El secretario general del PSOE y candidato a la presidencia, Pedro Sánchez, ha planteado este martes la posibilidad de volver a consultar a la militancia si tuviera que llegar a un pacto para la conformación del Gobierno de España tras las elecciones generales del 26 de junio, pero en todo caso cree que partirá con ventaja porque sale a ganar y no teme un sorpasso de Unidos Podemos que deje a los socialistas como tercera fuerza, sino que opina que es el PP el que debe estar en alerta porque ha caído en un exceso de confianza.
En una conferencia pronunciada en Sevilla en el marco de los Desayunos Informativos de Europa Press, no ha querido arremeter contra Unidos Podemos y su afán de hundir a los socialistas. De hecho, cuando se le ha preguntado por ello, ha aseverado: “Lo que tenemos que hacer es darle una sorpresa a Mariano Rajoy”. Es más, cree que lo que habrá “será un sorpasso del PSOE al PP, por lo que tendremos un Congreso de los Diputados más tranquilo”, una broma a la que el auditorio -repleto- ha respondido con risas y aplausos.
En esta línea, entiende que como consecuencia del trabajo del PSOE en estos meses de negociaciones frustradas, “habrá muchos votantes que se preguntarán si merece la pena volver” a elegir la papeleta de su partido, en alusión a los miles que se han ido a Podemos. Para continuar: “Cuanto más fuerte esté el PSOE, más garantía de cambio habrá en este país”. En definitiva, “el adversario y el desafío del PSOE no es Podemos ni el PP, sino vencer a la abstención”. Contexto que ha aprovechado para incidir en que “nadie quiere pactar con el PP, ni siquiera (...) C's”.
Sí ha reconocido cierto desánimo de los socialistas, por la imposibilidad de formar ese gobierno del cambio porque entiende que “Podemos no quería”, y de cara a que fuera necesario en el futuro, interpreta que también dependerá de si esta fuerza está dispuesta o pone condiciones que el PSOE no puede asumir “como ha ocurrido”. Igual que ha subrayado que su partido es el de la socialdemocracia, sin querer entrar en la definición de derecha o izquierda. Claro que el líder de Podemos también dice que él es socialdemócrata, por lo que ironizado: “Pablo Iglesias es todo eso [socialdemócrata] y mucho más. Es anticapitalista, es comunista...Todo lo que sea posible para llegar al poder”.
Por otra parte, ha mostrado su “solidaridad” con los expresidentes de Andalucía, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, por la continuación del procedimiento contra ellos en el caso ERE, una cuestión que dice haberles transmitido “en público y en privado”. También ha expresado su “reconocimiento” por el gesto que han tenido los dos dándose de baja del PSOE para evitar daños a la marca. E incluso ha mostrado su pesar por el hecho de que en ciertos sectores del partido, especialmente en Andalucía, se le haya achacado que no ha estado a la altura defendiendo la honestidad de los expresidentes, independientemente de este proceso, como han hecho otros: “Si es así lo lamento”.
Sobre la posibilidad de que tras el 26J haya una nueva situación de bloqueo, no ha querido planteárselo, mientras que ha repartido culpas de lo ocurrido entre el PP y Podemos, porque entiende que a los socialistas no se les puede “reprochar nada”. No ha querido contestar, de hecho, a la posibilidad de una abstención de su partido en una hipotética segunda vuelta para permitir votar a la lista más votada si no es la suya: “Vamos a ganar”. Eso sí, en caso de que tuviera que negociar un pacto, ha respondido que volvería a someterlo a la militancia, lo que ha aprovechado para puntualizar que la consulta que su partido hizo sobre el que firmó con C's “no era una pregunta tramposa”, sino basada en más de 200 medidas. “Sobre estos presupuestos, lo seguiría haciendo”, ha convenido.
Conferencia monotemática
Su conferencia se ha centrado en leer los compromisos de su partido en materia de trabajo, recogidos en su programa electoral y que ha resumido en cuatro retos. El primero, luchar por un empleo de calidad que garantice la vida digna, lo que entre otras cosas implicará “un nuevo Estatuto de los Trabajadores que supondrá la derogación de la reforma laboral, la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) desde 2016 y, sobre todo, un plan contra la explotación, que calcula que permitirá aflorar 78.000 nuevos empleos. ”En los viajes que estoy haciendo, uno de los colectivos más afectados podría ser el sector de la hostelería, donde hay mucha gente contratada a tiempo parcial y trabaja a tiempo completo“, ha comentado en referencia a estos subempleos contra los que quiere luchar. En su opinión, ”la gran contradicción es que en un país donde falta el empleo haya tanta gente sobreexplotada“.
En segundo lugar, ha prometido recuperar la negociación colectiva, de manera que apuesta por “suprimir la prioridad absoluta de los convenios colectivos de empresa por encima del marco general”. Igualmente, quiere que se fortalezca el papel de los agentes sociales con una Ley de Participación Institucional que dé cabida a “estos importantes colectivos en nuestra democracia”.
El tercer reto que se marca es fomentar la igualdad laboral y salarial entre hombres y mujeres. “Siempre he sido muy partidario de las cuotas (...) no sólo en lo público sino también en lo privado”, ha continuado. Entre otras cosas, quiere “una Ley de Cuotas” que garantice la participación de las mujeres en los consejos de administración de las grandes empresas. En este terreno ha recordado también la promesa de bonificaciones de dos años por hijo para las mujeres de cara a su jubilación. También ha apostado por “revisar los permisos parentales”, con la idea de que los padres tengan una baja obligatoria de un mes, en lugar de dos semanas.
Finalmente, y como clave, reducir el desempleo, para lo que entre otras cosas ha presentado un plan de choque para reinsertar a los parados de larga duración y a los jóvenes con baja cualificación. Igual que se ha comprometido a impulsar un plan de empleo y “ayudar” a las empresas que fomenten la contratación. Pretende de esta manera “reducir a la mitad en dos años la tasa de desempleo en nuestro país”.
Con ello, resumía los ejes de su programa en materia de trabajo, tras haber comenzado desglosando en nueve puntos los principales problemas que a su juicio sufren los españoles desde el punto de vista laboral -precariedad, siniestralidad, caída de la población activa femenina, devaluación salarial...- y concluir que “ha llegado el momento de decir basta”.
Susana Díaz: su “amiga y aliada”
Pedro Sánchez ha celebrado poder contar con la presencia de la secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, en esta ruta por Andalucía en la que está vez ha encontrado mucho más cariño que en la precampaña del 20D, y en dos ocasiones se ha referido a ella como “amiga y aliada”, mientras que la baronesa se ha presentado como la “ayudante” del líder.
La también presidenta de la Junta de Andalucía, que la tarde del lunes había compartido escenario con él en un mitin en Jerez de la Frontera (Cádiz), ha considerado “un honor” poder presentarlo en esta conferencia. Susana Díaz se ha centrado en destacar qué espera de un gobierno liderado por él, sin referencias personales, más allá de destacar su autenticidad como “socialdemócrata”, porque “no es una copia”.
En esta línea, Susana Díaz ha resaltado que Pedro Sánchez “pertenece a una raza y a una familia que no tiene que reinventarse” como otros. “¿Para qué queremos una copia si aquí tenemos el original?”, ha preguntado aludiendo a que Pablo Iglesias también se define como socialdemócrata. Y de hecho, no ha evitado hacer referencia a Unidos Podemos y al protagonismo del excoordinador de IU Julio Anguita en esta confluencia, que ha definido como “la mayor operación de camuflaje que se recuerda en la historia de España”.