EXPOSICIÓN
Desterrados en el Magrab: una exposición da a conocer el exilio de la guerra civil en el norte de África

Uno de los barco en los que llegaron los exiliados al norte de África

Luis de la Cruz

Madrid —

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Paquita Gorroño nació en Madrid en 1913 en una familia bien. Tras estudiar en París, comenzó a colaborar con el PCE en Barcelona antes de tener que cruzar los Pirineos camino del exilio en 1939. Desde allí, consiguió embarcar hacia Orán (Argelia), donde estaba su marido. Aunque consiguieron un salvoconducto para viajar en México decidieron quedarse en Argelia, donde pasaron el resto de sus días (murió con 104 años y pidió ser enterrada envuelta en una bandera republicana). Fue conocida como la Pasionaria de Rabat.

 Cipriano Mera Sanz era uno de los nombres más conocidos del cenetismo durante la Segunda República y la guerra. Desde valencia pudo escapar a Argelia al final de la contienda, donde estuvo en el campo de Camp Morand, de donde escapó en 1940. Se dirigió al Marruecos francés pero es extraditado a España cuando el país cae en manos de los nazis. Tras beneficiarse de un indulto en 1946 se exilia en Francia, donde trabaja como albañil y sigue su actividad de oposición al régimen franquista.

Elodia Zaragoza nació en la cárcel valenciana donde su madre, la anarquista Amelia Jover, estaba condenada a muerte en 1939. Consiguió escapar disfrazada de enfermera y cruzar la frontera francesa con Elodia en brazos. En Francia, acabaron en el campo de concentración de Argelés Sur-Mer. Allí supieron que Antonio Zaragoza, el compañero de su madre, estaba vivo en Túnez. Elodia creció allí y se hizo luego escritora en Francia. Publicó en 2016 La Xiqueta, donde cuenta su experiencia en el exilio. Su hijo Khayarn Turki se encuentra actualmente en prisión por su actividad opositora al régimen tunecino.

 Deseado Mercadal nació en Mahón en 1911. Músico y periodista, militó en la UGT y en el PSOE desde 1928. Deseado terminó con su mujer y su hija en Argeli y pasó por las minas de Kenadza. En 1948 regresó a Barcelona pero continuó con su militancia socialista en la clandestinidad. Como otros de sus compañeros, sintió la necesidad de contar lo vivido y publicó en 1983 Yo estuve en Kenadza.

 Estos son solo algunos ejemplos de vidas de españoles y españolas que pasaron por el exilio norteafricano después de la guerra de España, un destino muy poco conocido en comparación con el americano o el francés, a pesar de su cercanía. Estos días es posible acercarse a él a través de la exposición Del éxodo y del viento: exilio español en el Magreb (1939-1962), organizada por Casa Árabe (su espacio de residencia) y del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática.

La muestra consigue hacer un completo recorrido sobre este exilio que llevó a cruzar el estrecho a unos 13.000 españoles en el mes de marzo de 1939, al final de la Guerra Civil. Luego, otros 4000 serían deportadas a Argelia desde los campos de concentración de Francia. Aunque la estancia de muchos de ellos fue temporal, a la espera del regreso a España o el viaje a otros destinos, en 1945 aun quedaban 8,000 (y aún un par de millares en los años sesenta entre Túnez, Argelia y Marruecos). Este exilio, que a diferencia del francés se llevó a cabo en barcos y aviones, se nutrió sobre todo de militantes y dirigentes locales de las distintas organizaciones políticas de la izquierda.

 La exposición, comisariada José Miguel Santacreu Soler (Universidad de Alicante), pone líneas sobre el mapa del Mediterráneo a las rutas de escape de aquellos españoles, contexto histórico y, sobre todo, imágenes. Fotografías en blanco y negro que nos trasladan en las dos alas del edificio de las Escuelas Aguirre, donde está la exposición, la dureza de los campos de trabajo de los primeros años, pero también la viveza de las comunidades de españoles en el exilio hasta la década de los sesenta. El grupo de teatro de españoles, el equipo de fútbol de hijos de exiliados, el bar donde se reunían, el barco pesquero en el que se emplearon...Jirones de vidas condenadas al extrañamiento por razones políticas.

 La exposición abarca hasta 1962, año de la independencia de Argelia, en cuyo Frente de Liberación lucharon algunos de los exiliados españoles. Otros, marcharon del país entonces, viviendo un segundo exilio.

 “Un exilio que tiene el tamaño de un mar. No un mar cualquiera sino el nuestro, el Mediterráneo. Un exilio en cuatro movimientos: miedo, indignación, esperanza y resignación”, raza el texto de la exposición, que nos habla de un episodio de nuestra historia reciente que ha de ser rescatado.

INFORMACIÓN PRÁCTICA:

  • Dónde: calle de Alcalá 62
  • Cuándo: hasta el 23 de marzo de 2025
  • Cuánto: asistencia libre

MÁS OCIO Y TIEMPO LIBRE EN MADRID:

jueves 26 de diciembre

viernes 27 de diciembre

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