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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Carlos de Haya, García Morato y un barrio de alféreces: Málaga lleva once años retrasando el cambio de calles franquistas

Haza de Cuevas es una barriada malagueña ajena al bullicio. Los parterres de naranjos se alinean por sus calles interiores, a las que desembocan edificios de apenas tres alturas, ideales para dejar pasar el sol. Al barrio, encajado entre las calles Capitán Huelin e Ingeniero De la Torre Acosta, algunos lo conocen también por “el barrio de los alféreces”. Trece de sus calles recuerdan a militares que alcanzaron el grado de alférez, ya desaparecido, en el ejército franquista. Las otras honran a tenientes y capitanes.

Este barrio levantado en los años 50 sobre la antigua haza de Lázaro Cuevas ejemplifica la inextricable relación del callejero de Málaga con el franquismo, pero no es el único. En la barriada 25 Años de Paz, construida por la Obra Sindical de la Vivienda, se honra con sendas calles a los militares de la División Azul Comandante Román, Sargento Crooke López y Sargento García Noblezas. En la barriada Girón, levantada coincidiendo con el periodo en que Girón de Velasco se desempeñó como ministro de Trabajo, hay calles dedicadas a destacados miembros del régimen, entre ellos Manuel Assiego, subjefe provincial del Movimiento entre 1946 y 1949.

Trece años después de que entrara en vigor la Ley de Memoria Histórica, decenas de calles siguen recordando a militares franquistas, a falangistas e incluso a dos icónicos pilotos, Carlos de Haya y Joaquín García Morato, cuñados entre sí y partícipes de algunas de las matanzas más conocidas perpetradas por la aviación golpista. También existe una calle dedicada al aviador Julio Ruiz de Alda.

Desde 2009, el ayuntamiento, gobernado por el PP, ha venido anunciando periódicamente la puesta en marcha de comisiones, estudios, mociones o acuerdos de intenciones para depurar el callejero. Se eliminaron algunas denominaciones, pero sigue habiendo muchas otras.

Cincuenta calles vinculadas al franquismo

Sergio Brenes, historiador y exconcejal del PSOE, realizó una investigación en 2006 en la que catalogaba los vestigios franquistas de la ciudad. Como en otras ciudades de España, existían entonces calles dedicadas a los generales Sanjurjo, Mola y Queipo de Llano y una avenida del Generalísimo, que fueron eliminadas. Sin embargo, se mantienen el de mandos militares intermedios y algunos más conocidos, como las calles dedicadas al Capitán Huelin o al Ingeniero De la Torre Acosta, padre del actual alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.

“Había unas cincuenta, y la mayoría no se han tocado”, lamenta Brenes, que explica que el nombre de las calles en los barrios de nueva creación funcionaba como “elemento aleccionador”. La dictadura buscaba legitimación a través de la simbología política y de personas que encajaran en una visión idealizada de ciertos valores, según el historiador. A saber: miembros de la División Azul, militares, fusilados o fundadores de Falange. Casi todas esas calles permanecen.

Sí se retiró de Puerta Oscura el reloj de sol con simbología falangista, o el monolito a los fundadores de Falange en Málaga, Andrés Rivas y Domingo Lozano. También se eliminaron o se cubrieron con una pintura beis los escudos y símbolos falangistas de algunos edificios.

Sin embargo, cuando el PSOE y la asociación entregaron al ayuntamiento el listado completo de calles vinculadas al franquismo, este replicó que prefería encargar un estudio a la Universidad. “Estaban ganando tiempo para no cambiar calles evidentes”, apunta Brenes.

La cátedra de estudio, parada desde hace un año

El consistorio siempre ha defendido la necesidad de hacer una criba para conocer el grado de vinculación a la rebelión o a la dictadura, y en esto cuenta con la comprensión de los impulsores de la memoria histórica. “Hay denominaciones que ofrecen pocas dudas, pero otras en las que sería conveniente un estudio histórico riguroso para saber su grado de implicación en el golpe militar, para saber si es conveniente aplicar la Ley de Memoria Histórica”, señala Pedro Moreno Brenes, presidente de la Asociación contra el Silencio y el Olvido de Málaga.

