El Partido Andalucista se prejubila justo el año que cumple el medio siglo. Tras tantos años de historia, todos en el PA parecen coincidir en el diagnóstico: así no se puede seguir. Algo más de 60.000 votantes respaldaron la opción nacionalista en las últimas elecciones autonómicas, 36.000 menos que en la convocatoria de 2012. Casi la mitad que obtuvo la Coalición Andalucista en 2008. Es verdad que los comicios municipales han sumado 150.000 votos y 319 municipios, sin embargo, están muy lejos de los 230.000 de 2011 ó 2007. Estas cifras y otras muchas razones que desgranan(como la falta de altavoz mediático y “lastres injustos”) han provocado que muchos sectores del partido, si no todos, crean que ha llegado la hora de tomar decisiones importantes. Aunque después, dentro de la militancia, haya distintas sensibilidades y maneras de encarar un futuro más o menos inmediato parecen pocos los que se apegan a las siglas. En cualquier caso, la dirección presentará una ponencia para su disolución en el próximo Congreso Extraordinario que tendrá lugar el 12 de septiembre en Málaga. Y, a juzgar por las declaraciones y el ambiente que se respira en el partido, parece que llegará con mucho respaldo. Incluido el consenso de los líderes “históricos”.
De hecho, en julio, fueron los “históricos”, ex presidentes y secretarios generales del partido (Alejandro Rojas-Marcos, Luis Uruñuela, Miguel Ángel Arredonda, Diego de los Santos o Antonio Ortega), los que dieron un paso al frente firmando un documento a modo de manifiesto donde pedían la disolución del PA. “Ante esta situación no cabe más que una respuesta de dignidad, coherente con nuestra razón de ser: declarar el final de la andadura del Partido Andalucista”. A partir de ese momento, no han cesado las conversaciones entre dirigentes actuales y exdirigentes, militantes y alcaldes. Se ha hablado de fugas a otros partidos, de refundaciones, de la desaparición del andalucismo y de su renacimiento.
Semanas después, arranca el curso con un mantra que todos los miembros del partido y simpatizantes consultados repiten: el PA ya no sirve como instrumento político. En este sentido ha hablado el secretario provincial de Málaga, Óscar Pérez, que ha manifestado que su formación como herramienta política “no tiene ya sentido”. O el alcalde del Los Barrios que afirmaba que “al PA como tal está claro que el ciudadano andaluz no lo quiere”. Pilar Távora, candidata al Parlamento Europeo, asegura que “los históricos están apoyando la disolución, pero si sólo la apoyaran los históricos tampoco se produciría. No quieren venderse a manos de cualquiera”.
El mismo secretario general del partido Antonio Jesús Ruiz asegura que “ha llegado la hora de sacrificar nuestro propio partido. Hace falta un golpe de efecto”. Algunos lo llaman “entierro digno”. Otros, como Távora, “acto de generosidad”.
En esa ponencia, aún en elaboración, se explicará que las siglas se van a mantener vivas para respaldar a los más de 300 alcaldes que han sido recientemente reelegidos y a los concejales que trabajan en sus pueblos. Así que será una prejubilación con una prórroga hasta 2019. “Lo que es seguro es que el PA no se va a presentar más como partido a unas elecciones”, explica Ruiz. También en este aspecto se ponen de acuerdo con el manifiesto de julio donde se solicitaba que hubiese respaldo municipal: “Desde una perspectiva jurídica, el acuerdo de disolución del Partido Andalucista debe incluir una cláusula transitoria que ampare a los Grupos Municipales Andalucistas surgidos de las últimas elecciones, para que puedan ejercer sus funciones, respetando su compromiso con el apoyo popular recibido”.
El futuro: “Hace falta una fuerza nacionalista andaluza progresista”
Así que este cierre prorrogado del PA será el obejtivo del Congreso al que están convocados los cerca de 4.000 militantes del PA. “Puede que algunas agrupaciones concretas presente objeciones, es normal”, explica el vicesecretario de comunicación, José D. Sánchez. No obstante, el consenso, a estas alturas, parece ser la tónica.
Y a partir de ese momento, “el congreso termina ahí. El debate que se abra sobre el andalucismo político empezará cuando el congreso cierre sus puertas”, afirma rotundo Sánchez. Será un libro nuevo, no un capítulo del mismo cuento.
Ruiz pinta de algún modo el futuro que esperan: “Es preciso que haya una fuerza política específica, andaluza. Se están debatiendo aspectos tan importantes como el modelo territorial o la financiación autonómica. Por eso es necesario que pensemos en una fuerza nacionalista andaluza de izquierdas”, asegura, alejándose como ya ha hecho a lo largo de la semana de cualquier sombra de duda sobre la posibilidad de un “trasvase” a Ciudadanos. “No existe nacionalismo andaluz que no sea de izquierdas. No puede haber alternativas similares al PNV o CIU. No hay burguesía, no hay industria”, razona Ruiz. “Jamás podríamos ponernos de acuerdo con Ciudadanos, funcionan como una franquicia. Ni con Podemos, que son absolutamente centralistas”, reafirma José Sánchez. Eso sí, como explica Ruiz, “en lo nuevo participarán cargos nuevos, y andalucistas de base, pero eso será lo único que tendrá que ver con el PA actual”.
Porque, como reclama Távora, “no puede ser el mismo perro con distinto collar”. Dentro del partido los hay que abogan por una solución amplia que incluya al PA pero que sume un abanico mayor, como hizo en su día el Partido Comunista con IU. Aunque no irá en esa línea la ponencia presentada por la dirección. Lo que es seguro es que una nueva hoa de ruta se trazará después del 12 de septiembre. Y los más optimistas, entre ellos, Antonio Jesús Ruiz, no descartan siquiera que “haya una fuerza andaluza para las elecciones generales, ¿por qué no?”