La confección de listas para el Congreso en Andalucía ha hecho estallar el frágil consenso que susanistas y sanchistas mantenían en los últimos meses ofreciendo un nuevo capítulo de fractura en las filas de los socialistas justo antes del arranque de la precampaña. Una ruptura que, curiosamente, no quiere ninguno de los actores del conflicto interno.
Los comités provinciales del PSOE andaluz han decidido este sábado por la mañana (menos Cádiz que lo hizo el jueves) la configuración de las listas para las elecciones generales del 28 de abril, incluyendo, los nombres de los ministros que proponía Ferraz. Pero no se ha producido acuerdo global entre sanchistas y susanistas, a pesar de los esfuerzos de Juan Cornejo y José Luis Ábalos, principales negociadores. Así, en provincias como Jaén, Granada, Huelva o Málaga ha habido unanimidad y lo previsible es que el Comité Federal ratifique sus listas esta semana. Sin embargo, en Córdoba, Almería, Cádiz y especialmente Sevilla, donde está el mayor escollo, no se ha producido tal acuerdo y los reproches mutuos auguran modificaciones sobre lo presentado y un capítulo más de falta de cohesión entre los socialistas.
“Quieren tomar el control”
Mientras los susanistas, amplia mayoría entre la militancia y los cuadros en Andalucía, aseguran que han sido “generosos” y han “incluido a los ministros” como cabeza de lista pese a que no han sacado los votos de la militancia, acusan a los sanchistas de querer “humillarles” modificando la “decisión de la militancia”. Desde el PSOE andaluz denuncian que Ferraz está usando la confección de las listas para “tomar el control de la federación andaluza metiendo a sus afines en el Congreso y el Senado y marginando a los nombres propuestos por la militancia y por la ejecutiva del PSOE andaluz”. Mientras que fuentes de Ferraz explican que lo que quieren es “un equipo leal en Madrid como Susana Díaz tiene en el Parlamento andaluz”.
El ejemplo más palpable de esta tensión interna se ha vivido en Sevilla, la provincia en la que más discrepancias y más tensión se han producido. La nueva propuesta de la ejecutiva andaluza ha querido, explican, “respetar el sentir de la militancia y al mismo tiempo los deseos de Ferraz ” y ha incluido a la ministra de Hacienda María Jesús Montero como número uno al Congreso, y al actual delegado del Gobierno en Andalucía, y Alfonso Rodríguez Gómez de Celis como número cuatro “a pesar de que no ha sido votado por la militancia”, insisten.
Para el Senado, los andaluces proponían incluir a Antonio Pradas, hasta ahora en el Congreso y figura polémica para el sanchismo por su papel en el comité federal en el que fue depuesto como secretario general del partido, y al sanchista Francisco Salazar. Sin embargo, fuentes del PSOE andaluz afirman que la propuesta no ha sido bien recibida porque Ferraz quiere a Salazar en el Congreso, mientras los susanistas critican que “no ha sido votado ni siquiera en su municipio”. Además acusan a Ferraz de querer meter un 70% de sanchistas en la provincia y un 30 por ciento de nombres susanistas. Mientras Ferraz avisa: “habrá cambios”.
En Cádiz, la lista que llevara el comité provincial será encabezada por Fernando Grande-Marlaska, actual ministro del Interior, a pesar de las reticencias iniciales y de obtener “menos de 500 votos” de la militancia. Miriam Alconchel, diputada nacional, irá de número dos; Juan Carlos Ruiz Boix, alcalde de San Roque, el tres, y Saray Soria, concejal de Arcos, como número 4. Para el Senado plantean a Francisco González Cabaña (senador desde 2015 y el más votado en lasa asambleas locales) Isabel Beneroso y Fernando LópezGil. Aunque los sanchistas, sin una propuesta única para la provincia, aseguran que no están conformes con el resultado y así lo han mostrado en la asamblea del jueves.
En el caso de Almería, los de Pedro Sánchez proponían al ministro de Cultura, José Guirao, como número uno para el Congreso, y a Fernando Martínez, actual director general de Memoria histórica y secretario de organización en Almería, como cabeza de lista al Senado. Algo que el fuentes del PSOE andaluz consideran “marginar a los nombres susanistas de los puestos altos de las listas”. Con lo que ha quedado Antonio Martínez como número uno para el Senado.
En Córdoba, el ministro de Agricultura, Luis Planas, se ha aprobado como número uno para el Congreso seguido de María Jesús Serrano y Antonio Hurtado y la exdelegada del Gobierno andaluz en Córdoba Esther Ruiz. La lista se ha aprobado por unanimidad pero no sin problemas ni “tensión”. De hecho, la votación se ha ganado por 64 votos y ha sumado 26 abstenciones y votos en contra. La lista para el Senado desde Córdoba, formada por Aurora Barbero, Francisco Zurera, y Francisco Javier López Casado ha sido aprobada por 41 votos, con 26 noes y 13 abstenciones.
En estas cuatro provincias sin acuerdo el PSOE andaluz afirma que “ha enviado una propuesta modificada, metiendo a los ministros de Pedro Sánchez”, y que los sanchistas quieren “humillar” a la federación andaluza tras perder el Gobierno en Andalucía. “Están echando por tierra el consenso y la elección de la militancia”, reprocha una fuente del partido en Andalucía.
Una coincidencia: las consecuencias negativas de la falta de consenso
Una coincidencia: las consecuencias negativas de la falta de consenso.
Las cuatro con consenso han quedado de la siguiente manera: en Granada el número uno elegido ha sido el actual secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Antonio Montilla. En Huelva, el acuerdo se ha logrado poniendo en lo alto de la lista al Congreso a la miembro de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE como secretaria ejecutiva de Pesca, María Luis Faneca, y por el Senado, al susanista Amador Huelva, senador y ex alcalde de Rociana. El caso de Jaén se ha cerrado con Felipe Sicilia a la cabeza, adjunto al Comité Electoral del PSOE, y con Micaela Navarro para el Senado, en un gesto calificado por los socialistas de Jaén como de “muy generoso”. Y el secretario ejecutivo de Movimientos Sociales de la CEF-PSOE y miembro de la ejecutiva federal, Ignacio López Cano, por Málaga.
El martes, previsiblemente, el comité regional andaluz ratificará las listas propuestas en las provincias y, de ahí, pasarán a Ferraz, donde el comité federal tendrá la última palabra, que ya, anuncian, será de “cambios”. En lo que sí coinciden ambas corrientes es en una cosa: mostrar un partido roto “puede debilitar al partido, desmovilizar otra vez a la militancia y al votante, y tener consecuencias negativas para el PSOE en las generales”.