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Luis Salvador vuelve a ser la llave para que el PSOE gobierne Granada por segunda vez en cinco años

Álvaro López

6 de julio de 2021 20:03 h

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Cinco años en política son toda una vida. Los últimos cinco años, especialmente. Desde 2016 no solo ha habido tres elecciones generales, sino unas municipales y tres alcaldes de Granada diferentes. Ahora, tras los últimos acontecimientos que han tenido lugar en el Ayuntamiento de la Plaza del Carmen, uno de los regidores va camino de regresar y el otro será quien le permita obtener el cargo. Luis Salvador y Francisco Cuenca se reencuentran para volver a propiciar un Gobierno socialista en la ciudad de la Alhambra.

Si nada cambia drásticamente, el recién dimitido alcalde de Granada, Luis Salvador, investirá por pasiva o por activa a Francisco Cuenca como regidor. Algo que ya ocurrió en 2016 y que guarda ciertos paralelismos, pero que llama la atención porque Salvador fue militante socialista antes de marcharse e impulsar la estructura de Ciudadanos en los primeros años de la expansión naranja desde Cataluña al resto de España. Quienes le conocen, dicen de él que su “ambición desmedida” fue la que le cerró las puertas en el PSOE, pero la paradoja del tiempo le ha obligado a rebajar sus expectativas y a acabar cediendo su sillón ante los socialistas.

Aislado y presionado desde hace un mes y medio, Luis Salvador se ha visto obligado a dimitir tras quedarse solo con el apoyo del concejal José Antonio Huertas. Ambos son las únicas cabezas visibles que quedan en Ciudadanos en Granada porque Manuel Olivares y Lucía Garrido -que actuaba con cierta libertad- dimitieron el pasado 8 de junio junto a los concejales del PP que habían hecho posible el bipartito entre naranjas y populares en junio de 2019. El órdago lanzado por el exmilitante y expresidente del Partido Popular granadino, Sebastián Pérez, de que se había pactado una alternancia en el sillón del alcalde entre Salvador y él mismo y que si no se cumplía, apoyaría un gobierno del PSOE, desató la tormenta sobre el Ayuntamiento de Granada.

El giro inesperado

Con el PP siguiendo los pasos de Pérez -con la ambición de recuperar una alcaldía perdida tras la detención en 2016 del exalcalde del PP, José Torres Hurtado, por la Operación Nazarí que investiga una presunta “trama criminal” en Urbanismo y que afecta a los 13 años de mandato popular- en Ciudadanos se quedaron sin mucho margen. Tras dimitir 8 de los 10 concejales del equipo de Gobierno a principios de junio, Luis Salvador y la cúpula nacional de Cs no dejaron de pedirle al PP que volvieran al bipartito y no dejaran caer el mandato. Pero como no se llegó a ningún acuerdo e incluso el Partido Popular negoció con el PSOE para desalojar a Salvador de la alcaldía, el regidor tuvo que dimitir hace una semana.

Aquella renuncia vino acompañada del anuncio de que piensa apoyar a la lista más votada de las elecciones municipales de 2019 que fue la de los socialistas. Un golpe de timón que ha sorprendido a la dirección nacional de Ciudadanos, que no solo no sabía de las intenciones de Luis Salvador, sino que hasta el final ha seguido haciendo oídos sordos, a pesar de que un presunto pacto de Gobierno entre populares y naranjas ya parecía casi imposible. Por eso, con el terreno despejado, Salvador será el que le dé el bastón de mando al PSOE. Ni siquiera tiene que votar a favor de Cuenca, basta con que se abstenga, no acuda al pleno o se vote a sí mismo: si nadie logra 14 votos a favor, los socialistas retomarán la alcaldía por haber ganado las últimas elecciones municipales.

Un pasado socialista

Este es el final de una historia de encuentros y desencuentros que merece la pena recordar. Luis Salvador fue miembro activo de los socialistas durante más de 20 años, llegando a trabajar para cargos locales de importancia como el exalcalde Jesús Quero y dando el salto a la política nacional en el Senado entre 2004 y 2011. “En Ferraz estaban hartos de la ambición desmedida de Luis y de que tuviera mucho marketing, pero poca acción política, por lo que acabaron relegándolo a un segundo plano”, cuentan fuentes socialistas. Aunque en las elecciones de 2011 volvió a presentarse para la Cámara Alta por el PSOE, el batacazo electoral de los socialistas por la crisis de 2008 ante el PP de Mariano Rajoy dejó a Luis Salvador sin cargo público.

Una situación que le llevó a volver a Granada y probar suerte para ser secretario general del PSOE local. Con pocas opciones de llevarse el triunfo, se enfrentó contra Teresa Jiménez para liderar a los socialistas granadinos. Acabó perdiendo aquellas primarias al obtener la mitad de apoyos que la reelegida secretaria general. No sin antes desfilar ante los medios para acusar a Jiménez de estar “presionando” a los militantes para ganarse su apoyo. Pero la realidad es que, según voces del partido, el cartel de Salvador entre sus compañeros no era bueno y sus posibilidades de prosperar se habían acabado.

Con Francisco Cuenca cerrándole el paso para optar a la alcaldía de Granada con el PSOE, porque desde 2011 ha sido el candidato socialista a la Plaza del Carmen, Salvador se lanzó a buscarse la vida fuera. “Cuenca y Luis Salvador nunca estuvieron en el mismo equipo. Cada uno iba por su cuenta y aunque eran coetáneos, los objetivos de cada uno iban por otra parte. A Luis nunca le importó Granada, sino tener el mayor cargo que pudiera”, cuentan fuentes del PSOE a elDiario.es Andalucía.

El paso a Ciudadanos

De esa forma, tras 20 años de militancia y enemistado con buena parte de los socialistas, Luis Salvador se marchó del PSOE y formó parte del núcleo que promovió la expansión de Ciudadanos por todo el país. Con los naranjas se situó como cabeza de lista para el Ayuntamiento de Granada y consiguió ser un concejal clave para la gobernabilidad. Permitió al PP gobernar, siempre y cuando José Torres Hurtado se marchase unos meses después. Y en abril de 2016, jugó un papel esencial para elegir a un nuevo alcalde tras la detención del regidor popular. Después de amagar con una moción de censura conjunta con el PSOE de Francisco Cuenca para derrocar al Partido Popular, la dimisión de Torres Hurtado abrió el camino para una investidura socialista en la que Luis Salvador fue vital.

Sin el apoyo de Salvador -y de sus tres ediles-, más la suma de otros tres concejales de Vamos Granada y uno de IU, el PSOE no habría alcanzado el Gobierno municipal. Como ahora, Cuenca y Salvador se unieron para evitar un Gobierno de la derecha, aunque los argumentos han cambiado. Entonces, se decía que había que evitar que un PP corrupto -salpicado por la Operación Nazarí- mandase en Granada y hoy lo que se sostiene es que los populares han perdido el crédito tras dinamitar el bipartito que se pactó en 2019 entre las direcciones nacionales de Ciudadanos y Partido Popular.

Paradojas de la vida y tras salir rebotado del PSOE y atacarse mutuamente en el último mes, Luis Salvador y los socialistas vuelven a estar condenados a entenderse. Como en 2016, un pleno de investidura evidenciará que Francisco Cuenca, a pesar de haber ganado los comicios locales de 2019, solo ha podido ser alcalde gracias al apoyo de Luis Salvador. El exsenador y exmilitante socialista con “ambición desmedida” que este miércoles volverá a darle la alcaldía al PSOE. 

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