Diego Galindo, sevillano de 1978, dibuja desde que tiene uso de razón. Como tantos niños, emborronaba papeles y papeles inventando criaturas fabulosas, personajes heroicos, peripecias llenas de riesgo y acción. Pero a diferencia de la mayoría, sigue dedicándose a ello, y hasta ganándose la vida con sus dibujos. Su último logro es formar parte del equipo de Stranger Things, la saga de cómic inspirada en la popular serie de Netflix, que ha llegado a las librerías españolas de la mano del sello Norma editorial.
Aunque su vocación era firme, fue la casualidad lo que encaminó a Galindo hacia la viñeta. “Con 10 o 12 años tenía un grupo de amigos en Barcelona, donde vivía, que nos ayudábamos a dibujar. Cuando regreso a Sevilla, dejo un poco de lado el dibujo y pierdo el contacto con aquella pandilla, hasta que años después me contactan a través de un grupo de Facebook y retomo la comunicación con algunos, entre ellos Roger Bonet, que estaba trabajando como entintador para Marvel UK. Entonces la cabeza me hace ‘clic’, y me digo: ¡hostia, de esto se puede vivir!”.
Pero todavía faltaba algún tiempo antes de que Diego Galindo aspirara a entrar en las grandes ligas. Entró como profesor de la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, y creía que sería su trabajo para toda la vida, pero se acabó su interinidad y se cerró aquella puerta. “Tenía 30 o 32 años, exponía en galerías de arte, llevaba toda la vida estudiando, pero nunca me había dedicado a lo que realmente me llamaba desde enano. Entonces Roger me echó un cable, me contó cómo trabajaba y respondió a todas mis preguntas, y empecé a mandar páginas a editoriales para ofrecerme como dibujante”.
Sin trabajo en España
La respuesta afirmativa llegó desde el otro lado del océano, de Estados Unidos. No obstante, los primeros trabajos publicados allí por Galindo los hizo para un sello español, Amigo Cómics, del guionista conocido como El Torres. El sevillano debutó con Rogues (Bribones): “Entré por la puerta grande y desde entonces no he parado”, reconoce el dibujante, que siguió publicando para Grimm, Red Sonja, Army of darkness o Xena, princesa guerrera, entre otros proyectos.
Lo de publicar más en el extranjero que en España, confiesa, lo ha ido asumiendo en distintas etapas. “Al principio, estaba tan ilusionado con mi trabajo en Estados Unidos que no me importaba. Esperaba que tarde o temprano se fijaran en mí aquí, pero fueron pasando los años y ningún trabajo mío, por importante que me pareciera, se publicaba en España. Tuve que esperar a 2015 para quitarme un poco esa espinita con Bribones… Y ya llegó un momento en que dejé de torturarme por esto, porque esa decisión sí estaba en mi mano. Precisamente en ese momento llegó Stranger Things”, recuerda.
El cómic de la serie, publicado ya en Francia, Italia, Alemania e incluso Rusia, cayó en sus manos cuando Galindo ya era un forofo de las aventuras de Will Byers y sus amigos. “Me llamó mi representante con mucho misterio, asegurando que me había conseguido una portada. ¿De qué? ¡De la serie de la que era super fan! Pegué hasta un grito cuando me lo contó. Yo estaba entregado desde el primer capítulo, puede que la tercera temporada sea la más floja, pero luego remontó de una manera espectacular. En principio me encargaron solo una portada, pero gustó tanto que me pidieron pruebas de página, y automáticamente me dieron el trabajo”.
Público heterogéneo
Así fue como Diego Galindo pasó a realizar el episodio Dungeons & dragons junto a Jody Houser, Jim Zub, MSASSYK y Nate Piekos. El hecho de residir en la localidad sevillana de Tomares no supone el menor problema. “Al principio me costó un poco más por el idioma, pero con lo que recordaba del instituto y el traductor de Google me fui apañando. La peor parte es que desde Estados Unidos se comunican de madrugada, y a veces envían notificaciones o rectificaciones de madrugada. Pueden despertarte con buenas o malas noticias a las tres de la madrugada, y a veces influyen en el estado de ánimo o no te dejan dormir”, dice.
En todo caso, el teletrabajo le resulta “muy cómodo, y además se trata de una cadena en la que todos saben lo que hay que hacer”, subraya el dibujante. “De todos modos, mi mayor problema soy yo, me requiero a mí mismo mucho esfuerzo, quiero dar siempre mi mejor versión”.
Sobre la respuesta que ha recibido por parte del público español, afirma que “el público de Stranger Things es más heterogéneo que el de otros trabajos, hay desde chavales muy jóvenes a adultos. Es muy familiar, todos están enganchados a la serie. En todas las firmas que he hecho, desde la Feria del Libro de Cádiz a la de El Provencio, en Cuenca, me he dado cuenta de que este tebeo llega a muchísima gente”.
Admirador en los 90 de Todd McFarlane y Jim Lee, más tarde fue decantándose hacia autores como Stuart Immonen o Adam Hughes, “mis dos grandes referentes”, y en otro nivel, maestros como Frank Miller, Alex Ross o Mike Mignola. Tras el éxito de Stranger Things, asevera que “lo que más me apetece es hacer mis propios proyectos. Tengo uno empezado, incipiente, que me mira todos los días desde el escritorio del ordenador. Ahora me han llamado de Alien samurai dino Warriors, creada por el dj Dimitri Vegas, y me llevará al menos ocho meses, pero en cuanto pueda me pondré con lo mío. Solo puedo contar que será un thriller fantástico con tintes pseudo-religiosos. Pero no diré ni una palabra más”.