A Francisco Cuenca (Granada, 1969) es difícil verle nervioso. A pesar de haber llegado siempre a la Alcaldía de Granada a contracorriente, suele hacer suyo el relato de que lo importante es poder ser alcalde. Ahora se cumple un año desde que el socialista alcanzar por segunda vez el mandato de dirigir los destinos de los granadinos –con los votos del PSOE, Podemos-IU y dos ediles de Ciudadanos, entre ellos el exalcalde Luis Salvador– y toca hacer balance. Sobre todo cuando llegó al cargo tras la autodestrucción del bipartito que ostentaban Ciudadanos y PP y que saltó por los aires a los dos años de configurarse.
En unos meses marcados por el final de la peor fase de la pandemia que permite retomar cierta normalidad, salvo por la alta inflación, la ciudad de la Alhambra tiene muchos desafíos por delante y la aritmética municipal juega a su favor. En esta entrevista para elDiario.es Andalucía, Cuenca analiza en qué situación están los socialistas después de lo ocurrido en las elecciones andaluzas y visualiza qué puede pasar con las municipales de 2023. El regidor granadino no se esconde ni titubea para valorar lo sucedido a nivel autonómico ni para pedir autocrítica a sus propios compañeros. Sin haberse planteado aún si volverá a ser el candidato socialista a la Alcaldía de Granada, quizá vive la política con la tranquilidad del que no tiene nada que perder habiendo obtenido dos veces el bastón de mando de forma inesperada.
Toca hacer balance en el aniversario de su retorno y pocas semanas después de celebrar unas elecciones en Andalucía en las que el PSOE ha perdido de manera clara. Usted, que es socialista, ¿cree que podrá ganar de nuevo las elecciones locales o el PSOE está en un retroceso que afecta a todos los niveles?
Hay un precedente que indica algo. Después de 30 años, este grupo ganó las elecciones de forma rotunda. Creo que no se pueden hacer correlaciones entre los datos de las andaluzas y los locales. La gente piensa distinto cuando se trata de lo municipal. Ahí se fijan en quién les está gobernando. En quién les genera tranquilidad y en quién les genera líos. Se percatan de aquellos que están trabajando y quiénes aparecen solo en los momentos de elecciones. Los granadinos han votado que no quieren líos y quieren ideas y creo que en Granada somos nosotros los que representamos esa idea.
Entiendo que eso tiene su propia lectura autonómica. ¿Qué valoración hace de los resultados de las elecciones andaluzas?
Ha ganado Juan Manuel Moreno de forma rotunda y tiene todo mi reconocimiento. Además cuenta con la lealtad al Gobierno del PP en la Junta con el que espero seguir desarrollando esta ciudad. Y recalco que espero seguir porque es lo que hemos estado haciendo hasta ahora. Con total lealtad voy a seguir trabajando con ellos.
La gran pregunta que muchos se hacen es si el PSOE, a la vista de los resultados, ha fracasado en estos comicios.
Creo que el PSOE lleva años perdiendo confianza de los andaluces. Creo que se tenían que haber ido tomando otras decisiones y escuchar más a los andaluces y haber, sobre todo, generado visión de futuro. Un proyecto para Andalucía mucho más nítido. Eso no se ha hecho y ahora ha llegado un momento determinado en el que, desde un espacio de centralidad, Moreno ha ganado las elecciones. Humildemente creo que en Granada lo representamos nosotros desde una posición progresista. Somos un gobierno para todos los granadinos. Eso es lo que ha pasado en Andalucía porque al PSOE le ha faltado esa progresión. Hay que reconocer la derrota, hacer autocrítica y proyectar un futuro para Andalucía desde el PSOE que ayude a recuperar la confianza.
¿Dónde cree que ha estado el acierto de Moreno Bonilla para lograr la mayoría absoluta?
Hay varias cuestiones. Para lo bueno o para lo malo, él ha dejado que las cosas se quedasen dormidas. Eso no es bueno para Andalucía. En Granada hay cosas como el Palacio de Congresos o el Parque de las Ciencias que en estos años de Moreno Bonilla se han quedado durmiendo, y eso no es bueno. Lo ha hecho estratégicamente para no meterse en charcos. Creo que hay que acometer mejoras e inversiones donde la Junta tiene que comprometerse. Ha jugado a moderación en todos los sentidos, pero sin meterse en todas las cuestiones donde hay que meterse a mejorar. Ha jugado a pasar de puntillas y la gente ha valorado que mejor no meterse en líos. Yo entiendo bien esa visión y comparto que la ciudadanía no quiera conflictos. Mi idea es similar, aunque yo sí trato de gestionar lo mejor para Granada.
