Un pleito con Hacienda revela que una familia de empresarios catalanes regularizó más de 20 millones en la amnistía
Un pleito con la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) ha sacado a la luz la millonaria amnistía fiscal a la que se acogieron en 2012 dos miembros de una semidesconocida y rica familia de empresarios catalanes, los Fornesa, que legalizó con esa medida más de 20 millones de euros hasta entonces ocultos en Suiza, Panamá o Andorra.
Aunque muy lejos de los más de 113 millones que afloraron los hermanos Gallardo, también catalanes y dueños de los laboratorios Almirall o el grupo de sanidad privada Vithas, es una de las mayores regularizaciones que han trascendido de la amnistía. Supera los 7,5 millones de los nietos del dictador Francisco Franco o los 10 millones que afloró el ex tesorero del PP Luis Bárcenas.
A esa medida inconstitucional de Cristóbal Montoro acudió también Rodrigo Rato, recién condenado a casi cinco años por fraude, blanqueo y corrupción entre particulares. Benefició a más de 30.000 contribuyentes pero se conoce solo poco más de un centenar gracias a investigaciones periodísticas y procedimientos judiciales.
Los últimos en aflorar son los Fornesa, cuya “evasión fiscal sistemática” recoge una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) del 2 de octubre. Padre e hijo presentaron la declaración tributaria especial (DTE), nombre técnico de la amnistía, el 27 de noviembre de 2012. El hijo, Albert Fornesa Rebés, regularizó 8 millones. Y el padre, Albert Fornesa Betriu, fallecido en 2017 a los 92 años, “casi el doble que el valor del patrimonio oculto de su hijo”.
Ambos son la tercera y la cuarta generación de esta familia de empresarios. Fornesa Rebés es “presidente de honor” de su firma de servicios aduaneros en la frontera de Lleida con Andorra, Aduanas y Servicios Fornesa, que celebró el 20 de noviembre de 2021 su centenario con un concierto de piezas clásicas y populares en una iglesia gótica en la Seu d´Urgell. Acudieron 200 invitados, entre ellos varios políticos locales.
Dueños de NaGrup, empresa de transporte con oficinas centrales en Andorra, sedes en España y Francia y una flota de más de 70 vehículos, en 1995 crearon FR Servicios Logísticos, con un centro en Hostalric (Girona) de 23.000 metros cuadrados y otro en Gualba (Barcelona) con 12.000 metros cuadrados, según su web. Con negocios en la construcción y el inmobiliario, en 2014 compraron BigMat Garro SA, empresa de suministro de materiales de obra en Sant Boi de Llobregat.
La extensa sentencia de la Sala de lo Contencioso del TSJC recoge cómo el hijo regularizó fondos ocultos en el extranjero por los que habría tenido que tributar en los siguientes ejercicios por IRPF e Impuesto de Patrimonio. Pero en febrero de 2013 comunicó que trasladaba su domicilio fiscal a Andorra. Allí entonces no se pagaba IRPF ni había vigente un convenio de doble imposición con el Fisco español.
Acababa de tomar el control de la firma andorrana de transporte de mercancías en la que ya era accionista, que le puso un sueldo como director de 120.000 euros anuales. En España “cesa como administrador de gran número de entidades del importantísimo grupo empresarial familiar” y le sustituye una de sus hijas, como comprobó la AEAT.
En mayo de 2014, el veterano patriarca, aún vivo, y al que Hacienda atribuyó un fraude fiscal sistemático “durante un periodo más prolongado que la evasión fiscal que ha venido realizando posteriormente su hijo”, donó a este 12.625.883,74 euros que tenía depositados en UBS y Goldman Sachs en Suiza y Credit Andorra. En la inspección que luego abren al hijo, sus asesores aseguran que presentó “la correspondiente declaración por el Impuesto de Donaciones”, sin que constara en los registros de la AEAT.
La inspección a Fornesa Rebés, con el que elDiario.es intentó contactar a través de su empresa aduanera, arranca en abril de 2018. En diciembre de 2017 un juzgado de El Vendrell autoriza el Auxilio Judicial a la AEAT para iniciar actuaciones de comprobación e investigación. En otro procedimiento se habían interceptado unas escuchas a su asesor fiscal: se habla de transferir fondos de una cartera de valores de la que era titular su exmujer, de la que el empresario llevaba años divorciado.
Tras una prolija investigación, la AEAT concluyó que la mudanza de Fornesa a Andorra fue un traslado “simulado para evitar la tributación en España”, donde tenía su centro de intereses económicos; que entre 2013 y 2016 siguió siendo residente fiscal en Catalunya y que debía tributar por el IRPF y el Impuesto de Patrimonio.
Pese a la falta de colaboración del empresario y las autoridades andorranas, Hacienda atribuyó a Fornesa la titularidad de activos a nombre de sociedades interpuestas domiciliadas en Andorra sin “sustancia económica”. Le sancionó por una infracción tributaria “muy grave” al utilizar “medios fraudulentos” para no pagar impuestos.
Concluyó que “para encubrir la verdadera estructura del grupo empresarial familiar cuyo eje central operativo se sitúa indiscutiblemente en España” y “ocultar que es titular de los fondos, provenientes de rentas no declaradas”, utilizó tras su amnistía “sociedades interpuestas domiciliadas en países sin intercambio de información” de las que era el titular real. Eran empresas con capital insignificante y casi sin activos más allá de sus acciones en empresas españolas.
