La familia de Manuel José García Caparrós, el joven malagueño asesinado por una bandera andaluza el 4 de diciembre de 1977, ha dirigido una carta a Juan Manuel Moreno, en la que reprocha al presidente de la Junta de Andalucía el “olvido” de Manuel José al aprobar, esta misma semana, la celebración del 4 de diciembre como “Día de la Bandera andaluza”. La familia está “indignada” y baraja movilizarse en fechas próximas al 4 de diciembre, según una fuente muy próxima. Llevan pidiendo un encuentro con Moreno desde que este llegó a la presidencia, sin éxito.
“Recordarle, señor Moreno Bonilla, que las banderas no salieron solas, salieron en manos de los andaluces y que uno de esos andaluces no volvió a casa…”, escriben las hermanas del joven, al que los portavoces del Gobierno andaluz no hicieron referencia alguna al presentar la nueva norma, aprobada en el Consejo de Gobierno de este martes y que aún no ha sido publicada. Tampoco hay mención alguna en la nota de prensa distribuida a los medios, a pesar de que García Caparrós es hijo predilecto de Andalucía a título póstumo desde 2013.
El Gobierno andaluz ha explicado que con el Día de la Bandera pretende impulsar “iniciativas educativas, sociales e institucionales que contribuyan a garantizar la máxima difusión de los valores y significados que encarna dicho emblema”.
Las manifestaciones de aquel 4 de diciembre, a las que acudieron más de dos millones de andaluces, son la “expresión de la voluntad del pueblo andaluz de acceder a las máximas cotas de autonomía”. Pero ha omitido que, en el curso de una de aquellas manifestaciones, quienes se oponían mataron a un joven malagueño, convertido desde entonces en un potente símbolo de la lucha por el autonomismo. Es difícil entender el significado del 4D obviando el asesinato de Manuel José García Caparrós.
El asesinato por una bandera
García Caparrós murió aquel 4 de diciembre, pocos días antes de cumplir 19 años, y en el origen de los hechos que desembocaron en su muerte está, precisamente, una bandera andaluza. Aquella tarde, uno de los miles de malagueños que habían salido a la calle para reivindicar la plena autonomía decidió trepar al balcón del edificio que alojaba la Diputación Provincial, con la intención de colocar allí la enseña. El presidente, Francisco Cabezas, se negaba a que eso ocurriera. Si se salía con la suya, Málaga sería la única capital andaluza donde no ondeara la bandera.
La escalada de aquel joven, José Manuel Trinidad Berlanga, sirvió de pretexto para que la Policía interviniera cargando contra la muchedumbre. Hubo botes de humo, balas de goma y fuego real. Hasta 22 balas impactaron en las paredes de los edificios de la Alameda de Colón, a la altura de calle Vendeja. Y en aquel caos, una bala penetró en el cuerpo de García Caparrós por debajo de una axila. El joven murió en un Symca 1000 camino del hospital. Nunca se condenó a nadie, aunque siempre se sospechó de la extrema derecha, que reventó la manifestación, y de algún agente de la Policía.
Las hermanas, “incrédulas”
Después de décadas de silencio y ocultación, que ha afectado incluso a las actas de la comisión parlamentaria que investigó el suceso, no hay duda ya de que el disparo que acabó con la vida del joven se efectuó con el arma de un policía. Por eso, las hermanas Francisca, Purificación y Dolores García Caparrós llevan años batallando para que a su hermano se le reconozca como víctima del terrorismo de Estado, y han llegado a dirigirse a la justicia argentina. Ahora, se declaran “incrédulas” ante el proceso de designación del 4 de diciembre como el Día de la Bandera.
“Nos parece que su olvido no es casualidad, más bien es parte de una estrategia para silenciar lo que verdaderamente ocurrió”, reprochan al presidente de Andalucía. “Nuestro hermano es otra víctima del terrorismo pero en este caso, del terrorismo de Estado y de un policía que era un asesino”, añaden, antes de pedir al presidente que no se “apropie” del 4 de diciembre, que es “de todos los andaluces”.
Este jueves, Moreno ha tratado de apaciguar el enfado asegurando en el Pleno que estará “pendiente de qué posibilidades tenemos de reconocer a quienes sufrieron el final de la dictadura franquista en sus carnes”. “Somos conscientes de aquéllos que perdieron la vida en la defensa de la autonomía, de la democracia”, ha respondido a Teresa Rodríguez, de Adelante Andalucía, que reclamaba atención a la familia García Caparrós. También Por Andalucía pidió ayer al presidente que reciba a las hermanas.