Cinco años y seis festivales. Es el balance que, de momento, puede presentar Manuel H. Martín al frente del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, certamen al que llegó en mitad de una situación económica que lo tenía al borde de la desaparición, y que ahora afronta, a dos años vista, sus primeros 50 años de vida.
Con dos jornadas ya de la 48 edición en marcha, y sacudida la tensión de los primeros días, que siempre tienen a sus responsables pendientes de cualquier imprevisto, el festival de Huelva vuelve a ser pantalla del cine hecho a los dos lados del Atlántico, ya sea en español o en portugués, y su equipo se afana para que el engranaje de ocho intensos días funcione como si de una sola persona se tratase.
Seis años al frente del festival empieza a ser un periodo de tiempo como para hacer un balance.
Con seis festivales ya en marcha, tengo que decir que para mí está siendo una experiencia muy positiva. Es cierto que cuando llegué en 2016 a la oficina del festival me encontraré una situación completamente distinta a la actual -con una importante deuda y números en entredicho- pero hoy día estamos hablando de que el festival de Huelva pudo enfilar un camino muy diferente.
¿Y se ha trabajado para hacer algo distinto, teniendo en cuenta que hay que respetar el espíritu del festival?
Hoy día, nuestro proyecto tiene otras características. Se ve en lo palpable, que es la marca, que se ha cambiado, igual que un poco la línea editorial. Este año se aprecia en el diseño gráfico del cartel, al que se ha dado un diseño en línea con lo que nos gustaría que fuese la cartelería en los próximos años.
Con todo, es verdad que en 2016 entré como director con una situación muy complicada por la deuda que tenía el festival, y ahora tenemos 700.000 euros de presupuesto, lo que no tiene nada que ver con las otras cinco ediciones que he dirigido hasta el momento.
La verdad es que siempre he estado ilusionado con este festival, con sacarlo adelante y que todo saliese lo mejor posible, pero este año suena la musica diferente, y se nota en todos los rincones.
Y este año dirige el primer festival “normal”, tras los festivales de la deuda, el de la pandemia online, el que estuvo en obras el palacio de congresos…
Cierto. Los dos últimos festivales fueron complicados por la pandemia, opero este año hemos vuelto a las sedes habituales, y el viernes pudimos hacer una inauguración en la Casa Colón sin limitaciones. Además, hemos vuelto a ver niños y niñas de la provincia y la ciudad acudiendo a nuestros cines a ver producciones en pantalla grande. Es verdad que estamos en un momento económico complicado, pero estamos muy ilusionados y estamos sintiendo otra energía.
Es verdad que si miramos para detrás, hay muchos agentes externos con los que hemos tenido que lidiar, como la deuda, la pandemia o tener que hacer un festival online, pero por fin tenemos un festival normal, entendiendo el término de la mejor manera posible, y con un presupuesto lógico para trabajar, y con un modelo de trabajo en el que todos cuentan, en el que todos somos un equipo, no solo mi equipo, sino los periodistas, los invitados, todos.
¿Piensa que a cinco años vista el festival puede llegar al millón de euros de presupuesto?
Para mí, la referencia que habría que tomar sería la del 50 aniversario (2024), para llegar a esa cifra, aunque es algo que no depende del festival. Es cierto que los ingresos no se han resentido, pero hay factores como el dinero derivado de las entradas a los cines que no dependen de nosotros, como otras cosas. Habrá que esperar a final del festival para ver el tema del público, pero no nos queremos comparar con otros festivales, sino vernos a nosotros mismos en su contexto actual.
Somos el quinto festival más valorado para la convocatoria de las subvenciones del ICAS, y Sevilla es el primero. Es muy importante que dos andaluces estemos en el Top Five en ese aspecto, y eso nos tiene que dar el valor que tiene el Festival de Huelva.
Cuando a principios de año muchos nos preguntan cómo se trabaja en el festival todo el año, es algo complejo. Esto es una fundación, tiene mucho papeleo, el equipo trabaja durante meses…
Hay mucha parte administrativa que se tiene que hacer en muchos meses del año, y además estamos trabajando en más programación fuera de nuestras fechas oficiales, con un cine de verano, un cine club, y hemos conseguido tener actividades durante más de medio año, y el año que viene queremos seguir así.
¿Los cambios están a la vista?
Y se aprecia, por ejemplo, en que hay más presencia gráfica por la ciudad, algo que se nos requería, que hemos multiplicado por cinco. La gala de inauguración también tuvo un toque diferente, presentada por Silvia Abril, y nuestro presupuesto, además, nos permite tener un área recreativa más importante, de modo que la ciudadanía se integre más en el festival. Y todo con una situación compleja, con un sobrecoste de un 20 % en viajes y demás gastos, pero todo lo veo en una situación muy positiva, y creo que vamos por buen camino.
En 2020 el festival se “proyectó” a través de Filmin, a falta de salas por la pandemia. ¿Se tienen que adaptar también a las plataformas los festivales?
Ahí tengo un “pero” importante. Todos sabemos el momento complicado que están pasando las salas de cine, y tenemos que darles apoyo máximo a ellas y a todo lo que suponen. Antes de la pandemia, las películas de los festivales tenían muy buena acogida de público, se veían las salas llenas y con ganas, porque el público quiere participar del evento.
La plataforma es un complemento, de hecho seguimos teniendo secciones en Filmin y una serie de pases, pero teniendo un festival lo principal tiene que ser la pantalla grande. En el año de la pandemia fue una gran solución, pero cuando se ha ido diluyendo se ha buscado un formato híbrido. Yo, precisamente, soy un espectador de series y de películas en el cine, me gusta disfrutar de las dos experiencias, pero un festival en pantalla grande es maravilloso, y los festivales ahí tenemos un papel importante para apoyar a las salas, y las instituciones tienen un papel fundamental en que los festivales sigamos siendo un gran apoyo para los cineastas.