De Victoria Kent a Emilio Prados, pasando por María Zambrano, decenas poetas y pensadores malagueños encontraron refugio del franquismo en México, convertido ya entonces en referencia de la cultura y literatura iberoamericana y en sede del Gobierno de la República en el exilio. El desembarco forzoso enriqueció al puerto de acogida, mientras España se sumía en cuatro décadas de oscuridad. Pero 80 años después, esos vínculos llevan de vuelta a la Costa del Sol: Málaga es estos días lugar de acogida de destacados creadores de la cultura iberoamericana en Verdial, un festival por el que pasarán el oscarizado director Alejandro González Iñárritu, el premio Cervantes Sergio Ramírez y un centenar de narradores, poetas, ilustradores, dramaturgos y periodistas españoles o latinoamericanos.
El encuentro pretende abrir paso al próximo centenario de la Generación del 27 y celebrar los vínculos entre España y América Latina que forjaron los republicanos malagueños exiliados en México. Pero es, sobre todo, una celebración de las letras de España y América Latina, con toda clase de actividades para acercar la literatura a cualquiera que esté interesado.
Actividades en toda la provincia
En los últimos años, Málaga ha añadido los eventos literarios, casi siempre con la participación de La Térmica, a un cóctel cultural que tiene en los museos a su ingrediente principal. Ahí están La Noche de los Libros, el festival Escribidores organizado por Mario Vargas Llosa o, con un tono más irreverente y experimental, Irreconciliables. También, la labor continuada del Centro Andaluz de las Letras y otras instituciones.
Ahora llega Verdial con un menú mestizo y casi inabarcable en la capital y otros municipios de la provincia: desde el miércoles 10 de mayo y hasta el sábado 13, se desparramarán desde Nerja a Marbella decenas de charlas literarias como la que mantendrán Sergio Ramírez, nicaragüense hoy exiliado en España y reciente Premio Cervantes, con Fernando Iwasaki. Habrá también talleres para estimular el apetito por la lectura y la creación literaria, lecturas dramatizadas por jóvenes actores de la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga; un concierto de arpa y voz de la multipremiada Verónica Valerio y charlas en institutos. El postre, un coloquio con el oscarizado director y guionista mexicano Alejandro González Iñárritu (Amores perros, Birdman, El Renacido).
En Marbella, Ronda, Rincón de la Victoria, Nerja y la propia capital, el objetivo es invitar a los asistentes a seguir “leyendo con gusto”, dice Jorge Volpi, uno de los codirectores del festival, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México, La Térmica de la Diputación de Málaga y el Ayuntamiento de Málaga. “Una auténtica fiesta de la cultura y literatura iberoamericana”.
Homenaje a 22 figuras malagueñas del exilio y la Generación del 27
Verdial, “fiesta de las letras y la cultura iberoamericana”, toma su nombre de los verdiales, una fiesta malagueña de hipnótico ritmo con orígenes prerromanos. También de las aceitunas y el verdor. Fue Fernando Iwasaki, coorganizador, quien dio con la palabra, “por su cercanía a Málaga y su belleza”.
Y dice Jorge Volpi, el otro responsable de Verdial, que es emocionante para él celebrar un evento así en Málaga. Estos días ha recordado que la bisabuela de sus hijos era una exiliada republicana y malagueña en México, y que él mismo fue alumno de Manuel Ulacia, nieto a su vez de Manuel Altolaguirre, poeta, impresor y editor de la referencial revista literaria Litoral, antes de huir por los Pirineos, como tantos, y asentarse en el país norteamericano en 1943.
“El número de figuras malagueñas de la Generación del 27, y de intelectuales malagueños exiliados es lo suficientemente importante como para hablar de una masa crítica que enriqueció sociedades de acogida como la mexicana”, comenta Fernando Iwasaki. Ahí caben figuras del exilio, como Emilio Prados o Esteban Salazar Chapela, pero también quienes se quedaron en España, como los poetas José María Hinojosa o José Antonio Muñoz Rojas. Forman parte de aquella espléndida generación quienes tienen hoy amplio reconocimiento, como la filósofa María Zambrano o la jurista Victoria Kent, y otros desconocidos para el gran público, como el pintor Joaquín Ruiz-Peinado, escenógrafo de Manuel de Falla, o Alberto Jiménez Fraud, primer director de la Residencia de Estudiantes.
22 de esas figuras dan nombre a los espacios de encuentro que Verdial abre a los creadores de ambas orillas. “Nos interesa que exista un diálogo, porque en España ya existen pocos espacios así”, destaca Iwasaki. Piedad Bonet, Juan Villoro, Héctor Abad Faciolince o Denise Despeyroux se encontrarán con sus pares españoles: Luis García Montero, Herminia Luque, Alberto Conejero...
A la búsqueda del público
A diferencia de otros eventos, Verdial plantea ir a buscar al público, a la manera en que se hace con relativa frecuencia en Latinoamérica, y no tanto en España. “Queremos no solo que el público vaya a escuchar a los escritores a lugares elegidos por la organización, sino que vayamos nosotros a buscarlos”, plantea Iwasaki recién salido de una charla compartida con la venezolana Karina Sainz Borgo en un instituto de Rincón de la Victoria. Allí, han hablado a los chavales de su experiencia como lectores y hablantes de español peruano o venezolano. De cómo un malagueño habla distinto de un gaditano. Y sólo cuando los han visto algo más entregados, de Borges y Cervantes.
En La Térmica, Iwasaki ya sabe que tendrán un público fiel. Pero es una incógnita lo que encontrarán en las bibliotecas en las que se celebrarán las charlas. Son espacios con su propio público. “Necesitamos crear lectores nuevos, y es importante que seamos nosotros quienes vayamos a buscarlo”, dice Iwasaki para explicar que, como Verdial demuestra, el camino siempre es de ida y vuelta.