El género urbano y comercial puede tener una competencia inesperada en las pistas de baile. La música electrónica atrae a un público joven y adulto donde los 'sold outs' (no hay entradas) de discotecas son cada vez más comunes. El festival del DreamBeach comienza en Villaricos (Almería) el 13 de julio y se espera que más de 140.000 personas disfruten de las altas pulsaciones de la música techno. “Es un año difícil y es un misterio lo que puede pasar”, explica Gonçalo Miranda, DJ internacional y director artístico de Dreambeach desde su fundación.
Andalucía siempre ha bailado música electrónica. Estilos como el Breakbeat se convirtieron en “joyas” que disfrutaron los aficionados. De hecho, DJs como Juan Carlos Cruz, más conocido como Wade, comenta que comenzó a pinchar en Dos Hermanas (Sevilla) mientras iba a clases de Secundaria y por aquella época pinchaba música comercial, pero también Breakbeat. Miguel Bastida, DJ internacional de Granada, reconoce que también produjo Breakbeat tras su paso por la radio de Alhama de Granada. Además, Fran Bastet, DJ sevillano que comenzó produciendo en vinilo, recuerda que “cuando yo tenía 17 años se escuchaba Breakbeat (muestra, bajo estas líneas)” y que ahora “se ha abierto más el abanico”.
La moda, los gustos y la experiencia los llevó a producir Tech House. Wade afirma que no se esperaba estar tan bien posicionado en estos últimos dos años, donde ha ido de giras internacionales y cuenta con más de medio millón de seguidores en redes sociales. Con un estilo que mezcla todos los géneros “menos el reguetón”, Wade maravilló con la fusión de electrónica y flamenco en 'Passion': “vi que no había muchos temas de flamenco y tech house”, además de que “mi familia es muy sevillana y flamenca”, explica el artista.
Bastida expone que se encuentra en su mejor momento y opina que “el Tech House se ha vuelto lo más comercial”. Este estilo predilecto del productor congrega varios géneros, lo que hace que atraiga un público mayor. Fran Bastet se ha mudado a Ámsterdam para seguir creciendo y produciendo música. En 2021 produjo 31 temas, y este año espera acercarse a esa cifra. Los DJs comentan que “a todo se le llama techno” por el desconocimiento de la gente, a pesar de ello, añaden que cada vez hay más público, y sobre todo juventud, al que le está gustando este estilo y saben diferenciarlo. Wade define el techno como un estilo “más oscuro y profundo” que el Tech House, que lo define como “más bailongo”.
Andalucía, en el núcleo de la electrónica
Discotecas como Industrial Copera (Granada) o la Sala Cosmos (Sevilla) marcan el ritmo de una generación que consume y pide cada vez más este estilo musical. Yeyes y Jesús son los propietarios de la discoteca granadina que abrió sus puertas hace 30 años. Comentan que “siempre ha habido techno, lo que ocurre es que ahora se le está dando más difusión” y que “al principio el Breakbeat no se escuchaba aquí, era algo más característico de zonas como Sevilla”.
Los propietarios de Copera opinan que Andalucía es de las comunidades más importantes para la música electrónica y añaden que Granada es una de las ciudades fundamentales. Gonçalo Miranda explica que “Andalucía es un destino de vacaciones pero también se está atrayendo turismo de festivales” y aboga por adaptarse a las modas próximas donde cree que la fusión de lo urbano con la electrónica será el futuro; “conozco gente que mezcla a Bad Bunny con música Techno”.
Javi 'Góngora', director artístico de la Sala Cosmos afirma que “no es una discoteca cualquiera”. “Hay que encontrar el equilibrio entre la moda y la vanguardia”. Reconoce que los clubs, discotecas y festivales se retroalimentan unos a otros para que a la gente le guste más este género musical. La sala Cosmos es un club “referente de Andalucía”, con un aforo de 500 personas y fundado en 2010. La mezcla de estilos dentro del género de la electrónica es la tendencia que siguen desde sus comienzos.
Según explica Góngora, Cosmos lleva a cabo un trinomio Ciudad-Público-Club donde “todos los artistas quieren repetir” y que al tener un aforo limitado “la gente es cada vez más exigente con la música”. Añade que Andalucía tiene público suficiente para invertir en este género, pero “siempre haciéndolo con cabeza para poder diferenciarte del resto”. Además, comenta que después de la pandemia hubo un “boom” de eventos y no sabían cómo iba a reaccionar la gente, pero afirma que “ha sido brutal” porque los 'sold outs' “son cada vez más frecuentes” y “se nos va quedando un poco pequeña (la sala)”, manifiesta el director de la Sala Cosmos.
Yeyes y Jesús expresan que en su discoteca hay dos públicos: el primero es el universitario que poco a poco se va acercando a este estilo musical y el segundo son personas expertas que les gusta de verdad el techno. “No hay un hueco en medio, de uno pasas a otro”. Buscan que las fiestas y festivales sean una “experiencia sensorial en todos los sentidos”. E insisten en que las mujeres comienzan a destacar dentro de este mundo muy masculinizado y afirman que en la sala situada en el jardín de Industrial Copera “suelen salir un montón de chicas que incluso pinchan en vinilo, es una pasada”.
Luces y sombras
Fran Bastet declara que en Andalucía “hay mucha gente que produce buena música”. Bastida reconoce que “hay muchísima gente andaluza que nos manda sus canciones”; “Andalucía es una muy buena zona para encontrar gente que va asomando la cabeza en este mundo como un público más maduro” y que “no tiene que envidiarle nada a Ibiza”. Wade añade que las generaciones nuevas van “con otra predisposición” y este “apogeo increíble” es algo que “nos enorgullece”. Las fiestas en discotecas y festivales se convierten en “la llave” para “abrir puertas” a estos jóvenes andaluces que buscan una oportunidad en este “difícil sector”. Góngora admite que “hay una cantera de chavales que se lo curran y pronto cogerán el relevo”.
El estigma de las drogas es un tema que salpica a este género musical allá donde va. Todos los entrevistados creen que es injusto porque “la droga se encuentra en todos lados” y por eso no hay que estigmatizar al público que acuden a las fiestas de este género. Aún así, creen que ese pensamiento va decreciendo. Wade opina que “la gente va a otro rollo, predispuestos a pasarlo bien”.
Lo que es seguro es que estos artistas, discotecas y festivales están recogiendo ahora el fruto que el público de los 90 sembró para situar Andalucía en el mapa mundial de la música electrónica.