Esta semana se han cumplido cuatro años desde que el 4 de diciembre de 2011 se pusiese en marcha el peaje de la autopista del Algarve portugués, la que circula en paralelo a la costa por toda la zona sur del país luso, un pago por circular que a nadie ha satisfecho, que ha ahondado en la mayor crisis que se recuerda del comercio luso, pero que, de momento, no parece tener marcha atrás.
Aparte del coste económico que ha supuesto ese peaje, la Comisión de Usuarios de la Autopista del Algarve, formada por usuarios portugueses y españoles, ha denunciado que el peaje de la citada vía ha hecho que aumente un 50 % las víctimas mortales en las vías alternativas.
Porque el uso de las vías alternativas al peaje, como la N-125, que se encuentra en muy mal estado, “ha elevado a nefastas las cifras de accidentes, sobre todo los mortales, y entre el 1 de enero y el 21 de octubre se contabilizaron 32 víctimas mortales, 12 más que en el mismo periodo de 2014”.
Eso ha hecho que la provincia de Faro, la principal del Algarve, se convierta en la cuarta provincia con más accidentes de Portugal, por detrás de Lisboa, Porto y Braga, por lo que esta comisión ha vuelto a reclamar que se elimine dicho peaje, debido a que, además, está provocando importantes pérdidas económicas.
El aumento del tráfico en la N-125 ha provocado, además, que lleguen a más de 1.000 los siniestros, desde los que arrojan solo daños materiales hasta los mortales, por lo que se han mostrado confiados en que se cumpla la petición del bloque de izquierdas portugués hecha pública esta semana.
Las multas han descendido
Sin embargo, tras un importante ascenso de las sanciones por no pagar el peaje, el número de multas a conductores españoles por no respetar los peajes en las autopistas portuguesas ha descendido a la mitad durante el año 2015, con las carreteras del norte del país como las que registran una mayor cantidad de sanciones.
Así lo explica el abogado jefe de Onubroker, Óscar Juan Hernández, empresa onubense que gestiona las multas que le envía el gobierno portugués a través de las concesionarias de las autopistas, que ha concretado que “ha bajado el número de reclamaciones a la mitad del año pasado, como un dato que parece indicar que la gente respeta más el paso de lo peajes”.
La empresa tiene su sede en la localidad onubense de Aracena, y su trabajo parece dejar claro que los conductores han decidido pagar para no tener problemas, ya que el tráfico sigue siendo el mismo en todas las carreteras del país vecino.
Con la premisa de que las sanciones de tráfico lusas prescriben a los tres años si no se comunican, Hernández señala que la zona norte es la más conflictiva, a la que le sigue el paso desde Extremadura a través de Badajoz, que llega a la comarca portuguesa del Alentejo, en la zona media del país.
En ese sentido, indica que los fines de semana sobre todo, “cuando se hacen desplazamientos cortos, parece que la gente se relaja, va a almorzar y pasar el día, y entiende que no pasa nada por no pasar por el peaje legalmente”.
La empresa onubense gestiona las multas de las denominadas “vías verdes”, autopistas como la que enlaza la A-22 (Algarve) con el acceso a la principal que llega hasta Lisboa, donde se han producido impagos masivos por no abonar los costes del peaje al pasar bajo los arcos destinados a la lectura de las matrículas.
Hasta el momento, son más de 70.000 las multas tramitadas, por lo que los conductores españoles han recibido la notificación, y una vez que reciben la carta, “pueden reclamar que se les envíe la foto de la sanción”.
En todos los casos, se trata de conductores que pasaron por los arcos de control de la autopista sin detenerse ni pagar previamente la tasa de peaje, que ahora “pueden comprobar si su matrícula es la que viene en la sanción, ya que no se trata de un sistema infalible”, ha dicho.
Con respecto a la cuantía de las multas, ha concretado que va desde pequeñas sanciones de 2 euros por no pasar una sola zona de control de peaje, hasta empresas que acumulan hasta 60.000 euros en sanciones por no pagar varios de los vehículos de la misma firma en distintos viajes.
Iniciativa para la retirada
Mientras, en Portugal el debate sobre este asunto es intenso, y nadie parece, hasta ahora, querer ponerle solución, aunque una iniciativa política intenta poner algo de cordura en este tema.
Concretamente, el Bloque (hermanado con Podemos y Syriza en la UE) ha entregado esta semana en el hemiciclo un proyecto de ley para reconvertir esta vía de nuevo en gratuita, y el Partido Comunista tiene previsto presentar también esta semana “proyectos de recomendación” para terminar con los peajes tanto en la A22 como en la A23 -en el centro del país- y la A24 -entre la zona norte y Galicia-.
El peaje comenzó a funcionar en la jornada del 9 de diciembre de 2011, tras llevarse a cabo el día anterior una jornada informativa a pie de carretera, al tiempo que empezaba las movilizaciones de la plataforma creada a ambos lados de la frontera.
Las movilizaciones, que no han dejado de realizarse, se han desarrollado tanto en suelo español como en portugués, consistiendo, casi siempre, en marchas lentas de vehículos.
De forma paralela se llevan a cabo acciones para reforzar el comercio en los municipios del sur de Portugal y oeste de Huelva, para contrarrestar el descenso de las eventas que se ha producido en estos últimos cuatro años.