García Caparrós: el símbolo andaluz que todos reivindican y al que nadie cambió la placa

La muerte de un tiro en una manifestación del 4 de diciembre de un joven trabajador de Cervezas Victoria se ha convertido, 40 años después, en el recuerdo más simbólico de la lucha por la autonomía andaluza. En las últimas semanas se suceden artículos de prensa y presentaciones editoriales, y a Manuel José García Caparrós, que así se llamaba el joven sindicalista, hoy lo reivindican sin falta todos los políticos. Con el cuarenta aniversario, han descubierto que en algún lugar del Congreso hay unas actas de la comisión parlamentaria que investigó su muerte, y que siguen siendo secretas. Sobre la muerte de García Caparrós se extendió durante años un manto de silencio que ahora pugnan por levantar.

Han pasado cuatro décadas de aquella mañana en la que Caparrós salió, como tantos cientos de miles, a pedir autonomía, y en su lugar encontró la muerte. Tenía 18 años. Cuatro décadas después, el Congreso sigue sin publicar las actas de la comisión de investigación que debía encontrar responsables de la muerte del joven, sin encontrar ninguno más que la “situación socioeconómica” de Málaga y el “clima” generado por los propios organizadores de la manifestación, que en la capital de la Costa del Sol reunió a unas 200.000 personas y en toda Andalucía a unos dos millones.

El Congreso ni siquiera se lo pone fácil a Eva García Sempere, diputada por Málaga de Unidos Podemos. Solicitó ver la documentación de la comisión de encuesta en febrero de este año y sus dos primeras peticiones fueron denegadas de plano. Sólo después de recurrir esa decisión, tomada con argumentos muy endebles, la mesa del Congreso reconsideró su postura, tal y como adelantó eldiario.es/Andalucía. Sin embargo, puso dos condiciones que molestaron a la diputada e indignaron a la familia: puede consultar las actas sin hacer copias y con los nombres que aparecen tachados.

A la petición de la diputada de Unidos Podemos se sumó, meses después, la Junta de Andalucía, que pidió por vía oficial que se hagan públicos “los datos completos sobre la comisión de encuesta”. La mesa del Congreso también rechazó esta petición arguyendo un informe de la dirección de Documentación, Biblioteca y Archivo, en el que se recoge que los comparecientes declararon en la comisión de investigación con la garantía de cincuenta años de secreto. Se desconoce dónde se recoge esa garantía.

De esta forma, García Sempere es la única que puede leer y anotar lo que se dijo y se oyó en las comparecencias ante los diputados malagueños (entre otros, el actual alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre) que integraron la comisión. Lo más relevante que ha sacado en claro, de momento, es que 32 policías fueron expedientados por lo que ocurrió aquellos días.

'Patrimonialización' del recuerdo de García Caparrós

La recuperación de la memoria de García Caparrós se trasladó este domingo a la manifestación organizada por la Plataforma 4-D y su recuerdo ha sido mencionado en los actos de todos los partidos este fin de semana. Pero durante todos estos años Loli, Paqui y Puri, las hermanas de Manuel José, no han tenido tantos apoyos como los que se suman ahora. Con la ayuda de la cooperativa Atrapasueños llevan un año presentando iniciativas en parlamentos autonómicos y municipios para insistir en que se reabra el caso y pidiendo el apoyo de la Junta de Andalucía.

La recuperación de la figura de García Caparrós y el esclarecimiento de su muerte ha provocado roces entre los partidos. Así, la comparecencia de la diputada García Sempere ante el Parlamento Andaluz para informar de lo que está descubriendo fue vetadafue vetada por el grupo socialista y Ciudadanos, que recelan de la supuesta “patrimonialización” de la figura de García Caparrós por parte de IU y prefieren insistir en la vía de su desclasificación completa. El papel del PSOE fue criticado por Antonio Maíllo, coordinador general de IU-Andalucía, que acusó al gobierno de Susana Díaz de “postureo”. Eldiario.es/Andalucía reveló que los diputados del PSOE en la mesa del Congreso votaron dos veces contra la “desclasificación” de los documentos. Uno de ellos es Micaela Navarro, presidenta del PSOE de Andalucía.

Lo cierto es que el fervor por la memoria del joven sindicalista asesinado es reciente. La Junta de Andalucía sólo lo reconoció Hijo Predilecto en 2013, 36 años después de su asesinato. Un error permite comprobar el escaso celo que se ha prestado a su memoria: desde hace años, la figura del joven se recuerda en Málaga con una placa que le nombra “José Manuel García Caparrós”. Se llamaba Manuel José, y no José Manuel. El error procede probablemente de las primeras crónicas del suceso y de las sesiones parlamentarias de 1977, donde varios diputados citan mal el nombre.

El caso es que allí ha seguido el error hasta ayer, sin que nadie se haya molestado en enmendarlo desde que fue colocada, en 2002. Tampoco está claro que el lugar que acaba de ser declarado por la Junta de Andalucía “lugar de la memoria” fuese el punto en el que resultó abatido, aunque sí el entorno. Este lunes se corregirá otro de esos errores sangrantes: se trasladarán las cenizas del joven al Jardín del Recuerdo del cementerio de Málaga.

Esta semana se ha presentado también Las muertes de García Caparrós, un libro editado por El Observador en el que la secretaria judicial Rosa Burgos desvela decenas de documentos del sumario hasta ahora inéditos, a los que accedió durante su investigación para escribir La muerte de García Caparrós en 2007. Entre esos documentos, que también publica la web de El Observador, un informe policial permite concluir que la bala que mató al joven provenía de una Star S, la pistola habitual de la policía armada, que aquel día dispersó de forma brutal e indiscriminada una manifestación pacífica y festiva. Burgos cree que fue el cabo M.P.R. quien disparó aquella bala de nueve milímetros que acabó bajo la axila de Manuel José García Caparrós.

La bala se limpió, los peritos de la policía concluyeron que pudo dispararla la pistola 861768 pero que también pudo ser otra, y M.P.R. no declaró alegando enfermedad. Lo trasladaron a un pueblo de la provincia y murió hace tres años. La comisión parlamentaria no halló responsables políticos y la investigación judicial no encontró autor del disparo. Durante muchos años pareció que así quedarían las cosas, pero hoy García Caparrós es un símbolo de la autonomía andaluza, y tres hermanas no se dan por vencidas: cuarenta años después, sólo quieren saber quién mató a Manuel.