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Visión infrarroja para el diagnóstico de malformaciones vasculares

El diagnóstico precoz de malformaciones vasculares en niños de corta edad es crucial para que su tratamiento y evolución sean correctos. Su correcta clasificación no es baladí, incluso para los especialistas médicos. Junto a la inspección visual de las mismas por el dermatólogo, suelen realizarse pruebas diagnósticas complementarias de diverso tipo que permiten clasificarlas con seguridad. Estas pruebas suelen estudiar su flujo hemodinámico para determinar si son de alto o bajo flujo. En general, las malformaciones vasculares de bajo flujo no tienen un alto riesgo para la salud del paciente, mientras que las de alto flujo sí.

Las pruebas médicas clásicas para determinar si hay alto flujo en las anomalías vasculares suelen consistir en ecografías de tipo Doppler y en resonancias magnéticas. Ambas pruebas médicas requieren equipos costosos que manejan especialistas médicos distintos a los dermatólogos, no suelen estar inmediatamente disponibles y sus resultados tampoco. Por tanto, existe un retraso, que puede ser crítico, desde la primera visita al especialista médico hasta que se realiza el diagnóstico de la malformación.

Un indicador de la presencia de alto flujo en anomalías vasculares es el aumento local de su temperatura. Para hacer un diagnóstico basado en la temperatura corporal, se requieren instrumentos que permitan detectar variaciones térmicas con una buena resolución espacial. En ese sentido, las cámaras infrarrojas cumplen ese cometido. Son capaces de medir los niveles de radiación infrarroja que emitimos. Su valor depende de la temperatura a la que nos encontremos.

Ayuda al diagnóstico temprano

En muchos casos, las cámaras infrarrojas comerciales no están optimizadas para uso clínico. Su coste es aún elevado para que cada especialista pueda disponer de una en su consulta y además no permiten una análisis y almacenamiento de sus datos de forma sencilla. Tampoco son en muchos casos manejables ni tienen la suficiente autonomía para funcionar durante toda una sesión de consultas.

El área de Dermatología Infantil del Hospital Virgen de Rocío de Sevilla está desarrollando en colaboración con el Instituto de Microelectrónica de Sevilla un sistema de visión con cámaras infrarrojas de bajo coste. Estos han sido diseñados y optimizados para su uso clínico. Permiten tomar de forma instantánea imágenes termográficas, son portables, y además pueden capturar imágenes en el espectro visible, como hacen las cámaras convencionales.

Tras analizar durante un año diversos tipos de anomalías vasculares con el sistema desarrollado, hemos concluido que puede ser de gran ayuda al diagnóstico temprano de anomalías vasculares. Además, las imágenes termográficas permiten evaluar la correcta evolución del paciente tras varias sesiones de tratamiento. El objetivo final es dotar a las unidades de dermatología de una herramienta adicional que ayude al diagnóstico temprano de las malformaciones vasculares.

El diagnóstico precoz de malformaciones vasculares en niños de corta edad es crucial para que su tratamiento y evolución sean correctos. Su correcta clasificación no es baladí, incluso para los especialistas médicos. Junto a la inspección visual de las mismas por el dermatólogo, suelen realizarse pruebas diagnósticas complementarias de diverso tipo que permiten clasificarlas con seguridad. Estas pruebas suelen estudiar su flujo hemodinámico para determinar si son de alto o bajo flujo. En general, las malformaciones vasculares de bajo flujo no tienen un alto riesgo para la salud del paciente, mientras que las de alto flujo sí.

Las pruebas médicas clásicas para determinar si hay alto flujo en las anomalías vasculares suelen consistir en ecografías de tipo Doppler y en resonancias magnéticas. Ambas pruebas médicas requieren equipos costosos que manejan especialistas médicos distintos a los dermatólogos, no suelen estar inmediatamente disponibles y sus resultados tampoco. Por tanto, existe un retraso, que puede ser crítico, desde la primera visita al especialista médico hasta que se realiza el diagnóstico de la malformación.