Pedro Sánchez ha hecho un llamamiento a la participación durante su mitin en la “brava Jaén” (como la ha denominado Susana Díaz) en un clásico baño de masas en una provincia donde tradicionalmente gana el partido socialista. “No nos podemos relajar”, ha manifestado, equiparando urnas vacías a involución de nuevo: “Acordaos de lo que pasó el pasado 2 de diciembre”, en referencia a las elecciones autonómicas en Andalucía en las que los socialistas perdieron la presidencia de la Junta. Es más, ha pedido el voto “a los socialistas de corazón, a los que alguna vez nos votaron, a los progresistas” e “incluso a los que crean que no soy yo su candidato preferido” pero que “visto lo visto, ven que el único partido cabal es el PSOE”.
Porque, explica, “la ultraderecha está radicalizando a Cs y PP”. Así ha planteado el presidente del Gobierno la cita con las urnas del próximo 28 de abril: o los socialistas o la involución. “La elección es bien clara: o España mira hacia adelante o mira hacia atrás; o mira hacia el futuro o retrocederemos 40 años”. Marcando así lo que parece será la principal línea de la campaña del PSOE tanto para las generales como para las municipales y autonómicas de mayo, y con el convencimiento de que la masiva participación puede darles buenos resultados electorales.
Acompañado de Susana Díaz, (secretaria general del PSOE andaluz), Francisco Reyes (líder de los socialistas en Jaén), María Jesús Montero (ministra de Hacienda), Micaela Navarro, Grande Marlaska (ministro de Interior), Juan Cornejo, Felipe Sicilia (número uno al Congreso por Jaén) y Julio Millán, candidato a la alcaldía por Jaén, ha acusado a “la derecha” (“no me gusta llamarlas las derechas”) porque los tres partidos, dice, tienen “un único objetivo: la involución. Lo estamos viendo aquí en Andalucía”, refiriéndose al Gobierno bipartito andaluz entre PP y Cs investido con los votos del Vox.
“La ultraderecha ha existido siempre en este país, pero antes del 2 de diciembre votaban al PP”. Acusa a los de Abascal de “querer romper consensos” y a PP y Cs de dejarse llevar por Vox. De hecho, muchos de sus mensajes han ido dirigidos a Albert Rivera (“que no sé qué le pasa conmigo”) mientras que la formación Unidas Podemos o su líder Iglesias no ha sido ni mencionado durante el mitin jiennense.
Haciendo recuento de sus “viernes sociales” ha justificado el uso del real decreto como instrumento de toma de decisiones “en el veto permanente de la Mesa del Congreso de los Diputados”; “el instrumento es lo de menos”. Y ha aprovechado para hacer recuento de algunas de las medidas tomadas por su Gobierno (“En 10 meses no hemos podido cambiar España pero sí cambiar el rumbo”) y para reivindicar los logros socialistas de los últimos 40 años (“somos el partido que derrotó a ETA, que aprobó la ley de matrimonio igualitaria, que revaloriza las pensiones, que puso en pie el Estado del Bienestar”).
Al otro lado ha dibujado una “derecha predemocrática y una derecha prehistórica”, con “más testosterona que neuronas” (frase que ya dijo en Málaga la semana pasada), que “no quiere una España en la que quepamos todos”, “con más siglas que ideas”.
Y “cuando haya un Gobierno socialista pasado el 28 de abril, vendremos a Andalucía para apoyar la victoria de los municipios”. Sánchez ha mirado a corto plazo, a las citas electorales más próximas, porque del regreso del PSOE a San Telmo no ha hecho mención.