayor rendimiento con las mayores garantías”. A su vez, Nieto recordó que “si la escuela es buena para los trabajadores y mala para Andalucía, no nos sirve. Si la escuela es buena para todos, entonces es la referencia que tenemos”.