La factura de los geriátricos: rozan 2.000 fallecidos por covid mientras la inmunización total se resiste por los brotes

Consuelo Durán

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El blindaje de los geriátricos contra el coronavirus no ha funcionado todo lo bien que auguraban las autoridades, como han demostrado los distintos envites de la pandemia y, como ejemplo más trágico, la residencia de Nuestra Señora del Rosario, en Los Barrios (Cádiz), que con 48 fallecidos en esta tercera ola, uno de cada tres de sus internos, se ha convertido en el punto más negro en Andalucía y en uno de los centros más letales del país. Solo en lo que va de semana han muerto por covid 28 residentes en geriátricos en al comunidad autónoma, de acuerdo con los datos que a diario actualiza la Consejería de Salud y Familias, hasta rozar los dos millares desde que empezó esta crisis sanitaria: 1.955.

Los contagiados en toda la pandemia se acercan a la barrera de los 10.000 (9.788), lo que supone que prácticamente la cuarta parte de los internos en estos centros ha dado positivo. Se les suman los 95 fallecidos en “otras instituciones”, donde cuenta las destinadas a personas con discapacidad y albergues para gente sin hogar, y 1.567 contagios en el periodo.

La Junta de Andalucía lleva semanas intentando anunciar que todas las residencias están inmunizadas contra el coronavirus, o que por primera vez transcurre una jornada sin ningún nuevo contagio en las mismas, pero la segunda dosis se le está complicando en muchas de ellas debido a los brotes. Se han reducido las últimas semanas, pero continúan siendo importantes, con un millar todavía de positivos en internos que impiden completar el proceso. De este modo, la primera fase de vacunación se ha completado en el 99,9% de los casos, según confirmaba este martes el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, pero la segunda y definitiva se sitúa en torno a un 90%, lo que hace que, pese a haberse desacelerado, la cifra de muertos en residencias siga subiendo día a día.

Después de tres olas, los datos confirman el drama en las residencias, que sumaron más de 500 fallecidos en la primera ola, el doble en la segunda y vuelven a rozar el medio millar en la tercera, pese a que estrenaron la esperanza del año de la vacuna que para tantos ha llegado demasiado tarde. Suponen así uno de cada cuatro fallecidos por coronavirus en la comunidad autónoma y que uno de cada cinco contagiados en un geriátrico ha acabado muriendo porque la letalidad en este colectivo supera el 20%. Está, no obstante, lejos de las autonomías que han vivido una auténtica catástrofe en estos centros, como Cataluña, con más de 8.500 muertos en los mismos; seguida de Madrid, con más de 5.000; Castilla-La Mancha, más de 3.000; y Castilla y León, más de 4.000.

El pasado 27 de diciembre de 2020 se ponían las primeras vacunas. La campaña de inmunización empezaba así por el eslabón más débil de la pandemia y se abría una puerta a la confianza que se ha visto empañada por las muertes que se siguen produciendo. Solo en lo que va de año han muerto en residencias de Andalucía cerca de 400 internos. Basta con mirar la cifra publicada por la propia Consejería de Salud y Familias el pasado 12 de enero, con datos hasta el 31 de diciembre: 1.540 fallecidos que vivían en residencias. En las siete semanas que llevamos de año se han elevado a los referidos 1.955.

En el lado opuesto, la buena noticia y es que desde el pasado fin de semana se ha empezado a permitir las salidas y las visitas en las residencias una semana después de completar la segunda dosis en aquellos municipios que no se encuentran en el nivel de alerta 4 grado 2 (con una tasa de contagios de más de 1.000 casos por 100.000 habitantes). “Es evidente que los efectos de las vacunas comienzan a notarse en las residencias, de lo cual nos congratulamos”, dice Martín Durán, presidente de la Federación de Organizaciones de Mayores de Andalucía (FOAM), quien agradece también la reapertura. “Esta es una medida totalmente necesaria que aplaudimos desde FOAM porque incidirá de una forma importante en la salud de los residentes. Han sido meses de aislamiento, sin contacto con sus familiares, viendo morir a compañeros, con un miedo a algo que ni siquiera comprenden bien. Ha sido muy duro”, lamenta.

Este proceso de vacunación comprende no solo a los mayores, sino también a sus cuidadores, entre los cuales ronda el medio millar los que están de cuarentena por positivo la última semana. Mientras, la negativa a la vacuna está por debajo del 1,5% si bien ha habido casos llamativos como todos los trabajadores de una residencia de Granada que se negaron a recibir la primera dosis y el caso fue elevado a la fiscalía.