Entre ellas, una en Andorra cuyo titular formal era su ex mujer, a la que, según determinó la AEAT, “habría utilizado como testaferro para ocultar una parte de sus participaciones”. La explicación que dio el empresario fue “que mantiene con su excónyuge una maravillosa relación de amistad que se traslada al ámbito empresarial”.
A Hacienda le sorprendió que Fornesa “abandone la dirección de un grupo empresarial cuyo valor real se sitúa en unos 40 millones”, cifra “inmensamente superior” a lo que tenía en Andorra o Suiza, “por el ejercicio de una actividad cuyo volumen es muy minoritario”.
Concluyó que en Andorra solo había una mera sucursal de su grupo “desde la que se realiza el reparto final de una parte de las mercancías”; y que él seguía “ejerciendo el absoluto control” en la sombra, como autorizado en decenas de cuentas bancarias que manejaban millones. Mientras, su hija “supuestamente pasa a ejercer las funciones que realizaba su padre, pero cobrando la cuarta parte” y sin contratar ni promocionar a nadie que le ayudara en esa labor.
La empresa aduanera de los Fornesa decía todavía en 2021 que las tres hijas estaban “llamadas a tomar el relevo de la gestión del grupo”. La elegida como administradora, que apareció hace unos años en un vídeo promocionando un importante bufete de abogados en Barcelona junto a relevantes personalidades del empresariado catalán como Josep María Coronas (ex Abertis, hoy en Criteria) o José Luis Bonet (Freixenet), vio subir su sueldo como administradora poco a poco hasta 55.000 euros en 2016, frente a los más de 170.000 que recibía su antecesor.
Para intentar probar que vivía en Andorra, Albert Fornesa aportó primero un domicilio provisional, pero Hacienda comprobó que era la vivienda de uno de sus empleados. Presentó boletines de asistencia al trabajo de su empresa andorrana en 2015 y 2016 cuyos datos, según la AEAT, eran “evidentemente falsos”: “Estaría trabajando 8 horas cada uno de los días laborables de dichos períodos” cuando “ha sido acreditado que estaba en otro lugar, por ejemplo, jugando al golf en Barcelona”, sacando dinero en un cajero en la capital catalana o en una consulta médica.
En esos años, el empresario se afanó en “evitar todo rastro de sus continuas estancias en España”, pagando “sistemáticamente todo con tarjeta en Andorra y al contado en España”. Aportó “una abrumadora cantidad de documentos” para intentar demostrar que vivía en el Principado más de la mitad del ejercicio: tickets de repostaje en una gasolinera cerca de la frontera, recibos de la zona azul, pagos con tarjeta en bares y restaurantes, tickets de compra de tabaco, dos denuncias ante la policía local, compras en farmacias…
Fútbol, golf y gasolina
Sin embargo, en esos años “hay 2 actividades cuya realización no ha podido ser ocultada: su asistencia en 70 ocasiones al estadio del FC Barcelona”, del que era socio, y la práctica del golf. Hacienda determinó que practicó ese deporte “en más de 212 ocasiones en España, donde ha participado en Campeonatos de Golf Senior”. En 2014, “justo cuando, supuestamente, se va a vivir a Andorra”, se da de alta en un club de golf en Barcelona. Allí juega “en más de 50 ocasiones desde septiembre del 2014 a finales del 2016”.
Respecto a los numerosos tickets de gasolina que presentó, era “evidente” que no había “estado dando vueltas a toda Andorra hasta agotar el depósito en sólo uno o dos días”, dado el pequeño tamaño de ese microestado: “Esos consumos de combustible ponen de manifiesto que ha estado en Barcelona, o en Lleida o en la sede de otras de las empresas que sigue dirigiendo durante estos años y, en todo caso, estaba en España”.
También pesaron los bajos gastos de suministros en la casa que compró en junio de 2013 en Andorra La Vella junto a dos plazas de garaje por un millón. Mientras, seguían estables los consumos de la vivienda en Barcelona que declaraba hasta 2012 como domicilio habitual, y que donó junto a su ex esposa la víspera de Nochebuena de 2014 a sus tres hijas.
Una de ellas la declaró como vivienda habitual. Pero la Inspección determinó que en realidad vivía en otro domicilio en Barcelona “supuestamente estimado a disfrutar de su afición a la pintura y escultura sin ocasionar molestias”. El padre “siguió conservando las dos plazas de aparcamiento que tenía en el mismo edificio y pagando las facturas de consumo de electricidad, teléfono e Internet”.
Tras sancionarle la AEAT, Fornesa recurrió al Tribunal Económico Administrativo Central (TEAC), que le reprochó “una evidente conducta sistemática, planificada, y de mala fe en sus relaciones con la Administración Tributaria” para “adulterar la realidad de su residencia, documentando unas estancias y ocultando otras”. “Un cuadro de fraude fiscal sistémico, en burla evidente de los intereses generales del Reino de España”.
El TSJC anula la multa recurrida solo para 2013 en “la apreciación de ocultación y medios fraudulentos” y rechaza el resto de planteamientos de Fornesa. La sentencia refleja que su amnistía la tramitó un despacho “que había presentado igualmente declaraciones de otros contribuyentes aflorando bienes y derechos ocultos en el extranjero”.
Varios se trasladaron luego a Andorra o a Suiza, Hacienda les abrió inspección y en algunos casos “su residencia habitual nunca había dejado de estar en España”. Si como Fornesa judicializan su situación, puede que su DTE también aflore más de doce años después.
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