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Las obras de la autovía GR-43 ponen en peligro la Vega de Granada

La Vega de Granada parece haber dejado de ser un espacio destinado para el desarrollo económico y social granadino. Lo que hoy queda vivo de aquella comienza a parecerse más a un erial que al pulmón granadino que ha sido históricamente. Prueba de ello, son las obras que se están ejecutando para la futura autovía GR-43 que quiere unir Granada con Pinos Puente como salida hacia Córdoba una vez que esté finalizada. Dichas obras están provocando numerosos problemas para los vecinos del propio municipio del que parte la carretera así como también de Atarfe. En ambos casos, la Vega es la principal afectada y sus regantes, las víctimas tal y como ellos mismos denuncian.

En concreto los problemas surgen hasta el momento en el tramo de poco más de 11 kilómetros que discurre entre los municipios de Pinos Puente y Atarfe. Dicha infraestructura, que ya se licitó en 2005, comenzó su construcción hace ahora un año basándose en una modificación del proyecto inicial que tuvo lugar en 2013. En esta modificación se encuentran gran parte de los problemas porque tal y como señala Antonio Vázquez, arquitecto e ingeniero que trabaja con los regantes afectados de la zona por las obras, “el modificado se hizo sin conocer exactamente la problemática del lugar y obviando que la Vega de Granada tiene cauces de acequias y regadíos a diferentes niveles y que no están así por capricho sino por la propia naturaleza”.

Según denuncian los regantes, con Vázquez a la cabeza, las obras se han ido ejecutando siguiendo directrices que en muchos casos contradicen incluso las recomendaciones de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir dependiente del Ministerio de Agricultura que en 2015 envió un informe en el que detallaba alguno de los asuntos que había que tener en cuenta con respecto a la construcción de este tramo de la GR-43. Entre ellos, dos que resultan claves: el drenaje del arroyo de la Barra y los puentes que deben discurrir junto al río Cubillas. De ambos surgen buena parte de los problemas que hoy afectan a las más de 1.000 familias dependientes de los regantes y agricultores de la zona. Este medio ha podido recorrer la infraestructura para comprobar dichas denuncias.

Inundaciones, tierras en secano, zonas en las que ya no se puede transitar o acequias destruidas por las obras son los principales malestares que está ocasionando la construcción de esta carretera en los dos puntos antes citados por la Confederación Hidrográfica y, en general, en el resto de kilómetros por el que discurre el trazado.

La modificación del proyecto inicial ha hecho que la autovía vaya a pasar elevada sobre taludes de tierra y no sobre pilares en algunas partes como estaba previsto ocasionando un gran impacto medioambiental. Porque los propios regantes encuentran cómo las corrientes de aire dejan de fluir como debieran, por el propio impacto visual que supone la colocación de este muro artificial y porque además se cortan caminos que deben ser utilizados por estos trabajadores para acceder a sus fincas sin perder tiempo para el cuidado de las mismas.

Si bien los regantes, mediante diversas asociaciones como 'Plataforma por la Vega de Pinos Puente', llevan años pidiendo a Fomento que tome nota de sus peticiones, se sienten aislados. Así lo denuncia el presidente de la Comunidad de Regantes de Pinos Puente, Juan José Guzmán, que enseña en vivo “el desastre que están provocando estas obras que demuestran que no saben lo que están haciendo”.

El propio Guzmán sostiene que “aquí se hacen las cosas de manera improvisada porque los regantes les damos igual, se creen que como no tenemos estudios no tenemos ni idea y los que de verdad no saben son ellos que no saben lo más básico de cómo funcionan las acequias”.

Cursos naturales de las acequias

Lo cierto es que el caso de las acequias de este tramo de la GR-43 ilustra bien lo que está pasando. Junto a la llamada zona del arroyo de la Barra, las obras acabaron con el curso natural de la acequia que utilizan los regantes. Este curso se compone de tres niveles, dos acequias y un camino de mantenimiento. Durante la construcción se decidió obviar las condiciones naturales de la propia acequia destruyendo la que se encuentra a más altura y a su vez el camino que discurre al lado de ambas acequias y que se usa para poder mantenerlas. Eso hizo que la acequia de La Barra quedase directamente seca al no poder recibir el agua que le llegaba desde el nivel más alto tal y como están dispuestas de manera tradicional en esta zona de la Vega de Granada que funciona precisamente así: regadío por inundación.