El Gobierno central está en un momento difícil, según las encuestas, ¿cómo lo ve? ¿En qué se está equivocando?
Yo creo que quizá a la hora de trasladar todo lo que está haciendo. Creo que, en este país en el que se ha incrementado el SMI, se ha creado una ley de la formación profesional dual y se ha puesto en marcha una reforma amplia sobre los derechos esenciales y fundamentales, se ha hecho un buen planteamiento en violencia de género y se están haciendo muchas leyes en un momento en el que se protege a la ciudadanía, no se está comunicando bien. Por eso, creo que se valora poco el esfuerzo del Gobierno. Creo que tiene que haber más cercanía y mejorar la comunicación con la ciudadanía.
Moreno Bonilla ha jugado a pasar de puntillas y la gente ha valorado que mejor no meterse en líos.
Hablemos de Granada para hacer balance. ¿Qué tal este primer año de nuevo mandato?
Si algo hemos aportado a Granada ha sido estabilidad y tranquilidad. Para poder reflexionar y valorar este año hay que pensar cómo estábamos hace un año y tres meses. Entonces éramos noticia nacional porque había unos señores que decían “quítate tú para ponerme yo”. Con el tema del 2+2 y concejales del PP quitándose de sus competencias. Entonces, había un lío que atascaba la ciudad en el momento más crítico de la pandemia. Lo que hemos hecho es darle estabilidad y rumbo a la ciudad. Estabilidad porque hay un plan de gestión. Hay una planificación seria sobre el estado de cuentas y la estructura de personal. Antes se hablaba de 2+2 y ahora se habla de inteligencia artificial. La estabilidad te la da la mayoría. Nosotros somos un equipo de 10 personas más dos concejales no adscritos.
Por otra parte, tenemos rumbo gracias a un factor fundamental: después de muchas décadas, Granada tiene un proyecto de ciudad. Basado en una visión metropolitana y de calidad del aire. También es rara es la semana que no nos sentamos con una compañía para tratar la llegada de una nueva empresa de nuevas tecnologías. Además, todo está plasmado en el pacto de ciudad sellado en el Carmen de los Mártires. Esa estabilidad te permite llegar a charcos como un acuerdo con el resto de instituciones. Si no hablásemos de estabilidad, no confiaría el Gobierno de España en Granada para que hubiese una cumbre de Europa en el segundo semestre de la presidencia de España en el marco europeo. También tenemos una cumbre internacional del Instituto Cervantes a final de año. Todo esto no se produciría si no hubiese tranquilidad. Eso es prestigio. Hablamos de una buena gestión con la que hay más de 120 millones de euros que se están generando en obra y vivienda. Hace cinco años aquí la gente salía corriendo cuando se hablaba de urbanismo.
Y a pesar de todo, el mismo PP que se autoexpulsó de la Alcaldía, no se ha renovado municipalmente, ¿se lo esperaba?
El PP, para darle la vuelta como un calcetín, lo primero que tiene que hacer es pedirle perdón a los granadinos. Los grandes líos y la parálisis que en momento puntuales ha tenido Granada en esta última década tienen el nombre del PP. Vulneraron la confianza de los granadinos. Les estafaron en el momento en el que dejaron sus competencias como concejales del PP, cuando además tres años antes nos habían metido en el escenario de la corrupción (con la Operación Nazarí que acabó con la detención del exalcalde del PP José Torres Hurtado). A partir de ahí, supongo que empezarán una revisión interna en la que tienen que decir en qué están. Sacar adelante unas cuentas municipales es muy importante y difícil para una ciudad. En 2020, yo levanté la mano y dije que aquí estábamos para ayudar a los ciudadanos. Todavía estoy esperando a que ellos digan algo.
Hablando de presupuestos municipales y dando por hecho que el PSOE ha sido clave para aprobar los dos últimos, en Granada cuesta mucho aprobar las cuentas locales, ¿por qué?
