Vías verdes: los pespuntes de la Andalucía rural
Un día fueron prósperos trazados ferroviarios. El tiempo provocó su abandono y, desde principios de los noventa, fueron de nuevo recuperados pero no para el transporte de maquinaria y carga, sino para el disfrute de la ciudadanía. Son las vías verdes, repartidas a lo largo y ancho del país como pespuntes del territorio menos transitado, senderos alejados de los núcleos urbanos, como vías de escape hacia la naturaleza y el patrimonio, hacia la luz y el silencio.
Andalucía ha rehabilitado más de 25 de estos espacios en todas y cada una de sus provincias con más de 600 kilómetros de trazado abiertos al deporte y al turismo activo, y que además han ofrecido una nueva oportunidad, en forma de visitantes y desarrollo económico, a localidades rurales en declive. Son ejemplos la Vía Verde de Los Molinos del Agua, en Huelva, que recorre desde las orillas del Tinto a las quebradas de la Serranía onubense a través del serpenteo de un antiguo tren minero; la Vía Verde del Aceite, 55 kilómetros de itinerario en Jaén salpicados por nueve viaductos metálicos sobre “bosques” de olivo; o la Vía Verde de la Maquinilla, entre Belmez, Peñarroya y La Maquinilla, que descubre uno de los paisajes industriales más importantes de la región. El listado supera los 25 itinerarios.
La mayoría de las vías verdes andaluzas ofrecen condiciones de máxima accesibilidad y muy pocos límites en cuanto a limitaciones de edad o capacidad física. Son seguras y sencillas, y permite descubrir lugares ajenos a los circuitos turísticos tradicionales. Muchas cuentan con antiguas estaciones rehabilitadas que ofrecen servicios de información, alojamiento o restauración. En nuestro mapa interactivo, te ofrecemos toda la información para que planifiques tu ruta.