El cadáver que apareció el pasado 13 de septiembre en una calle de Torremolinos (Málaga) corresponde a una joven de 21 años y nacionalidad noruega, que vivía en la localidad costasoleña desde hace aproximadamente un año. Así lo ha comunicado la Policía Nacional, que desde que unos jóvenes encontraron de madrugada el cuerpo sin vida de la joven investigaba quién es y las causas del fallecimiento. Los investigadores siguen sin descartar ninguna hipótesis, a la espera del resultado definitivo de la autopsia, incluido un informe toxicológico que determine si la ingesta de estupefacientes tuvo algo que ver en la muerte, o si esta fue violenta. No hay detenidos en este caso.
El primer paso de la investigación era identificar a la mujer. La Policía había preguntado por ella en la zona, pero la identificación oficial se ha practicado a partir de las impresiones dactilares facilitadas por las autoridades de Noruega. Gracias a esta colaboración, los agentes han podido determinar quién era, seis días después del hallazgo del cuerpo. El fallecimiento de la mujer ha sido comunicado a sus familiares en su país de origen, con los que ya se trabaja para repatriar el cadáver.
Hipótesis abiertas
El cuerpo apareció sobre una acera de la avenida Benyamina, una zona residencial muy próxima a la popular zona de Playamar de Torremolinos (68.952 habitantes), en la madrugada del 13 al 14 de septiembre. Lo encontraron unos jóvenes que dieron el aviso a los servicios de emergencias y a la Policía Local.
Los investigadores de la Policía Nacional advirtieron signos de asfixia en el cadáver, junto al que había un bolso prácticamente vacío y sin documentación, según informó Sur, que también recogió las sospechas de los especialistas de la Unidad contra la Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de que el cuerpo hubiese sido trasladado y depositado en ese lugar, ya que la chica llevaba varias horas muerta y se trata de un lugar de paso.
Al día siguiente, el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, informó de que se investigaba si el fallecimiento “se ha producido por causas naturales” o fue “a consecuencia de alguna posible ingesta de alguna sustancia estupefaciente”, para lo que es clave el informe toxicológico.
La investigación continúa abierta, y la Policía sigue sin descartar ninguna hipótesis sobre la muerte de la joven. Los signos de asfixia son compatibles tanto con una muerte violenta como con una reacción adversa a la ingesta de estupefacientes. Los resultados definitivos de la autopsia practicada por el Instituto de Medicina Legal, incluido un informe toxicológico, deberán aclarar por qué murió la joven noruega hallada en Torremolinos.
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