Para realizar esa tarea, se pensó que la Universidad es la más indicada. El 13 de marzo de 2009, la recién creada Comisión de Memoria Histórica acordó pedir a la Universidad que indagara en el callejero de Málaga. Once años después, la última sesión celebrada el pasado martes volvió a abordar el asunto. Allí se recordó que existe un borrador de convenio, sólo pendiente de firma, para crear una cátedra que aborde el trabajo de investigación histórica.

El borrador, que también contempla el estudio de materias como fosas comunes, población reclusa o depuración de funcionarios, está terminado desde finales de 2018, pero su firma se paralizó en febrero de 2019, poco antes de comenzar el ciclo electoral. Nadie explica por qué. Manuel Morales, catedrático de Historia Contemporánea, representó a la Universidad en la reunión del martes: “Expuse que la universidad no sabía nada de qué había pasado [con el convenio] y que sigue interesada en el tema. El ayuntamiento tiene que dar respuesta porque es quien cortó la comunicación”.

Según Morales, Noelia Losada (que preside la Comisión) se mostró tibia: “No se opuso a que se crease la cátedra, pero tampoco dijo nada a favor”. El ayuntamiento no ha respondido a las preguntas de este medio. ¿Por qué se dejó sin firmar el convenio? ¿Sigue interesado en suscribirlo? Si no, ¿qué alternativas plantea para cumplir la ley?

Carlos de Haya: una moción plenaria sin cumplir

Moreno Brenes cree que es hora de avanzar. “No se puede paralizar todo porque no se ha constituido la cátedra. Hay casos que no ofrecen dudas históricas, porque estuvieron vinculados al golpe a nivel directivo. En los obvios no hay mucho que discutir”, protesta.

Uno de esos casos es el de Joaquín García Morato, el gran héroe de la aviación franquista que participó en el bombardeo de Jaén y da nombre a la avenida que lleva al aeropuerto, cuyo nombre ya se ha eliminado del callejero de varias ciudades españolas, entre ellas Sevilla. Sus restos reposan, por ahora, en la Iglesia del Carmen, aunque el ayuntamiento acordó trasladar al Obispado la moción que pide su retirada.

Otro, el de Carlos de Haya, pieza fundamental para organizar el puente aéreo con el que se trasladó al Ejército de África. El Pleno aprobó en diciembre de 2017 una moción recuperar el nombre histórico de Camino de Antequera (como se conoció de 1782 a 1940) para la actual avenida Carlos de Haya. No se ha cumplido.

“Ha sido la excusa para no avanzar”

“La voluntad municipal ya se ha manifestado. Se trata de que se formalice”, pide Moreno Brenes, que recuerda que la Junta de Andalucía ya cambió el nombre del hospital, antes Carlos de Haya, a Hospital Regional. “Sé que requiere su tiempo, pero antes también había una Avenida del Generalísimo. Hay que dar el paso y darlo con decisión”.

“Durante todo este tiempo, ha sido la excusa para no avanzar en el callejero”, opina Eduardo Zorrilla, portavoz de Adelante Málaga. También Daniel Pérez, portavoz del PSOE, ha acusado a De la Torre de dilatar “hasta la saciedad” los cambios en el callejero, “incumpliendo la ley y poniéndose de perfil”.

“Se trata de crear una comisión de una comisión, y en 2020 estamos todavía intentando crear la comisión. Once años de estudios, y no hemos empezado a hacerlos”, protesta Brenes. José Sánchez, histórico presidente de la Asociación contra el Silencio y el Olvido de Málaga, cree ahora que la anhelada cátedra, aunque tuviera buena intención, es “una forma de alargar el problema y dar más tiempo a resolverlo”. Siete décadas después, Haza de Cuevas sigue siendo el barrio de los alféreces.