Moreno y Vox se abroncan en el Parlamento andaluz por “frustrar” un Gobierno de derechas en España

Daniel Cela

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La primera sesión de control al Gobierno andaluz en el Parlamento tras las elecciones generales del 23 de julio ha escenificado una bronca sin precedentes entre los dos partidos que esperaban coaligarse para gobernar España -PP y Vox-, pero difícilmente podrán hacerlo. El resultado de su mayoría, insuficiente para investir presidente a Alberto Núñez Feijóo, ha llenado de frustración a ambas formaciones conservadoras, que han dedicado el último Pleno del periodo de sesiones a cruzarse duros reproches.

El más irritado de todos era el presidente de la Junta y líder del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, que se ha enzarzado con el portavoz parlamentario de Vox, Manuel Gavira, cuando éste le ha acusado de “blanquear a la izquierda”, de hacer un “llamamiento irresponsable al voto útil contra Vox” y de permitir, a la postre, que “Pedro Sánchez siga siendo presidente de los españoles”. “Ustedes y los socialistas son responsables de lo que está pasando”, ha apuntillado.

El PP andaluz es la agrupación territorial que mejores números ha obtenido de España -25 diputados y 1,58 millones de votos-, pero su líder no ha ocultado la “tristeza” por el resultado del 23J. “Cada gilipollez de Vox ha sido un punto más para la izquierda en campaña”, mascullan en el entorno del presidente de la Junta.

Moreno ha respondido a Gavira que el PP “no es responsable” de los 600.000 votantes que ha perdido Vox y ha acusado a su formación de ser “el mayor aliado de Sánchez”. “Ustedes han conseguido movilizar a la izquierda con exabruptos, exageraciones y declaraciones hiperbólicas”, ha dicho.

Vox, “tonto útil de Pedro Sánchez”

El portavoz del grupo ultraderechista ha restado importancia a la pérdida de apoyos: en Andalucía han pasado de 12 a nueve diputados, 200.000 votos menos. “Nos da igual que tengamos un puñado de diputados menos. Nosotros ya hemos superado el resultado de las elecciones, pero nuestras convicciones permanecen. Ustedes, en cambio, asumen el marco de la izquierda y luego pasa lo que pasa, que no les llega”, remachó.

La intervención de Gavira ha molestado mucho a la bancada popular, con rostros desencajados y mirando de reojo las sonrisas de los diputados socialistas que tienen enfrente. “Con el debido respeto, ustedes han hecho el papel de tonto útil para Sánchez”, le ha referido el portavoz del PP en la Cámara, Toni Martín, a su homólogo de Vox.

Pero ha sido Moreno quien más tiempo de su intervención ha dedicado a corregir los “errores de bulto” de campaña de sus otrora aliados en la pasada legislatura. El presidente andaluz les ha afeado sus “frases incendiarias en plena campaña”, que Santiago Abascal “fuera a Cataluña a decir que se va a liar la mundial y que van a aplicar un 155 permanente”. “¿Usted qué reacción cree que van a tener los ciudadanos? Pues evidentemente han votado al PSC, sacando una brecha de 14 diputados. Ustedes han reforzado las políticas del PSOE en Cataluña”.

La lista de reproches del presidente del PP andaluz a Vox ha ido in crescendo: “¿Usted cree que, cuando hay un homenaje a Miguel Ángel Blanco y dos concejales de Vox se quedan sentados, eso favorece a que le puedan votar?”; “¿Usted cree que cuando se cuestionan las políticas contra la violencia machista, eso les favorece? ¿No sabe que el 52% de la población son mujeres? Y que hay padres, madres e hijas absolutamente de acuerdo con eso”; “Cuando cuestionan los derechos de los homosexuales y que sufren homofobia, y se les condena, ¿usted cree que no hay madres y padres conservadores y de derechas, pero que sus hijos son homosexuales, y se sienten violentados por esa actitud?”, ha terminado por explotar el presidente andaluz.

“Estrategia trumpista del PP”

Los grupos de izquierdas han seguido el rifirrafe entre Moreno y el portavoz de Vox con una mezcla de regocijo y desconcierto. El discurso del presidente andaluz ha sido una exaltación de la moderación y la centralidad frente al rostro más ultra de los de Abascal, justo cuando en el PP se abre paso una reflexión difícil tras el resultado insuficiente del domingo. Moreno cierra el paso a las voces que señalan a Isabel Díaz Ayuso como el futuro del partido, más escorado a la derecha. “A Ayuso no la vemos pactando con el PSOE”, le afeó Gavira.

El presidente andaluz es, ahora, el gran valedor de Feijóo para que presente su investidura -aunque sea fallida- y para que pilote el PP en la oposición en una legislatura que prevé convulsa y corta, condicionada por un tablero político endiablado para Sánchez. Sin embargo, la oposición de izquierdas le hizo notar que todos esos reproches a Vox, cuatro días después de las generales, contrastaban con una estrategia “trumpista” en la que el PP “no se ha diferenciado mucho de la ultraderecha”.

“Moreno viene a hacer ahora una enmienda a la totalidad a la campaña de Vox, no a Vox. Y lo hace porque no han sumado, porque siguen gobernando con ellos en Valencia, en Extremadura y en más de un centenar de ayuntamientos donde niegan el cambio climático, la violencia de género, retiran banderas LGTBI y censuran actos culturales”, advierte un dirigente de IU.

