El debate sobre la inmigración es una constante en los duelos dialécticos entre Vox y el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, en la sesión de control al Gobierno en el Parlamento. El partido de Santiago Abascal suele atacar a Moreno con este asunto, vinculando siempre la migración con la delincuencia con un alegato sobre la inseguridad ciudadana con tintes xenófobos.
El último Pleno del periodo de sesiones ha vuelto a este asunto, sobredimensionado por dos hechos concretos: primero, Vox ha roto sus gobiernos de coalición con el PP en cinco comunidades autónomas después de que los barones populares aceptasen el reparto “solidario” de menores extranjeros no acompañados en sus regiones; y segundo, el PP votó el martes en el Congreso contra el inicio de la tramitación de la reforma de la Ley de Extranjería para hacer obligatorio ese reparto entre comunidades. Una reforma que nace del Gobierno de Canarias, del que forma parte el propio PP.
La ruptura de los gobiernos de PP y Vox también precipitó un endurecimiento del discurso del presidente de los populares, Alberto Núñez Feijóo, en política migratoria, asimilando la tesis de la ultraderecha y vinculando inseguridad con extranjería. “Solidaridad sí, pero seguridad también. Para los que llegan, pero también para los que estamos. Los españoles tienen derecho a salir tranquilamente a la calle, dijo el lunes, durante su intervención ante la Junta Directiva Nacional del PP.
En el debate de este jueves en el Parlamento andaluz, el portavoz de Vox, Manuel Gavira, ha incidido en esa misma idea, que siempre ha formado parte del frontispicio ideológico de la ultraderecha. “Mire esta foto”, le ha dicho a Moreno, mostrándole una imagen de un grupo de inmigrantes: “Todos varones, todos marroquíes. Son más grandes y tienen más barba que usted y que yo”, ha insistido, para terminar hablando de “violaciones” a españolas y el “miedo a los centros de MENAS” [acrónimo de menores extranjeros no acompañados].
La respuesta de Moreno, tres días después del discurso de Feijóo, ha sido tajante. El presidente andaluz ha acusado a Gavira de “utilizar de forma sangrante la migración para ganar votos”. “¿Usted dice que todos los inmigrantes que están entrando son salvajes y delincuentes?”, ha preguntado el presidente, tras subrayar que en los índices oficiales de delincuencia en España, sólo el 7% son extranjeros, “y muchos de ellos son europeos, británicos, italianos”.
Su intervención ha ido in crescendo, hasta espetar al portavoz de Vox: “¿Qué quiere, que cada vez que vea un color distinto de piel, pensemos que es un delincuente? Por votos es capaz de denigrar a personas de nuestro país, esto es un disparate”, ha sentenciado.
Moreno, no obstante, ha coincidido con el grupo ultraderechista en acusar al Gobierno de Pedro Sánchez de no tener una política de Estado en materia de inmigración, de no garantizar las fronteras del país, ni trabajar en origen con la población migrante. “Es un gobierno indolente e incapaz, pero eso es una cosa, y otra que yo participe en la cacería del inmigrante. Yo no voy a participar en eso”, ha afirmado.
En el turno siguiente, Gavira le ha reprochado al presidente que no haya entendido su crítica a la “inmigración ilegal”, distinguiéndola de la legal. El líder del PSOE andaluz, Juan Espadas, le ha reprochado en su turno el discurso “xenófobo, racista y de odio”, y ha afeado a Moreno que “el PP aún no haya roto del todo con Vox en España”. El presidente andaluz le ha recordado que gobierna con mayoría absoluta y que su gobierno es “libre”.