El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Granada está investigando al dueño de un criadero ilegal de perros ubicado en la Vega de Granada, a pocos kilómetros de la capital granadina. Los agentes tratan de esclarecer qué ha estado ocurriendo en los últimos meses en una nave en la que se encontraban un centenar de perros de raza hacinados. Por si fuera poco, y según fuentes de la investigación, la mitad de ellos tendrían las cuerdas vocales mutiladas.
En el criadero ilegal, que se encuentra en la localidad de Belicena, perteneciente a Vegas del Genil (Granada), se han encontrado perros de las razas bichón maltés, pomerania, caniche y chihuahua. Todos ellos de pedigrí y dispuestos para la venta en veterinarios de la provincia que también están siendo investigados. De acuerdo con las fuentes consultadas, 34 de los canes tenían las cuerdas vocales cortadas, la mayoría estaban sin vacunar ni registrar y tampoco contaban con microchip.
Un secadero reconvertido
Los hechos se precipitaron cuando hace dos semanas, un grupo de voluntarios de Protección Animal de Vegas del Genil alertaron al Ayuntamiento del municipio al escuchar ladridos de perros en el interior de la nave que antiguamente se utilizaba como secadero. Desde entonces, agentes de la Policía Local de la localidad y miembros del Seprona, han estado vigilando lo que sucedía en el criadero ilegal, hasta que hace unos días entraron en él para comprobar lo que había en su interior.
Según el concejal de Medio Ambiente de Vegas del Genil, Alejandro Martín Romero, en el criadero se encontraron “98 perros de raza, cuyo valor en el mercado superaría los 70.000 euros”. Algunos de los animales, al tener las cuerdas vocales cortadas, trataban de ladrar sin éxito y otros, los más agresivos, se encontraban encerrados en jaulas muy pequeñas. Un escena dramática que ha sido recogida en vídeo por los propios investigadores y que ha servido para poder detener y tomar declaración a la persona que estaba explotando el criadero, que estaba pagando por el alquiler de la nave.
Según fuentes de la investigación, el Seprona le imputa dos posibles delitos a la persona que estaba regentando el criadero ilegal. Uno como presunto autor de un delito contra la protección de la flora y la fauna por maltrato animal, y otro por intrusismo profesional al descubrir que estaba ejerciendo como veterinario sin tener la formación para ello. Además, los agentes también pudieron comprobar que el criador no tenía licencia de actividad y del registro de núcleo zoológico como criadero de perros.
El estado de salud de los perros, salvo en el caso de los canes mutilados, es bueno porque estaban destinados para la venta. Sin embargo, un informe del Colegio de Veterinarios de Granada agrava la actuación del criador ilegal al explicar que la mutilación de las cuerdas vocales, que se conoce como cordectomía, es una intervención quirúrgica “que requiere anestesia general, conocimientos exhaustivos de anatomía, cirugía y farmacología, y que si no está llevada a cabo por un veterinario y con un fin terapéutico, se trataría de una práctica de intrusismo profesional y de maltrato animal.
No obstante, como los animales se encuentran en buen estado general, a pesar de que algunos de ellos estaban hacinados, los mismos siguen en las antiguas instalaciones del criadero ilegal, aunque siendo constantemente supervisados por el servicio de Protección Animal de Vegas del Genil y del Seprona. Aunque se ha solicitado una medida cautelar para trasladarlos de lugar, aún no ha sido posible, según fuentes próximas a una investigación sobre la que confirman que sigue desarrollándose y que puede acabar con la detención e interrogatorio de más personas implicadas en este caso.