El plan de la Consejería de Salud para estabilizar 2.382 plazas de sanitarios que ahora ocupan profesionales eventuales no sólo no ha destensado las relaciones con el colectivo -en uñas desde hace meses por la sobrecarga asistencial-, de hecho, parece haberlas recrudecido.
Cuatro de los cinco sindicatos mayoritarios del sector sanitario -Satse, Csif, CCOO y UGT- se han levantado este martes de la mesa de negociación a la que les convocó, de manera extraordinaria, el departamento de Catalina García. “Ha sido una pantomima”, dicen. 24 horas antes, habían leído en la prensa -y escuchado a la consejera- su intención de prorrogar un año más los contratos a 2.382 profesionales, de los cuáles 2.177 fueron fichados durante lo peor de la pandemia para reforzar el sistema, en 2020, encadenando desde entonces contratos temporales.
El plan era sacar a concurso público esas plazas para que formaran parte de la plantilla estructural del Servicio Andaluz de Salud (SAS) -algo que exige del beneplácito y el esfuerzo presupuestario de la Consejería de Hacienda, porque compromete el gasto anualmente a partir de ahora (142,7 millones de euros anuales).
Y el 70% restante -hasta los 6.940 profesionales de refuerzo Covid que siguen en el sistema hasta el 31 de mayo- seguirán con contratos temporales: 3.175 profesionales renovarán por cuatro meses, hasta el 30 de septiembre; y otros 1.588 serán llamados para cubrir bajas o vacaciones del personal fijo (Plan Verano, bajas por maternidad, bajas por incapacidad temporal o Plan de Alta Frecuentación) ofreciéndoles nuevos puestos a partir de las próximas semanas.
A pesar del esfuerzo inversor extraordinario que conlleva este plan -y que ha requerido de una negociación interna entre el departamento de Salud y el de Hacienda-, a los sindicatos sanitarios no les ha gustado ni el contenido ni las formas. Este martes han dado plantón a la Consejería de Salud, mientras su titular comparecía tras el Consejo de Gobierno para explicar los detalles de las contrataciones, aunque el día antes ya se conoció la hoja de ruta íntegra.
Los sindicatos acusan a García de “no negociar con ellos”, sino de informarles después de hablar con la prensa. Pero, lo fundamental es que el colectivo mantiene las movilizaciones convocadas en toda Andalucía para este miércoles, porque no les basta con estabilizar al 30% de las plazas para refuerzos Covid, quieren el 100%, las casi 7.000 plazas y sus empleados.
Nuevo cisma
No hace ni una semana que los sindicatos médicos en bloque -y el Colegio de Médicos de Andalucía- confrontaron con la consejera después de que ésta cifrara el salario medio de los facultativos por encima de lo que cobra el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno. García sumó todos los complementos posibles a la nómina base y dio un número próximo a los 100.000 euros, el colectivo se le echó encima y la obligó a rectificar, rebajando la cifra al entorno de 75.000 euros.
Las malas relaciones en el sector vienen de atrás, pero esta vez se visibilizan cuando la Junta ha variado su posición inicial respecto a los refuerzos Covid: de prorrogar contratos temporales a sacar sus plazas a concurso para hacerlas fijas en el sistema.
Mientras Salud argumenta que esta estabilización de plazas busca hacer bueno el pacto por la atención primaria y que eso demuestra que sí se ha negociado, los sindicatos niegan la mayor. Satse, Csif, CCOO y UGT no están en contra del anuncio en sí porque implica un aumento de la plantilla fija, pero sí están molestos por la actitud de la Consejería.
Lo están porque consideran que este anuncio implica la pérdida a medio plazo de casi 5.000 sanitarios, ya que no serán plantilla permanente del SAS, y porque no se les ha dado la oportunidad de negociar en la mesa en la que han de sentarse las partes. La consejería defiende, además, que la plantilla de sanitarios “aumenta”, aunque lo que aumenta es la plantilla estructural -porque plazas que ahora ocupan temporales pasan a ser fijas-. “Pero, a efectos prácticos, es el mismo número de médicos que atiende ahora, para consultas saturadas y listas de espera desbordadas”, dicen.
Los sindicatos saldrán a manifestarse para que se cumpla con el pacto de atención primaria que pretende reducir la demora asistencial en los centros de salud. Un pacto que pasa también por la ampliación de las plantillas, justo el asunto por el que ha habido un nuevo cisma al entender que se pierde la oportunidad de convertir a 7.000 profesionales en plantilla fija en lugar de algo más de 2.000. Al respecto, la Junta apunta que 1.828 de los 2.177 puestos estructurales irán precisamente a cumplir con el pacto, es decir, a reforzar los centros de salud.
El pacto se selló hace ahora un año, pero los sindicatos consideran que no se está desarrollando. Creen que para rebajar los cupos de pacientes que atienden los médicos y las enfermeras hacen falta más recursos humanos que, con esta estabilización sigue siendo “insuficiente”. Sólo el Sindicato Médico Andaluz (SMA) se muestra alineado en esta ocasión con la Consejería porque todos los médicos -alrededor de 800- que estaban como refuerzos Covid se quedarán en plantilla. “Nosotros no firmamos el pacto de atención primaria porque entendíamos que se estaba siendo más generosos con otras categorías profesionales”, apunta Rafael Ojeda, presidente del SMA.
Salarios y plazas sin cubrir
Los sindicatos discrepantes recuerdan que no es la primera vez que la consejera les trata como “simples espectadores” de los anuncios que se hacen. Sin ir más lejos, la orden que abría la puerta a privatizar la atención primaria en marzo de 2023 -recientemente rectificada- se hizo sin que los sindicatos negociasen nada. Tan sólo CCOO había presentado alegaciones meses antes, pero el asunto nunca estuvo en mesa sectorial, según denunciaron.
Finalmente, la presión sindical, sanitaria, de los partidos políticos y de la sociedad civil, hicieron que la orden se rectificase y que la primaria no pudiese concertarse con la sanidad privada. Pero aquello reabrió una herida que nunca ha llegado a cicatrizar sobre todo por la situación de los ambulatorios andaluces. Médicos en zonas como la Costa del Sol de Málaga soportan cupos de pacientes que rondan los 3.000 ciudadanos o entornos de difícil cobertura como las sierras de Jaén apenas consiguen profesionales que quieran trabajar a ellas.
Otra de las grandes fricciones de la Junta de Andalucía con los sindicatos es la dificultad para retener profesionales en la atención primaria. Este año han quedado vacantes 39 vacantes de médico interno residente (MIR) por primera vez, lo que retrasa las opciones de que los ambulatorios andaluces consigan revertir el envejecimiento de sus médicos, que ya soportan una gran carga asistencial. Una sobrecarga de trabajo que afecta a la demora para acudir al centro de salud, afectando a todo el sistema sanitario, incluyendo a los hospitales.