Hablar del Holocausto con una persona judía es hablar de memoria. “Para bien o para mal el pueblo judío tiene memoria de elefante”. Y este, la Shoa, es un capítulo de la historia que “está muy presente”. El que habla es Jorge Gershon, secretario general de la comunidad judía progresista de Andalucía Beit Rambam.
Esta semana, las actividades para conmemorar esta tragedia no han cesado, como la que tuvo lugar el pasado miércoles en la Fundación Tres Culturas. De hecho, este mismo viernes, día internacional de la conmemoración del Holocausto, se va a celebrar una ceremonia en el Palacio de los Marqueses de la Algaba de Sevilla, a las 18.00 de la tarde a la que “todos estáis invitados”.
Porque esta comunidad ha organizado estos actos sin olvidar a nadie. “No podemos olvidar los más de seis millones de judíos que murieron en la Alelamnia nazi, pero tampoco al colectivo homosexual, ni al pueblo gitano, ni a los testigos de Jehová... ni a tantos que murieron entonces”. Porque “nosotros hemos sido perseguidos en la historia, pero hay muchas comunidades que han sido perseguidas también”.
La idea, ampliar el foco, dar voz a los que no la tienen. “Los judíos hemos sido históricamente una comunidad sin voz”. Cómo no dar voz hoy a otros. Y abrir las puertas de la comunidad porque la única anestesia contra los prejuicios es “conocer al otro”, en opinión de Gershon. “Los prejuicios son patrimonio de toda la humanidad y afectan a toda la humanidad”.
De hecho, habla de prejuicios cuando se habla del conflicto en Israel. “Dentro de la comunidad judía es algo muy obvio pero entiendo que fuera no lo es tanto. Pero no es lo mismo el Estado de Israel que la comunidad judía. Son mundos distintos. No es lo mismo los ciudadanos israelíes que los políticos de turno”. Y explica: “A veces se hacen cosas sin sentido: sería injusto juzgar a todos los españoles por la entrada de España en la guerra de Iraq. Pues esto es lo mismo”. Es más, añade, “igual que es injusta la identificación entre musulmán y terrorista”. “Yo que soy de Ceuta, he vivido entre musulmanes y tengo amigos musulmanes, y ellos son los primeros que están en contra de esto. Son las víctimas de hoy”.
Un día para la reflexión
El 27 de enero de 1945 las puertas del campo de concentración más emblemático de la Alemania nazi, Auschwitz, se abrían para liberar a sus pocos supervivientes y certificar un capítulo desastroso y oscuro en la historia de la humanidad. Y sin embargo, aún es necesario recordar: “Espero equivocarme pero el español medio creo que no entiende lo que significa el Holocausto, más allá de haber visto La lista de Schindler o saber que murió mucha gente. No se ha hecho una reflexión profunda sobre el fracaso como humanidad que supuso este episodio. La crisis de valores que llevó a arrasar con todo lo que fuera distinto”. En realidad, “no estamos acostumbrados a hacer este tipo de reflexión”, comenta en relación la recuperación de la memoria histórica de la Guerra Civil.
A Gershon le preocupa que se olvide, e incluso que se niegue: “El negacionismo es un horror. Hay pruebas, testimonios, fotografías y aún hay gente que lo pone en cuestión”. Él es joven, procedente del entonces protectorado español, donde el impacto de la Shoa no fue grande, pero sí ha tenido oportunidad de hablar con supervivientes. “Tienen una energía inusitada. Son conscientes de que el tiempo se acaba, de que son la última generación, que tienen que contarlo pese a haberse negado a hablar antes por el dolor, pero se han dado cuenta de que su testimonio es vital”, afirma.
Y aún así, “el Holocausto pasó pero ha habido más después de la II Guerra Mundial: Yugoslavia, Chad, Siria...”. De hecho, el avance de la ultraderecha en países de Europa, le parece a Gershon “un movimiento muy similar al de la Alemania del 33” y motivo de preocupación. Como le preocupa el desplazamiento de millones de refugiados ante el que asegura que no tienen “fórmulas magistrales” para solucionarlo pero “somos mucho más sensibles con el tema de los refugiados que el resto”, “entendemos a quien tiene que coger su maleta y abandonar su país”.
Lo que sin duda sí se puede seguir utilizando el antídoto de la memoria y a la reflexión. Como lo hacen los supervivientes, “no con rencor” si no con la pasión del que desea que no vuelva a suceder.