A comer, al mercado
José Manuel Moyano corta la carne con precisión mientras charla con un cliente de manera animada. Al acabar, se pone manos a la obra con los pedidos que ha recibido por teléfono. Aunque se acuerda de todo, los tiene colgados en una pequeña pizarra imantada, por si acaso. Lleva “toda la vida” en esta pequeña carnicería que antes regentaba su madre. Mientras lo cuenta, llega nueva clientela, esta vez extranjera. Los atiende, con un fondo de música electrónica en el ambiente: se acerca el mediodía y los puestos gastronómicos del Mercado de la Merced arrancan el díaMercado de la Merced. Frente al puesto de José Manuel hay un restaurante de sushi, una vinoteca, una quesería y una veintena de puestos gastronómicos más donde ofrecen platos variados. “El ambiente es diferente, claro, pero la verdad es que el cambio nos ha venido estupendamente. Y la convivencia es buena”, asegura.
Su carnicería es uno de los 17 puestos del mercado tradicional de la malagueña Plaza de la Merced, donde ahora conviven junto a 27 puestos de comida preparada. Es la apuesta de la Capital de la Costa del Sol para sumarse al boom de los mercados gastronómicos. Abrió en septiembre del pasado año y desde entonces parece ir asentándose como una interesante opción para que vecinos y turistas llenen su estómago. Una tendencia que se abre hueco en la provincia: Fuengirola acaba de inaugurar hace unas semanas La Galería, un mercado exclusivamente de comida preparada y Marbella estrenó La Ambrosía en julio de 2015. Es decir, que en apenas un año Málaga cuenta ya con tres mercados gastronómicos.
En la capital la oferta es completa: cocina latina, japonesa, carnes, croquetas, brochetas, mariscos, hamburguesas, pescaíto frito, espetos, vinos, cerveza, arroces o ensaladilla rusa, entre otros. Incluso existe un espacio puesto en marcha por la clásica Antigua Casa de Guardia, una de las tabernas malagueñas con más solera. “Para nosotros ha sido una alegría todo esto. El mercado antiguo estaba en decadencia, era deprimente. Y ahora mira cómo ha cambiado”, explica Antonio Rojas, de la Frutería Cuevas, otro de los puestos que convive frente a frente con los puestos gastronómicos del Mercado Merced y un buen lugar para encontrar productos malagueños de la huerta del Valle del Guadalhorce.
Hace apenas un año, el viejo mercado tenía 80 puestos, pero sólo había una quincena abiertos. “Entonces vivía casi de espaldas a la propia Plaza de la Merced”, recuerda José Luis Blanco-Astigarraga, arquitecto y promotor del Mercado Merced, que tuvo desde el principio la obsesión de dar vida a los puestos tradicionales, conseguir su simbiosis con los puestos gastronómicos y también abrir la infraestructura a una calle casi olvidada, Gómez Pallete, que une la Plaza de la Merced con el Teatro Cervantes. “Se trataba de hacer un mercado, pero también de intervenir en el entorno, de dar vida y eso se está consiguiendo”, subraya Blanco-Astigarraga.
Internamente, el Mercado Merced lo gestiona el Grupo Lezama, que también hace lo propio con el madrileño Mercado de San Miguel, uno de los pioneros y un ejemplo a seguir por otras muchas instalaciones similares. “Pero, a diferencia de ellos, aquí puedes hacer la compra, tienes puestos gastronómicos con propuestas basadas en los productos frescos del mercado y, también, ver exposiciones de pintura o participar en diferentes actividades culturales”, señala el arquitecto, que destaca la próxima instalación de una ludotecas para niños. El promotor subraya que el proyecto “progresa adecuadamente” en sus primeros meses de funcionamiento: “Es un elemento rompedor para Málaga y la actualiza para estar a la altura de otras ciudades con mercados gastronómicos”, comenta José Luis Blanco-Astigarraga.
En el mercado La Galería, en Fuengirola, son trece los puestos existentes: una cafetería, tres puestos de bebidas y nueve centrados en comida preparada, de los productos tradicionales de Terra Mía a la cocina asiática del Myo Sushi. “La idea es muy parecida al de otros espacios similares”, explica Carmen Martín, una de las promotoras y arquitectas. “Somos cuatro amigos que habíamos visto este tipos de mercado en ciudades de toda Europa, conocíamos el solar existente en el centro de Fuengirola y decidimos poner en marcha el proyecto”, subraya Martín, que cree que este tipo de oferta gastronómica “está promoviendo un nuevo sistema, una nueva forma de ver la gastronomía”. “Tienes la libertad de entrar en un espacio donde si quieres consumes y si no quieres, no. Es diferente a un restaurante donde, si te sientas, ya te ves en la obligación de consumir”, explica.
Martín destaca igualmente que, aunque hay comida para llevar, los espacios comunes “invitan a sentarse y disfrutar de las propuestas de los diferentes espacios”. Según cuenta, la selección de los puestos se realizó promoviendo una amplia diversidad, apostando por propuestas de Fuengirola pero también con otras consolidadas, como La Salmoreteca, proyecto del chef Juanjo Ruiz que también está presente en el Mercado Victoria de Córdoba y La Lonja del Barranco de Sevilla. “Esa variedad hace que La Galería sea un mercado dirigido a un público muy amplio: familias enteras, viajeros que vengan un día de turismo, gente que pasa a desayunar, puedes venir en pareja a cenar y tomar unas copas…”, comenta la arquitecta, que puso en marcha el proyecto junto a Álvaro Castiñeira, Juan De Dios García y Pedro Martín, todos del estudio Martín Arquitectos.
Eso sí, Marbella fue la ciudad malagueña pionera en abrir su mercado gastronómico gracias a un proyecto puesto en marcha por los empresarios Antonio Ortiz y Gabor Somla. Se denomina Ambrosía como guiño a la palabra que designaba la comida y la bebida exclusiva de los dioses en la mitología griega. Está ubicado en el área de Puerto Banús, una de las más distinguidas de la localidad. Tiene 14 puestos y ofrece croquetas, sushi, vinos, cervezas, embutidos, carnes, pinchos o cócteles, entre otras propuestas, siempre centradas en el término gourmet. Sus promotores aseguran que se trata de un mercado de vanguardia donde, además del aspecto gastronómico prima la celebración de eventos: conciertos, exposiciones o cocina en directo son algunos de los protagonistas en su apretada agenda.
Mercado Merced, La Galería y Ambrosía, tres proyectos con los que la provincia de Málaga se sube de lleno al tren de los mercados gastronómicos sin que un proyecto estorbe al otro. “Que haya más mercados es positivo. Es una tendencia que gusta a la gente y permite que más personas conozcan su sistema. No somos competencia”, asegura Carmen Martín. “No, competencia no. Son ciudades diferentes, propuestas diferentes”, concluye José Luis Blanco-Astigarraga, quien cree que con el tiempo estos mercados se irán asentando y tendrán su hueco permanente en la gastronomía malagueña.