Federico ha vuelto a Granada. Lorca ya descansa en el centro que lleva su apellido y que abrió hace ahora tres años con la esperanza de albergar su legado. El mismo, que cuenta con más de 5.000 documentos de incalculable valor, descansa desde las 14.00 horas de hoy en el museo que desde ahora tendrá la ciudad de la Alhambra de su poeta más universal. Aunque no está en su totalidad, ya que la parte que corresponde a la época posterior a 1936, cuando Lorca fue asesinado, se irá depositando paulatinamente a partir del 30 de junio.
No obstante, el traslado es el resultado de una sucesión de acontecimientos que tiene más de una década a sus espaldas. El legado de Federico García Lorca ha sido uno de los temas más controvertidos en el plano político granadino en los últimos años y pese a la llegada del mismo aún no quedan resueltas las dudas que existen sobre la gestión de la Fundación Lorca que es propietaria del legado lorquiano y que preside la sobrina del poeta, Laura García Lorca.
Un traslado demorado
La operación que ha permitido que el legado de Lorca esté en Granada se ha llevado a cabo en diferentes fases. Según ha podido saber este medio, durante varias jornadas un equipo de técnicos de la Junta de Andalucía han estado llevando a cabo un inventario de los documentos que se encuentran en un buen estado de conservación y que en su mayoría corresponden a cuartillas escritas por el propio Federico. Tras ese inventario, las piezas que corresponden a lo que el poeta granadino creó en vida, se han enviado a Granada en una comitiva discreta por diversos motivos. Por seguridad, ya que el legado tiene un valor económico y artístico muy elevado, y porque muchos de los documentos son de un tamaño pequeño que han permitido que sean trasladados sin necesidad de grandes vehículos.
El celo y el mimo con el que se han tratado las piezas ha sido otra de las claves para que la obra de Federico haya podido regresar a Granada en perfecto estado. Las cuartillas, por ejemplo, han sido recubiertas de un embalaje especial antibacterias para evitar que los documentos pudieran deteriorarse durante el traslado. Ese procedimiento se llevó a cabo durante el inventario que llevaron a cabo los técnicos que procedieron a guardar los archivos lorquianos junto con otros que el propio Federico recibió de grandes amigos suyos como Dalí con el que coincidió y compartió una historia de amor en la Residencia de Estudiantes de Madrid en la década de los 20 del pasado siglo.
La Junta de Andalucía, que ha sido la encargada de llevar a cabo el trasladado, ha evitado pronunciarse sobre detalles concretos de la mudanza para evitar que la integridad del legado corriese peligro. La fecha concreta en que el legado llegaría a Granada ha sido un misterio hasta que se ha hecho real y evidente con el depósito el fondo documental en la cámara acorazada creada en el Centro Lorca. El motivo que ha esgrimido el Gobierno andaluz para la falta de información al respecto es que por el valor del legado era necesario evitar que se supiera cómo y cuándo se iba a trasladar.
Las dudas persisten
Aunque Lorca en forma de legado ya haya regresado a su tierra, las dudas persisten alrededor de la Fundación que lleva su apellido y que impulsó la construcción del centro-museo que gira en torno a su figura. La opacidad en la gestión de las cuentas que arrojan deudas es una de las mayores cuestiones que están encima de la mesa. Porque aunque la Fundación fue apartada de la gestión del Centro Lorca hace varios años y la misma solo la ostenta el Consorcio Lorca que es público ya que alberga a todas las administraciones desde el Gobierno central hasta el Ayuntamiento de Granada, aún no se han justificado todas las partidas económicas en las que intervino la Fundación cuando gestionaba el Centro Lorca.
Según pudo saber este medio hace ahora un año, parte del acuerdo para la llegada del legado era que la Fundación le cedía su uso a La Caixa durante una década para que esta le perdonara parte de las deudas contraídas por el crédito pedido para la construcción del Centro Lorca. La cuestión es que dichas deudas habrían pasado a ser públicas porque la Fundación solicitó precisamente ese crédito mientras dilapidaba las subvenciones públicas recibidas tal y como reconoció el tesorero de la propia Fundación Lorca. Por eso serían ahora públicas, porque el Consorcio habría dado por bueno el acuerdo entre la Fundación y La Caixa. Perdonando a la institución lorquiana con un enjuague financiero opaco.
Porque opaca también resulta la gestión del propio Consorcio de lo que sucede en el Centro Lorca. No hay presupuestos del mismo. Ni de este año ni del próximo pese a que se convocó un Consejo Rector para ello en el que no se pusieron de acuerdo ni el Ministerio de Cultura ni la Consejería del mismo ramo sobre las cantidades a aportar. Y a pesar de que el Consorcio es de titularidad pública carece del portal de transparencia que todas las instituciones de este tipo han de tener para cumplir con la Ley 19/2013 de Transparencia.
El legado completo aún tendrá que esperar
“Una habitación propia” fue el nombre escogido para la primera de las exposiciones que llevaban parte del legado al Centro Lorca. La exposición, que está activa desde el pasado mes de marzo, supuso el inicio del desembarco de un fondo documental que aún tendrá que esperar un tiempo para estar completo. Porque aunque la parte de la herencia artística de Federico que corresponde a los años en que estuvo vivo, para el resto tendrá que esperar.
Tal y como explica el propio Consorcio Lorca, el resto de las piezas del legado llegarán paulatinamente desde este 30 de junio sin un plazo de finalización exacto. Hasta entonces, Granada podrá contar ya con buena parte de lo que Federico García Lorca creó y legó para convertirse en un artista multidisciplinar inmortal. El presente granadino por fin es lorquiano. El futuro aún está por escribir como 'La comedia sin título' que el poeta empezó a escribir el año en que le asesinaron.