Cuando faltan menos de 48 horas para que expire el plazo para conocer quién presentará su candidatura para liderar el PP-A, las negociaciones continúan contrarreloj con el fin de cerrar un nombre que concite el máximo consenso en una formación más dividida por el control de la federación que por la confianza real de conseguir el Gobierno de Andalucía con las próximas elecciones autonómicas. La opción del vicesecretario general del PP-A y alcalde de Tomares, José Luis Sanz, sigue siendo la que más pesa por tener un mayor respaldo entre las distintas agrupaciones, pero no está resultando suficiente por la presión de las direcciones provinciales de Málaga, Cádiz e incluso Almería.
Este fin de semana se han promocionado a través de perfiles en Twitter las candidaturas de la alcaldesa de Fuengirola y parlamentaria Esperanza Oña -uno de ellos impulsado por sus propios concejales- y la de la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, si bien las últimas horas estas cuentas se han esfumado. “Lo sentimos, ese usuario se encuentra suspendido”, informa la red social cuando se intenta entrar en dichos perfiles, que han ido generando comentarios de respaldo los últimos días, sobre todo el de Esperanza Oña.
El PP-A ni siquiera ha convocado rueda de prensa en la calle San Fernando este lunes, como suele ser la tónica, y donde desde hace meses no hay cita en la que la prensa no pregunte por el proceso de sucesión que más se le está prolongando a la formación. Porque una cosa sí tienen clara en el partido: no quieren que haya dos candidaturas en una suerte de primarias que por ahora ni se plantean.
Los partidarios de que no sea José Luis Sanz el cabeza de lista -en un frente detrás del que está la mano del expresidente de la formación Javier Arenas, antaño valedor del alcalde de Tomares, en su pulso contra la secretaria general del PP Dolores de Cospedal- se agarran a cuestiones como que no es diputado en el Parlamento de Andalucía o las dudas sobre el viraje que pueda dar la investigación del caso Tomares para decir que no es una buena opción. Cuestiones que han conseguido que hagan dudar a Mariano Rajoy, que tiene la última palabra y por eso en sendas ocasiones ha mandado parar la designación, la primera el pasado mes de noviembre y la última, horas antes de la junta directiva regional de la pasada semana, que convocó el congreso para los días 1 y 2 de marzo en Sevilla sin que, por primera vez, se dijera quién iba a ser el candidato.
Este lunes, en una entrevista en la cadena COPE, la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, reculaba después de haber echado leña al fuego contra el “mangoneo” que veía en el proceso de sucesión y que provocó incluso que desde el PP-A le contestaran -de nuevo vía Twitter- con que el candidato se elegiría “democráticamente” por parte de los más de 1.500 compromisarios elegidos para el congreso. Ha aclarado que cuando la semana pasada habló del “dedo divino” para la designación se refería a Javier Arenas, y que en ningún momento quiso apuntar a Dolores de Cospedal. “No se dio por aludida, ella dijo que no tenía nada de divina”, ha subrayado.
La falta de unanimidad preocupa a José Luis Sanz, que según su entorno, ha comenzado a minar su propia disponibilidad porque no querría “empezar ya quemado” el cargo. Se da la paradoja de que el vicesecretario general del PP-A atribuía hace unos meses estos plazos al empeño por evitar que el candidato del partido fuera “achicharrado” por sus rivales con las reformas más duras emprendidas los últimos meses por el Gobierno de España, pero están siendo ahora lo suyos los que están bombardeando sus aspiraciones.
La alternativa es la del alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, que por el contrario sí es parlamentario, pero no es la opción por la que ha apostado el todavía presidente del PP-A, Juan Ignacio Zoido, con el respaldo de Dolores de Cospedal. Mariano Rajoy quería cortar por lo sano e imponer a la ministra Fátima Báñez, pero se ha topado con las resistencias de ésta.
“Ya está hecho y se conocerá en las próximas horas”, sostienen fuentes del partido, que niegan que se vaya a apurar hasta el último momento -el plazo termina este miércoles- para conocer quién es la persona que dirigirá la formación y encabezará la candidatura para las próximas elecciones autonómicas. Sean éstas en 2016, como está previsto, o coincidiendo con las elecciones municipales de 2015 en un hipotético adelantamiento que nunca se puede descartar, el PP-A sabe que tienen que elegir muy bien porque se enfrentará a la rutilante líder del PSOE-A, Susana Díaz, y a una previsible subida de IU que auguran las encuestas, pese a que la coalición de izquierdas tampoco tienen todavía candidato, pese a que se dé por hecho que será el coordinador regional Antonio Maíllo.