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“Huelga escolar” por el cambio del transporte de su hijo con parálisis cerebral

Juan Luis tiene 17 años y hace unos días que no va al instituto. En realidad, va a un colegio adaptado a sus necesidades (tiene paralísis cerebral), pero sus padres han decidido plantarse ante la Junta de Andalucía ante lo que consideran un error: el cambio de empresa de transporte desde su pueblo, Escacena del Campo, hasta Huelva capital para trasladarle a él y otros tres chicos que, como él, sufren algún tipo de discapacidad.

Entre su pueblo y el colegio hay 62 kilómetros, el equivalente a unos 40 minutos de coche, con el problema de que el autobús de la empresa que hace el servicio desde mediados de abril tarda hora y media, y por Ley una persona con discapacidad no puede estar más de una hora en un transporte público con destino a un centro educativo o de vuelta a su casa. La Consejería de Educación rebaja esa cifra a 75 minutos, que igualmente incumple la Ley, pero se compromete a reunirse con los padres de Juan Luis para encontrar una solución.

Estrella y Francisco son los padres de Juan Luis, el mayor de tres hermanos. Ella explica a eldiario.es/andalucia que cuando pasó la Semana Santa se encontraron con que la habitual empresa de transportes ahora era otra, y su hijo se tuvo que subir en el autobús de la empresa extremeña AULA, que ha ganado el concurso en varias provincias andaluzas.

En ese autobús se sube a diario con otro chico de La Palma del Condado y dos de Niebla, en un trayecto que, asegura, antes se ajustaba a la hora legal, pero ahora la supera en 30 minutos. La empresa ganó el concurso alegando que disponía de hasta 25 vehículos de mejora para todos los lotes que ahora gestiona en suelo andaluz. Son los denominados lotes 3, 4, 9, 62 y 65, a los que el tribunal dio el visto bueno el 23 de noviembre de 2016, en respuesta a un recurso presentado por una unión de empresas onubenses contra la adjudicación inicial. Pero el 18 de abril, un día después de entrar en servicio, sufrió una avería en Niebla camino de casa, y Estrella asegura que el autobús que vino de repuesto no estaba adaptado, “y como pudieron, subieron a Juan Luis en brazos con su silla de ruedas”.

De este incidente, como confirman todas las partes, no presentó queja formal ante la Junta, pero “tras ir de la Junta al colegio y del colegio a la Junta”, decidió que su queja sería no llevar a su hijo a clase hasta que se solvente este caso.

“Todo es un desastre desde el cambio de empresa, con un conductor que no sabe amarrar los arneses, o con un viaje en el que mi hijo llegó al colegio con sólo tres de los cuatro arneses amarrados, pero además con el problema del horario, porque no es lógico ni legal que tarde hora y media en llegar a clase o volver, y eso no lo podemos consentir”, explica la madre.

Porque, para estar en el colegio a las 9.30, Juan Luis tiene que coger el autobús a las 8.00, con lo que ello supone de alterar el sueño y la vida de este joven que, además, “cuando vuelve a casa, después de estar hora y media en el autobús, viene orinado. Todo son problemas desde el cambio”, asegura Estrella.

Y todo, dice, desde que la nueva empresa “ganó la plaza por subasta, y la Junta sólo tuvo en cuenta los precios, no la calidad del servicio, de modo que si tiene que pasar más tiempo en el autobús, parece que no pasa nada”. Con todo, la madre entiende que si tiene que hacer paradas en dos pueblos, el transporte sufra retrasos, por lo que reclama un transporte que no haga paradas, que recoja a Juan Luis y lo lleve a clase y lo traiga, porque, además, “aunque la empresa se comprometió a ello por contrato, nunca ha venido el coche de mejora que dicen que ponían si era necesario”.

“Hubo un problema que se solucionó”, dice la Junta

A la hora de valorar esta situación, la Junta de Andalucía remite a la Agencia Pública Andaluza de Educación, cuya responsable en Huelva es Bella Marañón, que asegura que el transporte con la anterior empresa nunca bajó de los 75 minutos, para admitir el problema que la empresa tuvo el pasado 18 de abril “quedó subsanado”. Eso sí, asegura que sólo cuando pasó ese día supo que la empresa había puesto como substituto un autobús normal, no adaptado, incumpliendo así el acuerdo alcanzado para hacerse con este servicio.

“Es verdad que tuvo este problema, pero en el resto de las rutas ha trabajado con normalidad, sin incidencias”, explica Marañón, para restar importancia al hecho de que se haya cambiado el transporte en la recta final del curso escolar, ya que eso depende no de los cursos lectivos, sino de la duración de los contratos. De hecho, en algún punto de la sierra de Huelva el cambio se ha realizado en enero, tras las vacaciones de Navidad.

Marañón sí enfatiza que “este transporte duraba antes 75 minutos, y los padres nunca se quejaron, pero intentamos buscar soluciones, y se intentará reubicarle en otro que tenga más tiempo de manera excepcional”, aunque sí sostiene que no le consta que haya habido una reclamación formal de los padres en este sentido.

Con todo, la familia ha decidido hacer “huelga” escolar. No parecen contar con el apoyo de los otros padres afectados, aunque sí es cierto que Juan Luis es el que más kilómetros hace en ese autobús. El pasado viernes acudieron al Defensor del Pueblo Andaluz para exponerle su caso, y en 15 días aproximadamente sabrán la respuesta de este estamento en concreto.