Cuesta trabajo en todos los sitios. Sin ir más lejos, hay que recordar que el presupuesto de la Junta de Andalucía está prorrogado. Los granadinos tienen que pensar en quién aporta estabilidad y quienes líos. Creo que hasta ahora hemos tenido una etapa de tranquilidad que ayuda a que saquemos adelante un presupuesto. Cuando hay tranquilidad, se sacan presupuestos, cuando hay líos no. Hemos puesto las bases en estos presupuestos para poder ir actualizándolos año tras año. Si generamos confianza, podremos generar más dinero a través de las obras. A las grandes constructoras, por ejemplo, les vamos a cobrar más, porque generamos confianza. Hemos apostado por la calidad y la excelencia del turismo. Y hemos puestos los pilares para tener fuelle para los próximos años. Cuesta trabajo porque tenemos que pensar más en lo que nos une y menos en aquellas cosas que son de parte. Hay muchas cosas en las que sí podemos podemos de acuerdo e invito al PP a que proponga y busque iniciativas. Uno de los logros que no había pasado es el acuerdo de los Mártires. Sentar a todas las instituciones de toda ideología.
Los granadinos tienen que pensar en quién aporta estabilidad y quienes líos.
Imagino que ese pacto lo incluye en su lista de aciertos durante este año, ¿cuáles más ha tenido?
Habría que señalar tres. El pacto de los Mártires con el que hay un proyecto para las próximas dos décadas. El segundo ha sido sentar a todos los alcaldes y alcaldesas y llegar a un acuerdo para mejorar los servicios en el área metropolitana con autobuses y metro. Así como abordar de manera progresiva un plan sostenible para la Vega. O cuestiones que tienen que ver con el desarrollo de la zona. El tercero es hacer que este ayuntamiento funcione como una casa donde las cuentas se gestionan bien. Hay 120 millones de euros en inversión público-privada y al mismo tiempo hemos sido capaces de ahorrar 8 millones de euros. En resumen, hay un proyecto de ciudad, una visión metropolitana y una buena gestión que nos permite ambicionar.
En algo se habrá equivocado.
En creer que la administración y este ayuntamiento van más rápido, pero te encuentras que no eres capaz. No todo va tan rápido como nos gustaría.
¿En nada más?
Seguro que en muchas cosas. Las ideas son muy buenas, pero igual nos equivocamos cuando se explican. Este análisis necesita de una visión más exhaustiva.
Sin embargo los cortes de luz en la Zona Norte sigue como uno de los grandes e históricos problemas de la ciudad, ¿qué solución tiene?
Estos cortes se dan toda la ciudad y en todo el Mediterráneo porque estuve en una reunión de otras ciudades del resto de Andalucía, Levante o Cataluña. Esto está pasando en muchos sitios. Es un problema real que nos lleva a exigir a las administraciones para que haya una red potente de distribución de luz. Si hay redes antiguas es más fácil que fallen. Además, esos picos enormes se producen por una producción ilegal. Esa producción ilegal requiere que las administraciones no solo nos pongamos de acuerdo, sino que persigamos esas prácticas. Tercero y es fundamental: pongamos planes de desarrollo de formación para el empleo en aquellas zonas donde haya gente viviendo de esa práctica. Al final es la pescadilla que se muerde la cola. Desde el Ayuntamiento llevamos tiempo tomando medidas. Nosotros hemos llevado a Endesa a la Fiscalía en tres ocasiones, aunque siempre nos lo echan para atrás y no sabemos bien por qué. Hemos puesto en marcha desde Urbanismo un plan de infraestructuras urgentes para mejorarlas. Este tema pretendo llevarlo al Parlamento Europeo.
Otro de los problemas es el de la contaminación y su relación con la movilidad.
Para ese hay varias opciones. Poner en marcha la zona de bajas emisiones con círculos concéntricos que nos permiten hacer una gran peatonalización, por ejemplo. Otra opción, sin duda, es hacer que los desplazamientos entre la ciudad y el área metropolitana se hagan en transporte público. Tenemos que invitar a todos los usuarios de coche a dejarlo en casa y coger el transporte público. Es determinante una visión metropolitana. 200.000 desplazamientos en esa corona generan una gran contaminación. El metro nos ha enseñado el camino y se hace imprescindible ampliarlo; así lo he reclamado a la Junta de Andalucía. Ampliarlo por todos los lados. Por eso, proponemos líneas pasantes que serían compartidas por la ciudad y el área metropolitana. Los desplazamientos diarios son de cinco o seis kilómetros para ir al trabajo, al colegio o al ocio desde los pueblos metropolitanos y estamos intentado que se hagan en transporte público.
Entiendo que parte de esta política está relacionada con el aumento del número de calles con aparcamiento regulado, la llamada zona azul. Sin embargo, el 'timing' no parece el mejor en un momento en el que la inflación está disparada, ¿entiende las quejas? ¿cómo se explica?