Falta de diálogo

Lo anterior, a tenor de lo que denuncian los agricultores, es consecuencia de una mala planificación por parte de Fomento y quien ejecuta la obra. OHL-Ucop es la Unión Temporal de Empresas (UTE) encargada de levantar este tramo de carretera que está resultando muy conflictivo. Tanto a Fomento como a OHL-UCOP los regantes les achacan que no “intenten escucharnos si no les obligamos a través de denuncias” explica Antonio Vázquez, técnico representante de estos agricultores.

Vázquez recuerda cómo en diversas ocasiones los propios regantes han tratado de detener alguna de las obras mediante concentraciones o manifestaciones en las que se ha visto obligada a intervenir la Guardia Civil para evitar males mayores y que mientras lo hacían la maquinaria de obra seguía ejecutándola independientemente de si la ejecución suponía destruir una acequia o dejar alguna zona sin regadío.

Aunque a finales de marzo se produjo una reunión de los regantes con el subdelegado del Gobierno en Granada, Francisco Fuentes, para tratar de llegar a un acuerdo a través de él con Fomento, poco ha cambiado desde entonces. El tramo de la GR-43 sigue siendo igual de conflictivo porque en este tiempo se han llegado a producir pruebas que han demostrado que los regantes tenían razón. Para comprobar que el regadío no estaba bien planeado a través de las acequias que se están destruyendo y recolocando obviando la planificación natural de la zona, se procedió a tratar de regar una de las fincas con el nuevo sistema que acabó inundando varias parcelas de los alrededores provocando incluso severas pérdidas para los agricultores afectados.

El Ayuntamiento de Pinos Puente como intermediario

Aunque las obras de este tramo afectan a Pinos Puente y Atarfe, los principales problemas están surgiendo en el primero de los municipios. Por eso el Ayuntamiento de la localidad, gobernado por José Enrique Medina (PSOE), se encuentra en una posición en la que los propios regantes lo consideran como el intermediario que necesitan sus reclamaciones ante Fomento. El consistorio en este caso se muestra prudente y aunque ya ha mantenido una reunión en Madrid para tratar el asunto, las buenas intenciones se han quedado hasta el momento en tan solo eso, en intenciones.

Su concejal de Urbanismo, Sergio García, confirma que “hemos conseguido desbloquear en cierta medida la situación porque ambas partes (Fomento y regantes) habían cortado cualquier vía de comunicación”. La disposición del ayuntamiento en cualquier caso es que por una parte entiende “que tiene que estar al lado de los regantes porque se está jugando con la viabilidad de sus explotaciones pero también entendemos que actualmente tenemos la N-432 que da servicio a los vecinos pero que atraviesa todo el municipio por lo que el desdoblamiento de esta vía es muy necesaria con la GR-43” señala el concejal. A este respecto Pinos Puente ya habló con Fomento para que la futura autovía pudiese tener dos salidas hacia el municipio y no la que está proyectada actualmente que no pasa directamente por él.

Fomento rehúsa valorar el asunto. Pese a la insistencia de eldiario.es/andalucia, este Ministerio no ha querido afirmar ni desmentir nada. Tan solo lo ha hecho a través de la Subdelegación del Gobierno en Granada que sostiene “mantenemos abiertas las vías de contacto con los regantes y estamos haciendo todo lo posible para que existan acuerdos que hagan compatible la construcción de la vía con las reivindicaciones de los agricultores”. Algo, que de momento, no parece plasmarse en la realidad de las obras que siguen provocando un cierto nivel de crispación entre los vecinos y trabajadores del campo de Pinos Puente y que acabará afectando también a los de Atarfe una vez avance la construcción del tramo que une ambas localidades granadinas.

Por su parte fuentes de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía asumen la existencia de este problema. Si bien dejan claro que “a nosotros no se ha dirigido nadie a título oficial, conocemos la gravedad de los problemas que afectan a los regantes”. Una situación por la cual el Gobierno andaluz a través de esta cartera adelanta que “tienen todo nuestro apoyo si lo necesitan”.