Tres meses después de la presentación del plan de choque de la Junta de Andalucía para la atención primaria, la situación no termina de mejorar. Aquel proyecto, que fue duramente criticado por los sindicatos al considerar que no se había negociado y no planteaba más novedades que las que ya se habían ido desarrollando a lo largo de los meses, buscaba mejorar la atención en los ambulatorios, sobre todo en un momento en el que la presión de la pandemia de la Covid-19 seguía siendo alta. Ahora, un trimestre después, la mejoría llega de forma desigual a Andalucía. Las cifras positivas que aporta el Servicio Andaluz de Salud (SAS) contrastan con la realidad en muchos lugares de Andalucía.
Porque Salud asegura que se ha reducido la demora para obtener una cita con un médico de cabecera a 2,6 días de media en toda la comunidad (3,7 días en febrero, según los mismos datos oficiales), pero este número se obtiene a costa de grandes diferencias entre ambulatorios. Según ha podido contrastar elDiario.es Andalucía a través de docenas de casos, en los mismos distritos sanitarios es posible que no haya citas en más de 15 días o que otro paciente pueda acceder a una incluso al día siguiente de solicitarla. Un dato, el segundo, que sí evidencia que ha habido una mejoría en estos tres meses, ya que en febrero era casi inviable ver a un médico de familia en menos de diez días, pero que no termina de afianzar la respuesta asistencial que reclaman los sindicatos y los pacientes.
Doble de bajas
El plan que presentó Salud hace tres meses era en realidad, a juicio de los sindicatos, una “readaptación” del que se utiliza en los periodos de alta frecuentación -como ocurre en invierno cuando se disparan los virus respiratorios y las gripes-, que básicamente consiste en dar más contratos y ampliar las jornadas laborales de médicos y enfermeros, lo que elevó las críticas del sector por no atajar realmente los problemas históricos de la atención primaria que se han visto agudizados durante la pandemia de la Covid-19 al considerar las soluciones como “parches”. El principal de estos problemas es la falta de personal sobre la que la Junta de Andalucía se defiende recordando que se han ofertado todos los contratos ambulatorios de cada categoría y que durante la campaña invernal se hizo un esfuerzo de contratación del 120% para dotar de este recurso de plantilla a los ambulatorios, pero lo cierto es para el sector sigue siendo insuficiente.
Como falta personal, y según fuentes sindicales, en los últimos meses las bajas entre los profesionales se han duplicado, el segundo problema que no desaparece es el de la sobrecarga de trabajo de los médicos y enfermeros tanto en consulta como en vacunación o analíticas. Los sindicatos denuncian que, a pesar de la mejora que sí se está produciendo en la atención primaria, se siguen sin cubrir bajas lo que llena las agendas de los profesionales que siguen en su puesto. Esto ocurre en buena medida porque no hay trabajadores en la bolsa de empleo del SAS ya que muchos terminan por marcharse a la sanidad privada o a otras comunidades autónomas donde reciben mejores sueldos y vinculaciones laborales más largas. Como este asunto aún no se ha abordado y se siguen ofertando contratos cortos, los ambulatorios siguen sufriendo falta de plantilla a pesar del plan de mejora puesto en marcha por la Junta de Andalucía.
Citas agotadas “en minutos”
Los ciudadanos se dividen entre la sorpresa por la mejoría a la hora de obtener cita y la indignación de meses acumulando demora para poder ver a su médico de cabecera. Según los datos recogidos por este medio, la situación es muy desigual en todas las provincias. Hay quienes logran una visita médica para el día siguiente y quienes tienen que esperar más de 15 días. Según el SAS, esto ocurre porque las agendas se pueden llegar “en minutos”. Málaga y Cádiz son las dos provincias en las que se reportan más problemas a la hora de obtener una visita al médico de cabecera, pero lo cierto es que en toda Andalucía hay casos de estos días en los que hay personas que no tienen posibilidad de pedir una cita porque no hay disponibles. Un problema que no solo se da en municipios pequeños, en los que tiende a haber menos personal en los ambulatorios, sino que también hay casos de capitales de provincia en las que es imposible ir al médico de cabecera si no es a través de urgencias.
El SAS tira de cifras para hablar de la mejoría de la atención primaria en contraste con las quejas que aún persisten de los profesionales y los pacientes. Salud saca pecho por haber invertido más de 14 millones de euros en la atención ambulatoria en los primeros meses del año y al recordar que ahora hay 410 médicos de primaria más que en 2019. Sin embargo, los sindicatos consideran que las mejoras que se están produciendo en los centros de salud no se deben tanto a la inversión como a la caída de la presión asistencial fruto del fin de la Covid-19 como pandemia. Para Antonio Macías de UGT hay un problema de “mala gestión” ya que se dispone de más recursos, pero sigue habiendo problemas para que un ciudadano pueda ver a su médico.
“Los profesionales se quejan de la falta de tiempo para atender en condiciones a los pacientes”. Precisamente en ese sentido se ha llegado a un acuerdo para llevar a los centros de salud la continuidad asistencial que permite que los médicos puedan atender a los pacientes por la tarde. Lo que ocurre es que se ha hecho de forma desigual a como se hace en los hospitales ya que mientras un médico hospitalario puede hacer hasta dos tardes por semana de continuidad asistencial, un médico de primaria solo puede hacerlo dos tardes al mes lo que repercute en las agendas de pacientes que no se pueden aligerar por no haber mucho más tiempo. Además, hay un agravio comparativo entre especialidades porque mientras que un médico de cabecera sí puede acceder a la continuidad asistencial, un pediatra no.
La pandemia en el foco
Para Rafael Ojeda del Sindicato Médico es “incomprensible” que estos médicos se hayan quedado fuera de la continuidad asistencial. Algo especialmente grave, opina, en el caso de los pediatras por ser una especialidad que está “absolutamente desbordada”. José-Pelayo Galindo, portavoz de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Andalucía, también cree que se ha producido una mejora en la atención primaria en los últimos meses, pero que esta ha llegado por el fin de la pandemia. “Todas las medidas que pusieron en marcha fueron un fracaso”. La sobrecarga de trabajo de los profesionales “no se ha resuelto” y se sigue arrastrando.
Medidas estrella como la recuperación de médicos jubilados fracasaron al reclutar a un solo galeno en toda Andalucía o la opción de que los facultativos trabajasen por las tardes cobrando por jornada complementaria apenas logró seducir al 10% de la plantilla, según datos sectoriales. “Algunos de los profesionales decidieron participar de esa continuidad asistencial al sufrir presiones por parte de sus superiores”, estima José-Pelayo Galindo. Además, según los datos que maneja el Sindicato de Enfermería SATSE, “las bajas de sanitarios se han duplicado y está habiendo problemas en algunas provincias”.
Por otra parte, desde CSIF critican que la Junta de Andalucía no esté ofreciendo información real sobre los contratos que se están haciendo para el refuerzo de la atención primaria. Victorino Girela, portavoz de este sindicato, considera que la mejoría, de haberse producido, lo ha hecho “por la mejora en las cifras pandémicas y la menor presión asistencial”. “Veremos si el repunte que empieza a haber ahora (tras el cese total de restricciones, incluido el uso de mascarillas) y la Semana Santa vuelven con bajas entre profesionales y más casos en población que vuelva a poner al límite la atención primaria”. Para el sector, ahí puede estar de nuevo el gran talón de Aquiles de la sanidad pública andaluza.