Más letalidad en las residencias medicalizadas

Según los últimos datos de la Consejería de Salud y Familias, de los 1.107 centros en los que hace “un seguimiento proactivo” hay casos confirmados en residentes en 105 de ellos. “Es decir, el 90,5 % de centros se encuentra libre de Covid”. Pero desde FOAM, por el contrario, no evitan subrayar que la gestión ha dejado mucho que desear y “prueba de ello es que los contagios y las muertes han sido más elevados en las residencias supuestamente medicalizadas”, que han sumado el 40% del total de positivos y casi la mitad de todas las muertes registradas en este colectivo.

Marín Durán recuerda que “en actualidad se encuentran medicalizadas 33 residencias, una menos que hace una semana y los centros de evacuación ascienden a 10 manteniéndose igual que hace siete días”. Sin embargo, para esta organización, es precisamente la evacuación la mejor alternativa “para evitar que los contagios se extiendan”, algo en lo que han venido insistiendo sin éxito desde el inicio de la pandemia.

Las 20 residencias más letales: suman medio millar de defunciones

La pandemia ha tenido especial impacto en una veintena de geriátricos en los que la cifra de fallecidos que ha dejado la covid los ha convertido puntos críticos durante varias semanas. Suman medio millar de las defunciones que ha dejado la enfermedad entre el colectivo más vulnerable en Andalucía. Se da la circunstancia de que buena parte está manos de las cinco grandes en la gestión de asilos en nuestro país -Ballesol, Domus Vi, Vitalia, Orpea y Sanitas- que tampoco han conseguido garantizar 100 por 100 la protección de sus usuarios.

No es el caso, eso sí, del escenario más dramático por volumen de víctimas mortales: la residencia Nuestra Señora del Rosario, en Los Barrios, que en el momento de cerrarse este artículo ha sumado 48 muertos por covid en una tercera ola que se ha cebado con este centro en el que todavía no se puede dar por cerrado el brote, dado que el según el último informe de la Consejería de Salud y Familias hay una decena de internos que han dado positivo.

En otras 11 se han superado las dos decenas de muertos en la comunidad autónoma. Entre las más letales en los peores momentos de la pandemia, otra en la provincia de Cádiz, Novo Santi Petri en Chiclana de la Frontera, con 22 fallecidos en esta tercera ola y todavía con decenas de contagiados, en concreto, 50 solo en internos y otra veintena en su personal. Son actualmente los dos principales puntos de preocupación de las autoridades sanitarias.

Mientras, en la segunda ola fue especialmente dramática la situación vivida en Caridad y Consolación, en Jaén, con 33 víctimas mortales, una tragedia muy similar a la que tocó en Entre Álamos, en Atarfe, con 31; Cerrado Calderón, de Ballesol y en Málaga, con 28; y Domus Vi Inmaculada Concepción, en Puente Genil, con 27. La Junta de Andalucía cifra en 21 los internos muertos por la pandemia en el mismo periodo en Vitalia Bahía, en San Fernando, y da igual cifra para el caso de Los Marqueses, de Sanitas y sitauda en Linares.

Meses antes en la primera ola, se destapaba el horror en la residencia Joaquín Rosillo, en San Juan de Aznalfarache, que cuando trascendió a los medios de comunicación y Andalucía parecía todavía libre de los escándalos que asolaban a la comunidad de Madrid, encerraba 24 fallecimientos. Finalmente, se elevaron a 33 con el paso de los días. Obligó, de hecho, a la Junta de Andalucía a cambiar su planteamiento y optar por lo que llamó medicalización de estos centros, con el fin de evitar que les estallaran nuevos casos. No evitó nuevos focos con datos terribles: Vitalia Suite La Marquesa, en Jerez de la Frontera, con 27 decesos; Fundomar Bermejales, en Sevilla, con 29; y Domus Vi Santa Justa, también en la capital hispalense, con 22.

Muy cerca de los 20 muertos, Nuestra Señora de la Misericordia, en Loja, y Centro de Mayores de Linares, con 19 en cada caso; y los geriátricos El Zapillo, en Almería; Jesús Nazareno, en Córdoba; y Domus Vi Sierra de las Nieves, en Guaro, con 18 cada una. Puerto Luz Resort, en El Puerto de Santa María; El Yate, en Alcolea; Orpea Sierra de Córdoba; Tercera Edad Archidona; y El Pilar, en Carmona, con 17 en cada caso, completan un luctuoso ranking que las autoridades esperan haber cerrado para siempre.