El examen práctico de la especialidad de Dibujo en las oposiciones a Secundaria en Andalucía fue llamativo desde que los aspirantes, 1.295 para 119 plazas, sacaron el cuadernillo del sobre. Los papeles, que venían arrugados por un fallo de imprenta, contenían los ejercicios e incluían una fe de erratas. Sin embargo, la fe de erratas también tenía fallos, de modo que hubo que corregir las correcciones.
Pronto quedó claro que los fallos no iban a ser excepcionales. Conforme leían la prueba, aparecían más errores de planteamiento, y el examen acabó convirtiéndose en una experiencia caótica, resuelta de forma diferente en cada uno de los tribunales, según denuncian algunos aspirantes y la asociación 09 de Profesorado de Dibujo Artes Plásticas y Educación Plástica y Visual, que estudian vías legales para impugnar la prueba. “Hay muchos errores y son objetivos”, señala un opositor.
Muchos se están organizando en grupos de Whatsapp, que estos días está sirviendo de desahogo y denuncia. Los opositores consultados creen que los errores impidieron el desarrollo normal de la prueba, alterando las condiciones de igualdad. “No puedes hacer un examen de dibujo técnico cambiando piezas y suprimiendo líneas mientras vas haciendo la prueba”, protesta otro candidato, que también pide el anonimato porque aún se está celebrando la oposición: “Hay gente que sufrió un ataque de ansiedad o que perdió una hora debatiendo con el tribunal”.
Ester Martínez, preparadora de oposiciones de la prueba de dibujo técnico en Mediatrizeo, ha revisado el examen a partir de una reconstrucción hecha entre varios de sus alumnos: “Es lamentable. Un despropósito. Un examen tiene que ser riguroso, no estar mal redactado ni tener diferentes resultados. Esto no se puede permitir”.
Ella ha preparado a opositores de diferentes comunidades autónomas, y asegura que lo ocurrido en Andalucía no había ocurrido nunca, en ningún lugar. “Nada más terminar el examen, varios alumnos me enviaron audios llorando, desesperados. Hay gente que renuncia a ser madre para prepararse esto, y no se puede tolerar”.
Por su parte, la consejería de Educación de la Junta de Andalucía admite que se produjeron anomalías, pero resalta que todos los ejercicios eran “resolubles” y que no se trataba de errores “sino de erratas”. Ya ha recibido reclamaciones y CCOO en Granada ha pedido la anulación.
Se da la circunstancia de que el examen de Dibujo tuvo que repetirse en las últimas oposiciones, celebradas en 2018, por los fallos que contenía. Sin embargo, en esta ocasión la consejería concluye que se produjeron fallos “sin entidad suficiente para la invalidación”.
Un “galimatías”
Los opositores y la especialista describen algo más que erratas. Para la parte de dibujo técnico, debían realizar un ejercicio de cada uno de los tres sistemas propuestos (diédrico, axonométrico y cónico); para la parte de dibujo artístico, tenían que diseñar una portada de un libro, disco, cartel o logotipo, así como un storyboard a partir de un texto cinematográfico o literario.
Ninguno de los ejercicios técnicos se libra de los fallos y la redacción confusa. “El mismo formato del cuadernillo era indescifrable”, denuncian algunos aspirantes en un documento, en el que han recopilado los presuntos errores. Por ejemplo, había un error en el primer ejercicio de diédrico, un “galimatías” en el que las coordenadas no serían las correctas, de modo que en lugar de describirse un tetraedro (como se indicaba en el enunciado) se trataba de una pirámide. Algunos tribunales tardaron una hora en comunicar el error, y para solucionarlo propusieron obviar el ejercicio.
En el primer ejercicio de axonométrico sobraban líneas en la planta y alzado, de modo que durante la prueba se corrigieron las vistas, pero acabó resultando en un ejercicio con múltiples soluciones. Algún tribunal anuló este ejercicio. Y en el storyboard, el enunciado pedía que se incluyera música y sonido, pero poco antes de finalizar la prueba el tribunal admitió que no se realizaran porque no era parte del temario.
“Era una concatenación de disparates y desorden, el paradigma de cómo plantear mal un examen, del tipo que sea”, señala el primero de los consultados. La multitud de fallos detectados provocó que en algunos tribunales se concedieran 30 minutos de tiempo extra, pero esta decisión no fue homogénea, según los denunciantes. Además, las correcciones sobre la marcha fueron generando agravios: mientras que a quienes habían elegido el ejercicio mal planteado se les eliminaba el apartado incorrecto, a los demás no. La consejería mantiene que la solución a los problemas fue homogénea: “Todos los tribunales estuvieron en la misma situación”.
A diferencia de lo que ocurre en otras oposiciones, los tribunales no permitieron sacar el cuadernillo del examen. “Dentro de las medidas Covid, se contemplaba que toda la documentación empleada en el examen tenía que incluirse en el sobre, para evitar que pasen de una persona a otra y evitar contagios”, explica la administración.
El día de la prueba, comunicado con 48 horas de antelación
La redacción de las pruebas no es lo único que ha generado quejas. El examen práctico tuvo una duración de cuatro horas y media, pero esto no se comunicó hasta el sábado. Hasta ese día, los opositores esperaban un práctico de dos horas y media, como en 2018. La orden que regula la convocatoria dispone que la primera prueba (incluyendo parte teórica y práctica) tiene una duración máxima de “cuatro horas y media sin interrupción”. Sin embargo, acabaron realizando en dos días un examen de seis horas y media (o siete, contando la media hora extra), y no supieron hasta el sábado por la mañana que la parte práctica del examen tendría lugar el lunes. Muchos de ellos se habían desplazado desde fuera de Andalucía.
Por no saber, no sabían ni cómo se puntúa cada ejercicio, porque los criterios de evaluación no están publicados. Solo algunos tribunales informaron durante el examen de que la parte técnica y la artística se evaluarían cada una al 50%, según varios aspirantes. Lo administración asegura que todos los tribunales informaron al comenzar.
“No he sentido que me haya enfrentado a unos ejercicios razonables”
La situación ha generado frustración en muchos de estos aspirantes, que entienden que no se ha respetado su esfuerzo y sus aspiraciones. “Al margen de erratas, errores, fe de erratas y corrección de errores”, señala un aspirante, “es injusto que la inseguridad con la que entras a hacer una prueba provenga de ”a ver qué me encuentro“ y no de tus conocimientos”.
Apunta directamente al presidente de la comisión de selección, encargado de redactar el examen: “Es injusto y es inhumano que después de años de esfuerzo personal y a costa del sacrifico propio y de los que te rodean, te enfrentes al capricho arbitrario de la persona que ha decidido, desde la seguridad de su posición, hacer un examen que más que comprobar el conocimiento del opositor parece querer demostrar el ”ingenio“ del que crea la prueba”, señala. Sin embargo, la Junta de Andalucía señala que, por primera vez, este año se ha contado también con un “asesor especialista”. ElDiario.es/Andalucía ha intentado ponerse en contacto con el autor del examen por correo electrónico y por teléfono, sin obtener respuesta.
“No nos quejamos del nivel de la prueba”, advierte el opositor, sino de la “arbitrariedad” con la que se plantea. “No he sentido que me haya enfrentado a unos ejercicios razonables, sino a sortear errores sobre la marcha, a luchar contra el estrés durante cinco horas y a ejercicios planteados con mala leche”, concluye.