Muchas manifestaciones y concentraciones se han celebrado desde el 8 de marzo de 2020, el año de la pandemia, en Málaga. Las ha habido estáticas (de los hosteleros en protesta por la falta de ayudas públicas); contra la gestión del gobierno, en calle Larios, al grito de “unidad nacional” e incluyendo saludos fascistas; o contra la llamada Ley Celaa, en coche. Ninguna con la potencia simbólica del feminismo, que este 8 de marzo volvió a salir a la calle. Un año después, las feministas no llegaron en coche, ni se apelotonaron para gritar contra nadie. Ni una sola de ellas prescindió de la mascarilla y todas se mantuvieron a una distancia segura, marcada en blanco sobre el asfalto del Paseo del Parque, donde bailaron una canción compuesta para la ocasión y leyeron un manifiesto.
La Coordinadora 8 de marzo reunió a unas 200 mujeres, que se juntaron, separándose, para bailar. Como si la fuerza del movimiento estuviera ahora en alejarse un poco para mantenerse unidas, realizaron una coreografía sobre una música regalada por la rapera malagueña Eskarnia, una mezcla del Devórame otra vez con apelaciones al No pasarán.
La coordinadora empezó a preparar la acción en diciembre. “Manejamos varios escenarios, pero pensamos que esta era la más segura porque no hay desplazamientos”, cuenta Andrea Barbotta, portavoz. El objetivo, explican las organizadoras, era levantar otra vez la voz manteniendo la seguridad. “Esto ha estado mucho más controlado que otras manifestaciones”, constataba Barbotta.
Carmen Sansegundo y Toñi Criado, maestras jubiladas, forman parte de Feministas en Acción, y explican con cierta sorna que, ya que no tienen los huesos para el baile, les ha tocado el servicio de orden. Las organizadoras han repartido gel hidroalcohólico, han separado los distintos bloques de asistentes (según la organización a la que pertenecieran) y se han cuidado de mantener siempre la posición que marcaba el suelo. Ante las dificultades para convocar una gran marcha, pensaron alternativas. “No nos resignamos, así que pensamos qué podíamos hacer respetando la norma y que fuera llamativo”, relata Sansegundo, que advierte: “Ha salido muy bien, pero el año que viene queremos otra manifestación como las de 2018 y 2019”.
Exigen la retirada de “anteproyectos de leyes de identidad de género inspirados en la teoría queer”
Desde el pasado 8 de marzo, el feminismo ha aguantado críticas recurrentes por la supuesta contribución de las marchas de aquel día a la expansión de los contagios. “Nos quieren culpabilizar y nos han intentado amordazar”, protesta Saray Pineda, Secretaria de la Mujer en Comisiones Obreras Málaga y una de las organizadoras. Todas creen que han tenido que el feminismo tenido que justificar su presencia en las calles como ninguna otra protesta en los últimos meses.
En Málaga no hubo problema. Comunicaron a Subdelegación del Gobierno su intención y elaboraron un plan de seguridad. El ayuntamiento mostró alguna reticencia por el hecho de que se cortara el carril bus del Paseo del Parque, según Pineda. Al final, el corte ha durado apenas una hora. “Sabíamos que este año íbamos a ser menos, pero se trataba de hacer una concentración y darle vida. Queríamos reivindicar desde la alegría”, explica Mar González, otra de las portavoces.
La protesta ha mostrado también la división del feminismo en torno al anteproyecto de la llamada Ley Trans que ha preparado el ministerio de Igualdad. Del acto de la Coordinadora 8 de marzo, apoyado por unas cincuenta organizaciones (incluyendo partidos, sindicatos mayoritarios y decenas de asociaciones) se separaron unas 50 o 60 mujeres, concentradas a la misma hora apenas a un centenar de metros, al comienzo de calle Larios.
“Otras compañeras reivindican de otra forma y toda protesta es válida”, apunta Mar González. Aseguran que no ha llegado a haber escisión, sino que el llamado “bloque autónomo” no participó en la organización ni en la elaboración del manifiesto que se ha leído al final del acto.
En uno de los puntos de este manifiesto, leído con especial énfasis, se denuncia “los intentos de vaciar de contenido la categoría sexo y el uso confuso de los conceptos de sexo y género” en las nuevas propuestas legislativas, “que de ser aprobadas supondrán la desaparición de las mujeres como sujeto político y anularán las bases de la vigente legislación en materia de igualdad”. También Feministas en Lucha repartió un manifiesto en el que se avanzaba que no apoyarán leyes que, “pretendiendo ampliar la protección a determinados colectivos, sacudan los cimientos de nuestra lucha”.
La coordinadora fue más allá, y exigió la retirada de los “anteproyectos de leyes de identidad de género inspirados en la teoría queer”, y pide al Gobierno español que abra un proceso de debate.