Entiendo perfectamente que haya gente que se sienta molesta y no lo vea bien o no esté de acuerdo. También hay que decir que se ha ampliado mucho la zona blanca. En esta ciudad se ha multiplicado la zona blanca. Aquí lo que está pasando es que viene la gente al barrio Figares desde La Zubia, deja su coche y lo devuelve al acabar el día, pero las calles de los granadinos no son para aparcar. Además, los granadinos que son usuarios de esa zona tienen un bono de unos 100 euros al año. Los granadinos tenemos más zonas blancas. Entiendo que haya gente que se movilice desde la zona metropolitana, pero el momento es el que es. ¿Por qué esperar? La contaminación no espera. Tampoco esperan los problemas de movilidad. No estoy aquí para especular con los tiempos. Estoy aquí para intentar mejorar Granada. La contaminación está hoy, ¿por qué voy a esperar a mañana? Si hay mucha gente que viene de La Zubia, lo que quiero es que coja el autobús y se dé cuenta que le deja a 10 minutos de su trabajo. No hay que esperar. Las medidas hay que tomarlas cuanto antes mejor. Esta ciudad tiene más metros de coches puestos en fila que calles con aceras para peatones.
Hablando de espacios para los granadinos, la ciudad está estrenando nuevos barrios y se habla hasta de ubicar la estación de tren en un nuevo lugar, ¿vuelve la política del ladrillazo?
(Sonríe). Hemos dejado atrás la etapa del ladrillazo para generar la etapa de la construcción sensata. Coordinada. Antes era distinto. Aquí venía un promotor y planteaba una idea a veces surrealista y se le decía que sí. Tenemos ejemplos claros como la rotonda de Europa o el Palacio de Hielo. El promotor ofrecía una idea y hacia algunas. Pero ahora el Ayuntamiento le ha dicho a las promotoras que aquí hay suelo para viviendas de protección oficial y zonas de expansión para la ciudad. Al mismo tiempo que estamos defendiendo la rehabilitación de los barrios antiguos y consolidados. Nosotros no estamos buscando la expansión de la ciudad donde no hay suelo, sino donde ya está construido. No paramos de reclamar medidas a las administraciones para poner planes de rehabilitación. Hace seis años, estando el PP, no venía nadie a promover porque no había nada más que líos.
Hablemos de líos. Un año después, ¿se sigue sintiendo cómodo con Luis Salvador, exalcalde por Ciudadanos, o cree que le resta a la imagen de su equipo y del PSOE por su repentino apoyo incluso a Juan Espadas y al PSOE andaluz?
Mi relación con Luis se limita exclusivamente a pedir que cumpla con una serie de cometidos menores. No tengo más relación. Lo que estoy es respetando a los granadinos y respetando la democracia. A Luis Salvador no le votó nadie para que fuese alcalde. Bueno, sí, el PP y Vox. Yo respeto a los granadinos que le votaron para que tuviese algunos cometidos y en eso está. Si quiere hacer campaña por otras formaciones políticas o por la mía es una cuestión que se le tiene que preguntar a él.
Con un año por delante para las municipales y tras la derrota del PSOE en las andaluzas, ¿cuál es el mayor riesgo al que se enfrenta el alcalde de una ciudad en la que tradicionalmente gana la derecha?
Me equivocaría si no estuviese todos los días en la calle escuchando a los granadinos. Esta ciudad es un cañón. Cuando hablamos de inteligencia artificial, de energías limpias o de turismo, somos imbatibles. En torno a eso hay un proyecto y una visión de ciudad. Me equivocaría si no seguimos escuchando a los granadinos y me equivocaría si no soy ambicioso para mi ciudad. Tenemos que ser ambiciosos y creernos lo que tenemos.
Y con respecto a usted, ¿volverá a ser el candidato a la Alcaldía de Granada?
Lo veo todavía lejano. No me he puesto a pensar en ello y me gustaría llegar en las mejores condiciones posibles. Creo que ahora mismo estoy mucho más preocupado en hacer lo mejor posible para Granada.
Si finalmente se presenta, si no gana las elecciones o no consigue sumar para gobernar, ¿dará un paso a un lado o Francisco Cuenca aún se siente con fuerzas para estar en la oposición?
Ni me lo planteo. Cuando llegue el momento me lo plantearé. Lo único que me preocupa ahora mismo es que me voy al Parque 28 de febrero en el que vamos a hacer una gran inversión. Para eso estoy ahora mismo. Para pensar en lo mejor para la ciudad. Para invertir por Granada. De las otras cuestiones ni me acuerdo. Lo digo en serio.