La empresa andaluza que estrenó la semana laboral de cuatro días hace un año: “Mantenemos los objetivos y hay menos absentismo”
¿Qué trabajador no quiere una jornada de cuatro días? ¿Qué empresa no soñaría con reducir el absentismo laboral, tener a sus empleados orgullosos de trabajar para ellos, tener talento para elegir cuando lo necesita, y crecer a pesar de una crisis sanitaria?
Esta es la realidad de la que habla la firma jienense Software DELSOL que hace casi un año se convirtió en la primera empresa de España en implantar la jornada semanal de cuatro días. El debate sobre una jornada laboral de 32 horas semanales se ha reabierto en las últimas semanas tras una enmienda de Más País a los Presupuestos que no salió adelante, pero que sí llevó a pronunciarse sobre la cuestión al vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias –que abrió la puerta a su estudio–, o la ministra de Trabajo Yolanda Díaz.
Software DELSOL, una empresa fundada y dirigida por Fulgencio Meseguer, y que tiene su sede en el Centro Tecnológico de Geolit, un parque empresarial construido en Mengíbar (Jaén), lleva en funcionamiento desde 1993. Está centrada en la fabricación de software de gestión orientado a pymes, un sector en el que está entre los primeros puestos por número de clientes, y cuenta con 185 trabajadores.Y este año, precisamente, se han atrevido a implantar la semana laboral de cuatro días.
Juan Antonio Mallenco, responsable de Comunicación de la compañía hace un balance positivo, y aunque cree que los cambios en el mundo laboral son “imparables”, considera que no pueden ser obligatorios para todas las compañías. Nos atiende un jueves, cuando está a punto de comenzar el fin de semana para la empresa.
El 2 de enero se cumplirá un año desde que empezaron a trabajar cuatro días a la semana, y desde la firma jienense valoran la experiencia como “muy positiva”. “No fue una decisión fortuita sino madurada por la forma de ser la de la empresa, y nos llevó un año de trabajo con reuniones durante el 2019, tanto con el comité de empresa, como con los trabajadores y los servicios jurídicos, hasta crear nuestro modelo ya que no existían precedentes”, explica Mallenco. Califica del proceso de “complicado”, sin embargo, el balance es “totalmente positivo”: el 2 de diciembre se han llevado a cabo pruebas de selección para aumentar la plantilla (se van a incorporar 11 personas más). La apuesta ha sido arriesgada y el año para hacerla, desde luego, el más inesperado, pero aunque “nos resentimos durante los meses del estado de alarma de marzo, después nos hemos ido recuperando y el crecimiento de 2020 será el de un año normal, a pesar de todas las circunstancias”.
Mallenco resume los efectos de la jornada de cuatro días: “El equipo humano sigue manteniendo los objetivos con la jornada de cuatro días, ha bajado el absentismo laboral y como tenemos un día laboral libre no hace falta pedirlo de asuntos propios. Ha aumentado el orgullo de pertenencia a la empresa, al igual que la captación de talentos para los nuevos puestos de trabajo. Es más fácil”.
Desde Software DELSOL aseguran que “el capital humano” es clave en su empresa y desgrana otras ventajas con las que ya contaban los empleados: “una jornada laboral de cuatro días y medio a la semana, jornada intensiva en el verano, con seguro médico. Unas condiciones que hemos mejorado este año, con la firma del convenio para dos años, y que recoge entre otras cosas, además de la reducción de la jornada a cuatro días que comenzamos en enero, un mes más de permiso de paternidad/maternidad para los trabajadores, o permiso retribuido indefinido por hospitalización de hijos”.
Sin referencias
“No teníamos referencias”, aseguran , así que hicieron su propio modelo. Pero dudan a la hora de hacerlo “obligatorio para todo el mundo”. “En España hay muchas pequeñas y medianas empresas para las que no es viable la medida, el modelo que hemos tomado nosotros, pero para otras sí”. No obstante, consideran que las empresas que puedan hacerlo se sumarán a los cambios. “Antes se trabajaba también los sábados por la mañana, cuando iba al colegio se daban clases por las tardes, hasta hace unos meses apenas sí se teletrabajaba; el ser humano teme los cambios, pero entiendo que este camino es imparable”
Su atrevimiento ha invitado a otras empresas, al menos, a preguntarles. Aunque insisten en que cada uno tiene que ver sus necesidades. “Por ejemplo, nosotros cuando buscamos nuestro modelo teníamos un problema: las personas que no trabajan de cara al público lo hacen de lunes a jueves, pero con el resto era necesario un servicio más amplio. Lo solucionamos con los 'corre turnos', y de esta forma cada cinco semanas se encuentran con una especie de puente de cuatro días. La tecnología está echando una mano para todos estos cambios. Ahora con la llegada de la pandemia se ha generalizado el teletrabajo, algo de lo que nosotros siempre hemos sido defensores, aunque hay que mejorarlo”.
Un “salario emocional”
“Se trata de un salario emocional”, defienden. “Si te suben 200 euros al mes, lo agradeces, lo aprecias, pero al poco tiempo te has adaptado y te olvidas. Sin embargo, el tener un día menos de trabajo es muy importante para la persona, al final es más vida personal”. Y cuenta cómo la pandemia ha puesto al descubierto algunas situaciones sobre las que no se había reflexionado: “Hace unos días contaba un empresario, que tiene sus oficinas en las afueras de Madrid, que después de unos meses de teletrabajo se enfrenta a un problema, ya que algunos trabajadores tardaban una hora y media en llegar a la oficina, y se han dado cuenta de que dejar el teletrabajo les supone perder tres horas diarias de vida en desplazamientos. El capital humano es muy importante en una empresa, pero cada uno tiene que buscar el modelo que más se adapte a sus necesidades”.
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