La portada de mañana
Acceder
16 grandes ciudades no están en el sistema VioGén
El Gobierno estudia excluir a los ultraderechistas de la acusación popular
OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Los ciudadanos de Málaga decidirán en una consulta si quieren un bosque urbano

El pleno del ayuntamiento de Málaga aprobó este jueves consultar a los ciudadanos el destino de un inmenso solar situado en uno de los barrios más densamente poblados de la ciudad. Quedará en manos de los malagueños una decisión directa que condicionará el tipo de ciudad que será Málaga. Las opciones para el terreno, de 177.000 metros cuadrados, son crear un gran bosque urbano, mantener el proyecto de levantar cuatro rascacielos, o mantener sólo uno y complementarlo con un gran parque.

La iniciativa de destinar los antiguos terrenos de Repsol a un gran bosque urbano ha pasado de la calle y las redes sociales al Salón de Plenos, y de ahí volverá a la calle. La consulta es el hito final del recorrido que inició un vecino, Javier López, que pidió en Change.org desechar la idea perfilada durante años por el gobierno municipal del PP. “Sus 177.000 metros cuadrados, aún sin urbanizar, serán objeto, si nada cambia, de una operación urbanística que propiciará una serie de viviendas y rascacielos que multiplicarán el volumen edificado en dos distritos ya ampliamente masificados”, argumentaba.

La iniciativa, que sumaba 19.300 firmas el viernes por la tarde desde que se lanzó, el 3 de enero, pide que el solar se dedique a un bosque urbano con especies autóctonas, “en la línea de las grandes capitales europeas”. “Un gran pulmón en pleno corazón de Málaga, para cambiar para siempre el perfil de una ciudad marcada por el desarrollismo”, se lee en la petición, que cita como ejemplos Hyde Park, en Londres, o El Retiro de Madrid. Javier López explica a eldiario.es/Andalucía que el origen de su idea está en la frustración que le generaba pasear con su pareja por la zona y “no entender el estado de abandono de unos terrenos con un potencial increíble”.

La intención era cambiar el proyecto a largo plazo, pero todo fue más rápido. De ese impulso, al que se sumaron los grupos de la oposición, ha resultado una consulta a todos los ciudadanos de Málaga, propuesta por el grupo Málaga Ahora y aceptada en Pleno por unanimidad. A partir de ahora, los cinco grupos con representación (Partido Popular, PSOE, Málaga Ahora, Ciudadanos y Málaga para la Gente-IU) deberán perfilar los detalles en una mesa de trabajo. La moción se adoptó el mismo día en que el Ayuntamiento de Madrid abría a la participación ciudadana el proceso de reforma de la Plaza de España.

Desde Málaga Ahora aclaran que la consulta, en la que podrán participar todos los empadronados en la ciudad, será vinculante porque así se contempla expresamente en la enmienda. Antes se abrirá un periodo de información pública. “Es una manera de profundizar en democracia directa y hacer un urbanismo más participativo. El derecho a la ciudad es de todos y creemos que es una solución que puede tener más legitimidad que cualquier otra”, explica Ysabel Torralbo, portavoz de Málaga Ahora. Mientras tanto, los vecinos se han agrupado en una plataforma para difundir su iniciativa y presentar propuestas técnicas.

Un inmenso solar en los distritos más poblados

Los terrenos de la antigua Repsol están en los distritos de Carretera de Cádiz y Cruz de Humilladero, que suman una población censada aproximada de 200.000 personas. El proyecto original del Partido Popular consistía en levantar cuatro grandes torres de hasta 170 metros de altura en el solar, atravesado durante décadas por vías de tren hoy soterradas. Una parte del terreno es del ayuntamiento y otra de la SAREB, y en el proyecto inicial se preveía destinarlo a la construcción de unas 1.400 viviendas, 400 de ellas de protección oficial, y a usos comerciales y equipamientos deportivos. Junto a las cuatro torres estaba también prevista la creación de un parque, de unos 70.000 metros cuadrados.

El alcalde, Francisco de la Torre, aseguró que su proyecto tiene “muchas ventajas y ningún inconveniente”, pero a los demás grupos no les convenció ni el argumento económico (el PP lo vinculó a última hora con el futuro soterramiento del Río Guadalmedina) ni el urbanístico (la supuesta creación de una “nueva centralidad”). De ese modo, al hilo de la reivindicación vecinal se presentaron al Pleno dos mociones (de Ciudadanos, una; de PSOE y Málaga para la Gente, otra) con las nuevas propuestas.

La de Ciudadanos, intermedia, consiste en que sólo se construya la torre en el terreno del SAREB y se dedique el resto del solar a un gran parque; la de PSOE y Málaga para la Gente aboga por el bosque. Para Javier López, el vecino que puso en marcha la recogida de firmas, el bosque es una necesidad “vital o biológica”: “Cualquier ser humano con sensibilidad se daría cuenta de que estos barrios están en una situación insostenible. No hay zonas verdes y el volumen edificado es una locura”.

Estas propuestas se someterán a la opinión popular. En todo caso, antes de cualquier intervención deberá comprobarse la contaminación del suelo.

La futura batalla por las cifras del proyecto

El ayuntamiento, gobernado en minoría por el PP por primera vez en veinte años, lleva una década madurando su proyecto. El convenio urbanístico se firmó en 2006 y municipio debía recibir de Daeca Comarex 82 millones de euros, de los que sólo ingresó 12. Que se sepa, ningún inversor privado se había interesado por el proyecto hasta que se puso en cuestión. Hace una semana, Sur publicó en portada que a un grupo ruso le gustaba la idea de construir cuatro grandes torres. Ofrecía, según Sur, 16 millones de euros, aunque en 2006 se valoraron en 70.

Durante el Pleno, Eduardo Zorrila, portavoz de Málaga para la Gente, acusó al alcalde de crear una situación “fruto de la cultura del pelotazo” y De la Torre se defendió asegurando que sólo pretende “impulsar la ciudad y crear nuevas centralidades”. Según se ha deslizado desde el equipo de gobierno durante las últimas semanas, el bosque urbano tendría un coste de 155 millones de euros (70,3 por la renuncia a los aprovechamientos -cuatro veces lo que supuestamente ofrecía el grupo ruso-, 64,8 por la compra de los terrenos de la SAREB y 20 por urbanizar).

Torralbo pide que antes de la consulta se informe de los costes de cada opción, pero sin que se den cifras “para asustar a la gente”. María Gámez, portavoz socialista, cerró su intervención apelando al momento histórico: “Es esta oportunidad o no habrá más”. La consulta dará la palabra a los ciudadanos y Javier López se da por satisfecho de que la propuesta que lanzó a Internet haya paralizado, de momento, el proyecto de los cuatro rascacielos.