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'Un jardín para pintar': viaje al oasis creativo de Sorolla

Joaquín Sorolla (1863-1923), uno de los nombres esenciales de la pintura española, mantuvo un peculiar idilio con los jardines en general y el suyo en particular. Concibió su jardín como un refugio creativo; a través de su representación e ideación consiguió introducir las sensaciones que experimentó en sus viajes a Sevilla y Granada, adentrarse en estilos vanguardistas y liberarse de las cadenas impuestas por los continuos encargos de murales para el Hispanic Society de Nueva York.

CaixaForum Sevilla ha presentado su primer proyecto inédito específico para la ciudad. 'Sorolla. Un jardín para pintar' es una exposición que pretende enseñar una de las facetas del pintor valenciano Joaquín Sorolla, clave para entender su obra.  La muestra, que comienza este miércoles y se podrá visitar hasta el 15 de octubre - gratis para clientes de La Caixa y menores de 16 años, 4€ para el resto-, está coorganizada por la Fundación Museo Sorolla de Madrid y la Obra Social La Caixa . Relata, a través de más de 170 óleos, bocetos o esculturas, la fascinación y énfasis que el pintor puso en la creación y representación del jardín de su propia casa.

Libertad e inspiración

A principios del siglo XIX, los jardines constituían uno de los temas fundamentales de diversos artistas pictóricos modernos. El jardín posicionado como símbolo de la esencia de la pintura, refugio de creatividad y punto de fuga en el que convergían inquietudes y pasiones; la representación y decoración de estos entornos permitía que los artistas se inspiraran y expresaran libremente sus aspiraciones profesionales y personales. Tal y como declaró el célebre pintor Monet (París, 1840 - 1926)- con el que Sorolla guarda numerosos paralelismos-  en las cartas a Gustav Geffroym, (1908) eran “paisajes de agua y luz convertidos en obsesión”.

Consuelo Luca de Tena, directora del Museo Sorolla y una de las comisarias de la exposición, explicó: “Con los jardines, Sorolla tenía una forma de disfrutar de una  pintura hecha para sí mismo, de pinceladas más sueltas, ajeno a cualquier tipo de empresa”. Luca de Tena argumenta que para las obras dirigidas al Hispanic Society, Sorolla utilizaba una técnica “más marcada, coreografiada y definida”, mientras que en las pinturas de jardines se puede observar a un artista “más maduro, conocedor de las vanguardias y que necesita descansar”.

De igual forma, la comisaria ha destacado cómo los lienzos de los Reales Alcázares de Sevilla y la Alhambra de Granada, incluidos en la muestra, impregnaron la decoración y estructura de su jardín. Sorolla consiguió asemejar su patio a un espacio de tipo islámico: flores características, azulejos, esculturas y perspectivas relacionadas con estos lugares que el artista, “como si fuera una obra más”, trasladó y cuidó al milímetro para conseguir evocar dichos parajes. Algo que, según señala el director de CaixaForum Sevilla, Moises Roíz, es “una forma de ver ciudades como Sevilla y Granada a través de sus ojos.”

“Estas flores tienen mis besos”

La sala de exposiciones está estructurada de modo que se pueden observar, por separado, las distintas dimensiones que Sorolla otorgó a su particular edén. Por un lado está la vertiente artística, a través de la cual el pintor utilizaba su jardín como inspiración y entrenamiento pictórico. Por otro, vemos la parte social, igual de importante para el valenciano y en la que los elementos del jardín se utilizan como herramienta para fomentar su vida familiar y amorosa.

La exposición muestra numerosas cartas a su mujer, Clotilde García del Castillo, a través de las cuales el valenciano expone su amor por ella a través de las flores. “Sorolla siempre enviaba flores a su mujer cuando estaba de viaje”, razona la directora del Museo. Creaba un “diálogo amoroso” valiéndose de jazmines, rosas y otras elementos, tal y como se ve reflejado en las epístolas rescatadas para la ocasión, siendo habitual encontrar escritos en los que el artista envía a su mujer unas rosas de su jardín “con sus besos”.

Clotilde y Joaquín, según palabras de la comisaria, “formaron un gran equipo”. Ambos “amaban decorar el jardín y alimentaban con esto su amor”. Pasión por la botánica y la decoración que lograron transmitir a sus hijos: “la hija de Sorolla informaba constantemente de cómo evolucionaban las flores del jardín.”

Cultura para todos

Los directivos de CaixaForum presentes, Moises Roíz y Rafael Herrador han querido aprovechar el evento para anunciar una nueva forma de acercarse a las exposiciones; las familias podrán entrar en una sala lúdica - didáctica y jugar con los más pequeños a montar jardines al 'estilo Sorolla'. La sala está tematizada para tal fin y representa un “paso adelante en el acercamiento de la cultura a toda la familia, una de las misiones con las que nace Caixaforum”, asevera Roíz.

Relacionado con este objetivo, se están preparando visitas guiadas para que algunos colegios asistan a la muestra y prueben los espacios preparados.