El Parlamento de Andalucía pedía hace unas semanas de manera unánime y rotunda (100 votos a favor, cinco abstenciones y sólo dos noes) que Portugal le transfiera agua para regar en la provincia de Huelva, una solicitud que formalmente se ha hecho llegar al Gobierno central para que éste a su vez se la transmita al Ejecutivo luso. Andalucía suspira por conseguir recursos del embalse de Alqueva, un coloso con 4.150 hectómetros cúbicos de capacidad (es de las presas más grandes de Europa, alimentada por el Guadiana), pero esta aspiración está condenada a caer en saco roto porque el Estado considera que no se contempla en el acuerdo internacional que regula el uso de las aguas fronterizas y, además, ya ha puesto en guardia a ecologistas y sobre todo a agricultores portugueses, que se niegan a formalizar esta operación alegando que esa agua la necesitan ellos.
La proposición no de ley aprobada por la Cámara andaluza no va a tener mayor recorrido básicamente porque el Gobierno central entiende que no puede hacer una petición que no ampara el convenio de Albufeira, suscrito en 1998 entre España y Portugal y que entre otros aspectos reglamenta cómo proceder con los ríos que hacen frontera entre ambos países, el Guadiana en el caso de Andalucía. En este sentido, fuentes del Ministerio de Transición Ecológica se limitan a confirmar que han recibido la petición del Ejecutivo andaluz a la vez que señalan que, según el régimen de caudales establecido en este acuerdo, “la petición no se ajusta al convenio, ya que el Guadiana también se encuentra en una situación de excepción” por la sequía.
Así que vuelve a repetirse la historia, porque ya se vivió una situación similar en 2016, cuando (como ahora) agricultores onubenses y Junta de Andalucía –entonces gobernada por el PSOE de Susana Díaz– hicieron la misma petición al Ejecutivo central que lideraba el PP de Mariano Rajoy, con el mismo resultado: la ministra Isabel García Tejerina alegó que no había encaje para esta solicitud, que no llegó a trasladar a Portugal. El Gobierno luso, por su parte, señala que hasta la fecha no ha recibido ninguna petición en este sentido.
El argumento ambivalente de la “excepcional sequía”
La cuenca del Tinto, Odiel y Piedras en Huelva, que es la que recibiría este deseado trasvase del Alqueva, está también en situación de “excepcional sequía”, aunque el PP en el Gobierno andaluz se ha agarrado a las lluvias con las que ha arrancado el otoño para retrasar hasta enero de 2024 el aumento de restricciones en el regadío (del 25 al 50%) al que obliga el decreto de sequía de la propia Junta de Andalucía. El mismo PP, por cierto, que sí esgrime el argumento de la “excepcional sequía” para reclamar agua de Portugal.
A día de hoy, la única manera de conseguir este trasvase sería previa modificación del convenio de Albufeira, algo que no está en las previsiones a corto plazo, y menos en un periodo con tanta tensión por el agua como se vive ahora. Pese a ello, el PP presentó sus números en el Parlamento andaluz al defender este trasvase desde Portugal, que pasan básicamente por que lleguen desde el país vecino 100 hectómetros cúbicos. Esta cantidad, asegura, es poco menos que una nimiedad frente a los aproximadamente 2.800 hectómetros que tiene ahora embalsados el Alqueva (algo menos del 70% de su capacidad) y a unas necesidades portuguesas que asegura que son de 600 hectómetros cúbicos al año.
Teniendo en cuenta que en la actualidad la suma de todos los pantanos andaluces tienen ahora 2.129 hectómetros cúbicos almacenados, esto significa que los recursos que acumula Alqueva son superiores a toda el agua que tiene disponible Andalucía. Por eso, se considera que esos 100 hectómetros cúbicos que se demandan “nos podrían dar la vida”, proclamaba la parlamentaria popular Berta Centeno, encargada por su partido de defender esta proposición no de ley.
Oposición de los agricultores portugueses
Pero lo cierto es que la petición no ha hecho especial gracia sobre todo en la comarca del Alentejo, que es la que riega con lo que le llega de este embalse. Los agricultores lusos ya han recordado que ellos también padecen la sequía y que esa agua la necesitan ellos, aprovechando de paso para recordar que el problema en Andalucía es que hay un exceso de regadío para los recursos de los que dispone. Los ecologistas tampoco ven argumentos suficientes para esta operación, ya que no hablamos de garantizar el abastecimiento humano sino el de los cultivos.
La solución a este embrollo sí podría pasar por que los regantes andaluces le comprasen derechos de riego a los agricultores portugueses, pero ahí ya estamos hablando de otra cosa. De hecho, y al menos por ahora, el sector agrario lo que apoya es que haya negociaciones entre ambos gobiernos nacionales. Y aunque la Junta de Andalucía señala que formalizado la petición en este sentido al Ejecutivo central, lo que confirman fuentes del Ministerio de Transición Ecológica, en paralelo también asegura que mantiene directamente conversaciones con Portugal para traer recursos del Alqueva, una operación en todo caso que a día de hoy tiene muy pocas opciones de prosperar.