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Amaral: “La música te exige que le entregues tu vida”

Imagen de promoción del grupo zaragozano.

Francisco J. Jiménez

Cádiz es música en el verano de 2017. Son muchos los eventos programados en la capital gaditana y el Festival No Sin Música es uno de los platos fuertes. El Puerto de Cádiz acogerá, entre el 20 y el 22 de julio, actuaciones de gente como Amaral, Rosendo, M-Clan, El Langui, Iván Ferreiro o el Kanka, entre otros.

Para Amaral se trata de una continuación porque estuvieron presentes en el nacimiento de un festival al que han apadrinado desde que diera sus primeros pasos en 2012. Ahora se vuelven a encontrar en un momento en el que No Sin Música ya tiene una relevancia indiscutible y en un año en el que la banda zaragozana se ha confirmado como un referente del panorama musical nacional con su Nocturnal.

“Va a ser un concierto muy especial. Nosotros vamos a dejarnos la piel en el escenario y será nuestra manera de dar las gracias a la música por habernos traído hasta este punto. Si hubiésemos planeado lo que ha pasado finalmente con nuestro proyecto seguro que no hubiera salido bien”, explica Juan Aguirre, el cincuenta por ciento del grupo junto a Eva Amaral.

Está siendo un año soñado para la banda porque su Nocturnal: Solar Sessions ha respondido a las mejores expectativas y el componente del grupo reconoce abiertamente que “estamos muy felices nosotros y todo el equipo porque los conciertos están sonando muy bien y están siendo vibrantes y trepidantes”.

Tocar en Cádiz supone el reencuentro con viejos amigos, con otros músicos a los que admiran. “Hay, sobre todo, amistad. Es un placer estar ahí y aparte de subirnos al escenario a la medianoche, intentaremos ver al resto de los músicos. Con casi todos ellos hemos coincidido anteriormente y con ellos nos une amistad y el amor por la música”.

“Yo no creo que la música esté en crisis”

En una semana marcada por un acontecimiento como el concierto de U2 en Barcelona se ha confirmado que los amantes de la música van más allá de supuestas crisis en la industria. Juan Aguirre lo tiene claro: “Yo no creo que la música esté en crisis. Ha sido siempre una manera de compartir cosas y una expresión de la propia alma humana. El hecho de que haya alguien que haga música con energía y con credibilidad y que haya otra gente que escuche es algo maravilloso. Nosotros no siempre somos los que estamos arriba del escenario. También acudimos a los conciertos y siempre es mágico, como banda y como oyentes”.

Por eso cuando se pongan delante del público gaditano sentirán eso que no se pierde con el paso de los años. “Hay un subidón de adrenalina y unos nervios que son inherentes al hecho de salir a tocar. Eso no se debe perder”.

Tocarán sus canciones de siempre porque al final el público lo demanda, pero el eje de la actuación será ese Nocturnal experimental que tanto ha gustado. Y será degustado en la Tacita de Plata del mismo modo que en su gira europea porque, en opinión de Aguirre, sólo hay un público: “Normalmente la gente suele decir que el público es diferente en cada ciudad, pero si mirásemos el planeta desde una galaxia lejana veríamos que los seres humanos respondemos ante las mismas inquietudes y ante las mismas descargas de energía con independencia del idioma que hablamos o del color piel. Los seres humanos somos muy parecidos”.

Nocturnal: Solar Sessions ha sido una vuelta de tuerca a Nocturnal, su anterior trabajo. “Es una versión acústica y más desnuda de lo que fue el disco Nocturnal. Somos muy malos para definirnos, pero hay periodistas que lo han hecho diciendo que es como contemplar la luz desde la penumbra. A mí no me parece una mala manera de definirlo. Es una colección de canciones que nos encanta tocar en directo”, explica Juan.

“Es curioso porque hay canciones que han sido compuestas por nosotros dos solos y cuando se interpretan ante la gente adquieren un carácter de fiesta, de energía y físico que nos hace disfrutar a nosotros y al público. No es que las canciones cambien desde su creación, pero sorprende que una canción nazca de una manera en nuestra propia burbuja y después cuando las compartes se convierten en una fiesta aunque las toques de la misma forma”, reflexiona.

“La banda ha superado a nuestras propias personas”

Ha llovido mucho desde que Juan y Eva se conocieran a primeros de los noventa. Sus caminos se cruzaron y han terminado siendo una de las bandas nacionales más consistentes. “Las cosas han ido como han ido porque nos hemos dejado llevar, no hemos buscado nada en concreto. Hemos aceptado lo que venía y el proyecto ha crecido de una manera brutal. Fue hacia el 2004 cuando nos dimos cuenta que los discos que estábamos haciendo iban por delante de nosotros y nos habían superado. Creemos que eso es bueno y nos ha gustado que vaya por delante nuestra música y que nosotros mismos nos quedemos entre bambalinas como figuras públicas. La banda ha superado a nuestras propias personas”, celebra Juan Aguirre.

Por el camino han pillado años de crisis económica, pero también de cambios a nivel técnico. El músico recuerda que “desde que el proyecto se hizo muy popular ha cambiado la revolución digital, que ha cambiado la vida de todas las personas: del periodismo, de la música, de las comunicaciones... Es evolución y creo que es positivo, no hay que valorarlo en términos de bueno o malo. Es el signo de los tiempos”.

La tecnología y la magia se unirán el 28 de octubre en el Wizink Center de Madrid en un concierto que será el colofón de la temporada para Amaral. Será algo icónico, pero Juan Aguirre mira a corto plazo: “El concierto será especial, pero ahora el que nos ocupa la mente es el de Cádiz. Somos una banda que miramos el aquí y el ahora. Sólo miramos hacia adelante, hacia las cosas que no hemos hecho, los ritmos que hay que probar, la evolución... Siempre lo hemos hecho y forma parte de nuestro ADN como banda”.

Ellos son felices porque trabajan en lo que les gusta y no tienen problema en pagar el tributo marcado por esa forma de vida... “Se puede vivir de la música, pero exige mucha dedicación y que le entregues tu vida. No es que vivamos de la música, realmente, sino inmersos en la música. Nunca lo hemos visto como una profesión al uso, sino una actitud ante la vida. Viajar para tocar y componer es lo que queríamos hacer desde adolescentes y en nuestro caso se cumple aquello de no desees mucho algo, no vaya a ser que se vaya a cumplir. Nosotros hubiéramos hecho música en cualquier entorno y con independencia de como sean las condiciones. Es una necesidad, más que una profesión al uso”.

Pasarán el concierto de Cádiz, algunos otros y también el del Madrid. Y llegará el momento de resetear, según explica el músico: “Iremos a tocar a América y después nos tocará desaparecer unos meses para mirar dentro y poner en orden ideas, sonidos y textos”.

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