Gabriel, el hijo mayor de Juana Rivas, la madre que estuvo un mes en paradero desconocido en Granada huyendo de los presuntos malos tratos de su entonces pareja, ha pedido ayuda a la justicia italiana para su hermano pequeño. En un comunicado y un vídeo enviados a la Fiscalía de Cagliari, el joven, que vive con su madre en el domicilio de esta, ha solicitado que la custodia de Daniel, el menor de los niños, recaiga en Juana Rivas para que pueda vivir con ellos. Lo solicita alegando que corre “un gran peligro”.
Este es el último episodio de una historia que cobró relevancia en el verano de 2017 cuando Rivas desapareció durante un mes junto con sus hijos para evitar entregárselos a su padre, el italiano Francesco Arcuri. Rivas huyó durante más de un año alegando que corría “peligro de muerte” por los presuntos malos tratos que le propinaba su entonces pareja. En lugar de devolvérselos, la granadina, asesorada por el Centro de la Mujer de Maracena, estuvo semanas en paradero desconocido. Ahora, es su hijo el que pasa a la acción pidiendo amparo a la justicia italiana.
El joven, que ya es mayor de edad, ha solicitado a la Fiscalía de Cagliari que se tomen medidas para evitar que su padre, Francesco Arcuri, siga estando al cargo de Daniel, su hermano, aún menor de edad. Lo pide así porque, como recuerdan los letrados de Juana Rivas, la propia Fiscalía ha concluído tras una investigación que Arcuri ha maltratado a sus hijos y que por lo tanto no puede tener la patria potestad del pequeño. De hecho, el Ministerio Fiscal de Cagliari pide 7 años de cárcel por este motivo al padre de los niños.
“Continuos ataques físicos y verbales”
En la misiva que Gabriel ha enviado a la Fiscalía, y a la que ha tenido acceso elDiario.es Andalucía, el joven detalla los años que vivió junto con su padre en tierras italianas: “Os hablo por conocimiento directo de lo que mi hermano está viviendo en su temprana edad. Cuando sufrimos el arrancamiento de nuestra madre, él tenía 3 años, la única forma para calmar su rabia fue una pastilla; lloraba y gritaba buscando la protección de su madre”.
Dice que el daño que le ha hecho su padre es “difícil de calcular”. El hijo mayor de Juana Rivas llega a afirmar que por culpa de los episodios vividos ha llegado a tener adicción por la marihuana o abandonar “el rumbo de vida de un adolescente”. Siempre según el testimonio del joven, Francesco Arcuri culpaba a su madre de las situaciones que los niños vivían. “Llegué a España en 2022 como un juguete roto”, apunta sobre el momento en que regresó a vivir con Juana Rivas en Granada.
Relata incluso los momentos en los que su hermano pequeño, que sigue siendo menor y aún vive con su padre, echó de menos a su madre: “Recuerdo que cuando se despertaba por las noches llorando y diciendo ”mamma“, mi padre lo tiraba de la cama al suelo, lo arrastraba por las escaleras, golpeándolo en cada ángulo, lo encerraba en una habitación, con la llave echada”.
La carta no escatima en detalles de los hechos de los que Gabriel afirma haber sido víctima junto con su hermano Daniel. Asegura que ha llegado a hablar con él y que le ha “transmitido el gran miedo y el dolor que tiene” a causa de Francesco Arcuri, su progenitor: “Conozco a mi padre y se que no es capaz de controlar su impulsividad y su ira. Mi hermano está en gran peligro”.
“Si os he escrito esto es porque todavía me queda algo de esperanza, espero que me demostréis que si existe la empatía y el apoyo que esta causa merece. Os pido ayuda, en una semana, en un mes, en un año, podría ocurrir cualquier cosa, y no quiero que dejéis pasar por alto esto. Soy la voz que mi hermano ha perdido”, sentencia Gabriel en una carta en la que pide amparo a la Fiscalía de Cagliari.
Más de un lustro de litigios
Con esta carta, Juana Rivas vuelve a ser noticia tras llevar más de un lustro tratando de distanciarse de su expareja, al que acusa de maltratarla a ella y a los niños. Por huir y estar en paradero desconocido en el verano de 2017, la granadina fue condenada en primera instancia a cinco años de cárcel, aunque primero una reducción de pena y después un indulto parcial del Ejecutivo central lograron su libertad sin que apenas tuviese que pisar durante algunas semanas un centro de inserción social.
Paralelamente, su equipo jurídico ha seguido trabajando en tierras italianas para recuperar la patria potestad de los niños. Gabriel, que actualmente es mayor de edad, volvió con su madre hace dos años y medio por decisión propia, pero Daniel, el más pequeño, sigue bajo el amparo de su progenitor. Sin embargo, la Fiscalía sostiene que Francesco Arcuri ha cometido malos tratos sobre los niños, por lo que considera que ha de exponerse a una pena de prisión. Por ello, piden que el menor de los jóvenes vuelva con su madre y su hermano, Gabriel, clama por ello con una carta y un vídeo con el que, insiste, quiere poner de manifiesto el peligro que corre Daniel.