La portavoz de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, ha recordado al presidente andaluz que la ultraderecha, con los mismos planteamientos que ahora le critica, apoyó su investidura en la pasada legislatura, permitiéndole ser investido presidente “con el peor resultado de la historia del PP andaluz”.

Y ha exigido a Moreno, en consonancia con su discurso de centralidad, que suprima de inmediato el teléfono para víctimas de violencia intrafamiliar -que le impuso Vox en la pasada legislatura y él ha mantenido con su mayoría absoluta- y que retire la ley para ampliar regadíos en el entorno de Doñana, impulsada junto a la extrema derecha en el Parlamento andaluz. “Acabe con el negacionismo climático y con el negacionismo de la violencia machista”, dijo.

Nieto ha mostrado a Moreno su foto dándole un apretón de manos al entonces líder y candidato de Vox en Andalucía, el juez Francisco Serrano. Acto seguido le ha leído frases de su discurso de investidura, hurgando en las “contradicciones” de un partido que gobernó en 2019 siendo el perdedor de las andaluzas, gracias a su alianza con el segundo -Ciudadanos- y con los votos del quinto (Vox), pero ahora “niega esa opción” a Sánchez, al que llama perdedor“.

Nieto ha pedido a Moreno una “reflexión” tras el 23J, con un discurso muy duro en el que ha tratado de enmendar el perfil moderado del presidente andaluz. “Su Gobierno ha estado permanentemente en campaña para recuperar el Gobierno de España, ha usado las instituciones de Andalucía y las ha puesto al servicio de su partido, ha difundido los bulos y ha contribuido a una crispación social irresponsable. Usted ha sido parte de la estrategia trumpista del PP, ha ido con lo de ETA, de Bildu, el Frankenstein y las sospechas en Correos… El 23J tuvo un reproche social, una movilización progresista que no comparte esa manera de hacer política, y usted no quiere ver un punto de inflexión”, ha concluido.

El dirigente popular no se ha dado por aludido. “¿Cómo mide usted los refrendos populares?, señora Nieto”, le ha preguntado en la réplica, tras exponer un balance positivo de los resultados de su partido en Andalucía.

En efecto, los populares en esta comunidad han duplicado sus votos respecto a 2019, tienen diez escaños más y fueron primera fuerza en siete provincias; y en las municipales de hace dos meses ganaron en las ocho capitales y conquistaron seis diputaciones provinciales, atesorando el mayor poder institucional que ha tenido nunca un partido en Andalucía.

El resultado del 23J no ha reconducido la estrategia política de Moreno. Mientras Feijóo abandonaba el discurso sobre el “sanchismo” un día después de los comicios, y devolvía al PSOE la consideración de “partido de Estado”, el barón de barones del PP arremetía contra el presidente del Gobierno con las mismas cláusulas que han repetido en campaña: sus alianzas con Bildu y los independentistas.

Moreno sabe que esas alianzas hacen especialmente daño al electorado socialista en Andalucía, y que fueron síntoma de la desmovilización de izquierdas en las andaluzas del año pasado y en las municipales. “¿A qué viene este ambiente de euforia forzada y muy teatrera, con muy poca credibilidad?. El 23J el partido que más escaños ha perdido ha sido el PSOE y el que más escaños ha ganado ha sido el PP”, ha insistido el presidente de la Junta.

“¿Entonces por qué están tristes?”, le preguntó el líder socialista de la oposición, Juan Espadas, con el micrófono apagado y fuera de turno. Espadas fue el único dirigente que evitó hablar de las generales en su interlocución al presidente andaluz, algo que desconcertó tanto en el PP como en parte del PSOE. “Ya que me interpela, se lo voy a decir: estoy triste porque sé quien ha ganado las elecciones y quién se va a presentar la investidura, pero también sé la mayoría alternativa que hay y sé que no es bueno para España, para Andalucía y ni siquiera para el PSOE”, advirtió Moreno.

El presidente de la Junta ha pronosticado que la reedición del Gobierno de Sánchez, apoyado en sus socios de la pasada legislatura -algo que da por hecho en público y en privado- va a “condenar al PSOE andaluz a muchos años de oposición”. “Con nuestra sociedad, es imposible que acepte esos acuerdos, eso tendrá un coste que pagará el PSOE de Andalucía. Muchos dirigentes y alcaldes te dicen, como hagamos este acuerdo nos quedan años de oposición en Andalucía”, ha advertido, provocando la indignación ruidosa de la bancada socialista.

El PSOE andaluz se descuelga

El secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, ha sido el único que ha optado por descolgarse del debate postelectoral que ha tenido lugar en el Parlamento cuatro días después del 23J. Espadas ha llevado a la sesión de control una pregunta sobre los contratos de emergencia de la Junta con la sanidad privada, sin hacer distinción este Pleno de cualquier otro.

Su intervención ha quedado fuera de juego, porque desde el presidente hasta el resto de grupos llevaban preparados discursos sobre el resultado de los comicios del domingo. El debate lo ha cerrado Moreno en la réplica a su propio partido, y ambos han aprovechado para cargar contra el PSOE andaluz, que ya no ha podido defenderse.

El último debate parlamentario entre Moreno y sus adversarios políticos ha desdibujado la dinámica de la legislatura andaluza, que sólo tiene un año de vida. El presidente ha estado a la defensiva y la oposición a la zaga. Habrá que ver, en función de cómo se gestione el resultado del 23J, si lo de este jueves es un espejismo o un punto de inflexión.